lunes, 30 de junio de 2014

Bitácoras desde Inglaterra (parte 3)


Morning!

Tercera jornada de visita al Reino Unido, tercera jornada de un RCT cargado de anécdotas y vivencias en parques y un tercer día en el que el RollerCoaster Team debía pasar por el primero de algunos tramos críticos: dividirse para decir adiós a 3 de los componentes del grupo.

Desde primer momento se supo y decidió que, para facilitar el acceso al viaje a través de fechas y presupuestos distintos, el grupo del RCT de este 2014 se dividiría para completar un viaje de un fin de semana en 3 personas y de un viaje de más envergadura en otras 3 personas. Pero el día no sólo consistió en esta triste división, sino que hubo muchos otros acontecimientos interesantes, como la visita a primera hora de la mañana al querido y respetado Lightwater Valley:

Salimos del hotel de York haciendo el checkout y nos plantamos frente a las puertas de Lightwater alrededor de las 9:50, a diez minutos de que el parque abriera realmente, por lo que tras una amena espera a las puertas nos adentramos en el parking (gratuito) del parque:
¿Qué os puedo decir de Lightwater Valley? Un parque de atracciones puramente inglés, situado en un remoto rincón de la campiña norteña de Inglaterra, con una variedad paisajística envidiable para muchos otros parques de todo el mundo y con un regusto rural y tradicional salpicado por un catálogo de flats y coasters totalmente atípico para un parque de estas características. Con un precio de 19,50 libras adquiriendo la entrada online, se hace realmente irresistible a ojos de cualquier entusiasta, sobretodo por una enorme joya que guarda en su interior y de la que os hablaré más abajo:
El parque aunque de manera discreta procura estrenar anualmente alguna novedad, no olvidemos que juega con un presupuesto y attendance más bien discreto, por lo que absolutamente cualquier cosa, aunque sea un parque infantil con toboganes y estructuras de madera, es anunciado a bombo y platillo. Ese fue el motivo de encontrar a las puertas del parque una botarga de la franquicia recientemente adquirida por Lightwater Valley, los mundialmente conocidos Angry Birds:
Como os he dicho, el parque guarda en su corazón un montón de distintas pinceladas paisajísticas dignas del mejor de los cuadros. Podemos encontrar bosques, planícies de verde hierba, pequeñas montañas e incluso lagos, como el que nos da la bienvenida nada más entrar y al borde del cual podemos encontrar una simpática noria y las clásicas barcas de cisne a pedales (las cuales pude probar por primera vez después de más de 70 parques visitados a lo largo y ancho del mundo):
Pero no os dejéis engañar por este aspecto pintoresco y familiar, Lightwater Valley es de los pocos parques de atracciones capaces de plantarte en medio de su espacio una de esas flats que, al carecer de estrictas políticas de restricción de ciclos para convertir todo en más familiar, se permite el lujo de soltar ciclos "naturales" de la ride, con un nivel de intensidad superior a lo que en la mayoría de ocasiones estamos acostumbrados a probar. Es el caso de este Eagle's Claw, un afterburner de KMG con un ciclo regular pero una segunda tanda de giro mucho más rápido e intenso, suave y extremo:
Aunque la virtud de Lightwater Valley, como muchos otros parques de atracciones de dimensiones más bien discretas que juegan en la liga de estar fuera de las grandes "cadenas" (Merlin, Compagnie des Alps, Disney, etc.) es la de poder ofrecer alternativas originales y prácticas , también encontramos rides y coasters de calibre mundial y clonadas hasta la saciedad, como es el caso de Little Dipper, o dicho de otra manera, una clásica big apple de Pinfari:
Aunque no se observe demasiado (en el futuro análisis al parque procuraré que sí se vea) la particularidad de esta kiddie clónica en este caso es un nivel de theming más que aceptable y el hecho de que la cabeza del conocido gusano es portadora de unas gafas de pasta, a lo hipster. No deja de ser un curioso dato.

Como os dije un poco más arriba, el perfil de Lightwater Valley puede variar de la ñoñería más infantil a las auténticas máquinas de tortura y mareo. En este último sentido Lightwater Valley adquirió recientemente una de las rides más mortales, un top scan que en el parque británico recibe el nombre de Whirlwind y que no dista demasiado de los típicos colores de este tipo de aparatos en ferias o parques de atracciones:
Lo bueno del asunto es que el RCT se propuso en esta ocasión un reto. No sólo debíamos riddear Whirlwind todos, sino que nos acercamos al ride-op y le preguntamos si nos podía manejar el top scan en el modo "manual". Para entendernos, las flats generalmente tienen 2 modos de funcionamiento: manual y automático.

El modo manual requiere la destreza del operador ya que controlará los movimientos de la ride a través de botones y palancas y el movimiento de la misma estará condicionado por lo que él quiera que haga. El modo automático monitoriza en todo momento los movimientos y controles de manera automática (como su propio nombre indica) y no permite, salvo contadas excepciones, la intervención del operador en el ciclo total de la ride.

Como os podréis imaginar, siempre es mucho mejor el modo manual que el automático, ya que permite un nivel de interactuación mucho mayor por parte del trabajador, otorgando la fuerza que él mismo quiere al ciclo. Y en el caso de nuestro ciclo en Whirlwind, podéis intuir por las caras de Calle, Oriolat y el ride-op cuál fue el modo en el que finalmente la probamos:
Y en una sola palabra: BRU-TAL. Ya os contaré en su día. 

Pero no dejemos de pisar el pedal de intensidad pues se acerca el plato fuerte del parque, el que da sentido a su nombre (The Ultimate Adventure), el que marcará sin lugar a dudas la visita remota a estas campiñas británicas, amigos y amigas con vosotr@s, The Ultimate:
Más de 2 kilometros de recorrido, 30 metros de altura en 2 lifts, 80 kilómetros por hora, valles, camelbacks, twisties, peraltes, túneles, bosques, caminos y campos. Sin lugar a dudas The Ultimate es la leyenda viva de Europa, la niña mimada de nuestra colección y una coaster que demostró con soltura que su supervivencia está garantizada para muchos años en adelante. Es prácticamente inmortal:
Os hablaré mucho más de ella cuando analice este parque inglés, pero que sepáis que es toda una experiencia sin apenas parangón en el mundo coasteril. Intensa, dolorosa, imparable, con una sensación larguísima de descontrol y, según la posición en el eteeerno vagón, con un agradable efecto launched + ejector airtime. Podríamos decir que sin llegar a destacar más allá que en su largura, The Ultimate toca prácticamente todos los palos que sostienen este mundillo que tanto nos gusta:
Extasiados por semejante marabunta de golpes, lo último destacado que nos quedaba por riddear (de las más de 20 atracciones del parque) era otro clásico reconvertido años atrás para ofrecer exactamente lo mismo, pero con un matiz diferente. Me refiero a Raptor Attack, la coaster indoor que pasa a engrosar la desgraciadamente menguante lista de maravillas del genio Schwarzkopf:
Y sí, lo que veis aquí es una alcantarilla enorme, perteneciente a la salida de una coaster que te introduce en un submundo ambientado en una expedición arqueológica y donde nos veremos cara a cara con minas, pasajes, túneles y... ¡velociraptors!

Descubiertos ya los principales encantos de Lightwater Valley era momento de ponernos más serios y pasar a despedir, a media tarde, a los tres integrantes del equipo B que nos dejaban en el viaje para regresar a Barcelona: Calle, Xavi y Oriolat. Nos quedábamos otros 3, los que completaríamos el viaje hasta el final, que éramos Jaumet, Ciriliox y un servidor.

El tiempo no apremiaba, así que prestos nos dirigimos en horizontal al oeste de la costa inglesa, en la búsqueda de un mito entre los entusiastas, el bello paisaje costero de Blackpool. Y pese a que el viaje fue ameno, hay que reconocer que se hicieron un par de paradas, la más importante fue en medio de la nada, donde aprovechamos para tomar unas cervezas en un típico pub británico, forrado de madera y moqueta hasta los topes, compartiendo dos half-pints y un refresco:
Ya que estábamos decidimos practicar el noble arte clásico de fotografiar una cabina roja de teléfono, típico tópico, aunque en esta ocasión estaba algo más deteriorada de lo normal:
Y lo que hicimos que ya no viene siendo tan típico fue meternos en el interior (sin miedo a telarañas) para sacarnos un particular selfie (que con una cámara reflex os aseguro que no es tarea fácil):
Y por fin llegamos a Blackpool, tras unas dos horitas de viaje y una cena previa a base de pollo originario de Kentucky. Y surgió un problema que pensé que no se volvería a repetir tras la aventura china, pero que de repente tuve que volver a vivir a miles de kilómetros del enorme país asiático: al llegar a las puertas del que debía ser nuestro hotel, nos lo encontramos cerrado a cal y canto. ¿Improvisación? Here we go!

A apenas 20 metros, casi cruzando la calle, localizamos un """local""" en el que había disponibles """ habitaciones""" por 15 libras la noche (que os invito a que busquéis precios Booking mediante y os daréis cuenta de que son gangas totales). Por 15 míseras libras, este fue el resultado con el que dimos:
Música hasta las 2 de la mañana, humedades en el techo, "manchas sospechosas", muebles comprados por fases, instalación eléctrica sin protección alguna y una ristra de contras que podrían hacer poner pies en polvorosa al menos escrupuloso de los escrupulosos.

Pero ofrecía una cama, 4 paredes, protección y la posibilidad de descansar hasta el día siguiente, ingredientes suficientes para marcar el check típico del RCT (al hotel más cutre del viaje).

Y llegados a este punto, no queda más que despedirme de esta bitácora (por hoy), a las puertas de disfrutar de una jornada entera en el museo de coasters y rides más antiguo del mundo (con permiso de Tivoli Gardens): Blackpool Pleasure Beach.

7 comentarios:

  1. Esta entrada se ha hecho de rogar eh...

    Curiosamente también he tenido la oportunidad de probar el top scan en ciclos manuales y puedo decir que esta es una de mis flats favoritas, las cuales se pueden contar con los dedos de una mano. Me consta que en Blackpool existe una versión más alta y vertical en vez de inclinada, y le tengo unas ganas que no veas. A ver qué nos cuentas de tu experiencia en este Whirlwind.

    No sabía que ya habías visitado LV, y el motivo es que daba por sentado que si hubieses estado habrías subido una entrada con el análisis de The Ultimate. He visto POVs y tiene pinta de ser una pasada. Desdeluego es totalemente diferente a nada que haya visto antes.

    Deseando ver el análisis de este parque ;)

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    1. Tienes razón, se hizo de rogar pero por cuestiones laborales, ahora volveré de nuevo a la rutina de publicación.

      Respecto a la de Blackpool que comentas, lamento decirte que Bling, la flat que comentas, dejó de estar en el parque creo que hace un par de temporadas. Ahora en su lugar hay un hueco decorado con jardines de cesped.

      Y sí, visité Lightwater Valley en el mismo RCT de 2009, aunque en esa ocasión iba cargado con una cámara digital compacta (no la reflex) y por lo tanto saqué como mucho 100 fotos del parque y a baja calidad, en esta ocasión cargué la reflex con unas 500 o 600 (lo normal) así que preferí que llegara esta situación para tener más material en una futura review ;)

      El análisis llegará y espero que estés leyéndolo cuando lo haga, un saludo y gracias por tu comentario!

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  2. The ultimate o lo que es lo mismo... nos juntamos 4 empresas que jamas hemos fabricado una coaster...y plantamos la mas larga del mundo. A parte de esa joya... tiene muy buena pinta el parque. Después de Tripsdrill me declaro fan de los parques "rurales".

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  3. Como siempre, una gran bitácora del día. Esperando con ánsias el siguiente capítulo con un parque donde (you know) me dejé un trozo de corazón ... for ever...

    Jaumet

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    1. Blackpool, como tu ya sabes será una "Pleasure", Mr. "Beach" ;)

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  4. Qué enorme y gratificante es releer las bitácoras jivenses rct (L).

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    1. Realmente el formato de bitácoras, tanto para montar "in situ" como para releer tiempo después es muy cómodo. Quizás menos información detallada, pero mucho más ligero todo. A modo de album de fotos es lo ideal...

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