sábado, 7 de junio de 2014

La foto de la semana (#62)

Ordeñando "vacatronics" en Familypark Neusiedlersee


Tal cual lo leéis, esta es una de esas puras rarezas que se le quedan a uno grabadas a puro fuego en la memoria pasen los años que pasen. He podido ver a lo largo de visitas a decenas de parques juegos de todo tipo: tiros de aro, disparos a latas, dianas, globos, incluso pude ver hundimientos de payasos en Dinamarca, pero lo que jamás, bajo ningún concepto pensaba que me encontraría en un parque es un mecanismo que me permitiese competir por ordeñar una vaca mecánica. Hasta que llegué a Austria.

Familypark Neusiedlersee es de esos parques que no suelen aparecer en el mapa más que una vez cada 10 o 12 años, cuando le añaden una novedad espectacular o llamativa que haga que los entusiastas de repente busquemos información sobre el mismo.

Pero en ocasiones estos pequeños parques caen en tu ruta, se cruzan y no queda más remedio que visitarlos y disfrutarlos a discreción (¡qué remedio!). Como siempre os he dicho y no me cansaré de repetirlo, es en este tipo de parques donde encontramos las auténticas rarezas, las perlas de la tecnología que son capaces de asombrarnos con lo más sencillo (y en este caso Familypark Neusiedlersee tiene toda una colección de artilugios que os harán abrir la boca en repetidas ocasiones).


El tema está en que después de completar casi la totalidad del parque, tras llegar a un entorno rural repleto de kiddie rides tematizadas en madera te encuentras, de repente, un pequeño establo con dos enormes vacas moviendo el cuello, la boca y los ojos, dos marcadores (uno por vaca) y una ranura para meter monedas. Algo que, inevitablemente, es una tentación para el park-freak y que en Familypark Neusiedlersee se llama Kuhmelkspiel o, como traduce el mismo parque: "cow-milking game".

El juego es el siguiente: tu te sientas en un taburete a un lado de la vaga y con decisión y cierto tacto debes agarrar las ubres de la pobre bestia, apretar y sacar un líquido (que es agua, no os espantéis) para que caiga en un cubo metálico. A cada chorro de líquido que la ubre saque, el recipiente numerado que hay junto al marcador de cuenta atrás irá llenándose de "leche", resultando ganador aquél que más litros consiga en una cuenta atrás de 30 segundos, tal que así:


¿Enfermizo? ¡Bienvenidos a la auténtica Europa!

Lo cierto es que por muy raro que parezca, yo aquí veo una genialidad. A alguien se le ha ocurrido inventar una máquina tragaperras a base de una competición la mar de divertida que puede dar paso a grandes enfrentamientos entre colegas con la intención básica de dejar sin leche a una pobre vaca.

Otro de esos ejemplos de que a un parque en muchas ocasiones no se le mide por la altura o velocidad de sus rides, sino por la originalidad de las mismas. ¿Nos vamos a Austria?

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