lunes, 2 de septiembre de 2013

La foto de la semana (#41)

 El Fald Gruben de Bakken


Ya que estamos embarcados en esta especie de mini-ciclo sobre antigüedades (el cual inicié hace unos días con la entrada sobre LaMarcus A. Thompson) durante estos primeros días de septiembre voy a intentar ofreceros el análisis completo de Bakken, el parque de atracciones más antiguo del mundo y toda una mina de oro para los que, como yo, seáis amantes de lo realmente antiguo.

Pero antes de hablar en profundidad en futuras entradas sobre el parque danés, he preferido empezar por un aperitivo, para que veáis una pequeña muestra de la cantidad de curiosidades que nos puede brindar este genial recinto. Todos hemos visto en alguna que otra ocasión una de esas pequeñas casetas de feria en la que un personaje cómico, burlón, payaso o incluso insultante se situaba en una especie de andamio sobre un enorme depósito o piscina de agua. Dicho andamio iba conectado a un mecanismo que detectaba el golpe de una pelota en una diana situada cerca del andamio y a la que el cliente debía lanzar pelotitas para conseguir que el burlón personaje cayera estrepitosamente en la piscina y llevándose un chapuzón con las consecuentes risas del público allí presente.

Puede que todos lo hayamos visto alguna vez en televisión o cine e incluso puede que recordemos de pequeños alguna feria donde todavía sobrevivía este cómico número, a medio camino entre la burla y la humillación pública (sin ir más lejos, el parque de la Costa Daurada llegó a tener en su primer año de apertura un número parecido situado en su desaparecida Feria Mongol, en China).

Pero lo que pocos sabréis es que Bakken, en Dinamarca, conserva todavía a día de hoy el primer tenderete de payaso cayendo en agua que existió en cualquier parque del mundo. Este es el genuino, el original. Su mecanismo ha ido perfeccionándose durante décadas y a día de hoy apenas queda el nombre y la localización original, pero lo cierto es que aquí es donde empezó este extraño negocio, siglos atrás.

Fald Gruben (que traducido al castellano vendría a ser 'caída' o 'desprendimiento') es una divertida caseta de feria donde por 10 coronas danesas (1,30€ aprox.) nos facilitan 3 bolas para intentar acertar en la diana y que el payaso, que se dedica a gritar, burlarse e insultar a quien se atreve a tamaña misión, caiga en el agua.

Este es otro de esos animales en peligro de extinción que, ciertamente, valdría la pena que algún parque decidiera recuperar (¿quizás Tibidabo sería el más idóneo?) y otorgarle el honor que en otros años tuvo, alimentando las carcajadas de los visitantes de parques y ferias, caída tras caída.

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