jueves, 13 de marzo de 2014

World Joyland (parte 4)


Cuarta jornada de repaso y análisis de World Joyland y, aunque parece que hayamos recorrido un montón de kilómetros y que estemos exhaustos ya por nuestra visita, todo lo que os he explicado y narrado hasta ahora sucedió en apenas unas horas de visita (el parque se puede llegar a recorrer entero en unas 2-3 horas aunque para ver todos los detalles serán necesarias por lo menos unas 5 o 6). Así que proseguimos en nuestra ruta y, habiendo dejado atrás la majestuosidad de Holy Mountain y las vertiginosas curvas de Sky Scrapper (ya hablaré más en detalle de ella en una futura entrada de blog), hoy toca introducirnos de lleno en el mundo de la fantasía y las hadas.

Por si acaso y como he ido haciendo en estas entradas anteriores, aquí os dejo el listado de enlaces publicados hasta el momento, por si os habéis dejado alguna entrada por leer:
Así pues hoy, en Bloggercoaster, os ofrezco un ticket de visita a la penúltima área temática de World Joyland: Magic Castle. Un lugar donde la fantasía viene de la mano de un nivel de theming sublime, tal y como nos tiene ya acostumbrados este gigantesco y relativamente nuevo parque temático.


Mundo élfico y fantasía

Nada más dejar atrás las oscuras grutas y pasajes por los que se adentra el recorrido de Dragon Roaring Heaven, la mine train de Golden Horse, se nos presenta ante nosotros otra gran estructura, visible desde prácticamente todos los rincones del parque y que en esta ocasión sí es de autor original. Se trata de Clouds of Fairyland, una skyloop de Maurer Söhne que se eleva en el cielo la friolera de 46 metros y que tiene uno de los perfiles más reconocibles para cualquier entusiasta de parques:


Con la tontería Maurer ha vendido ya 9 clones de este mismo modelo (con la excepción de Abismo, en Parque de Atracciones de Madrid, que es una variación del modelo mucho más amplia y rica en sensaciones). Y aquí, en World Joyland, encontramos una de esas nueve. No he encontrado ningún point-of-view oficial de esta coaster en concreto, pero nos puede servir este otro de Hidden Anaconda, uno de los nueve clones de skyloop XT500 existente en el parque Happy Valley Wuhan (China) y completamente igual a Clouds of Fairyland:


Como podéis observar, un layout muy sencillo y un ciclo más sencillo si cabe. Salimos de la estación de carga, el lift nos eleva de manera vertical hasta el punto más alto para luego soltarnos y hacernos girar en un perfecto inline aéreo para luego adquirir máxima velocidad en una especie de medio dive loop que nos hace pasar de manera muy veloz por la estación (sin frenada), encaramos el lift sin que la cadena haga absolutamente ninguna fuerza hasta que la gravedad hace el resto y nos hace ir hacia atrás.

A partir de ahí volvemos a ese medio dive loop hasta que volvemos a ser frenados (en una inclinación algo curiosa) y volvemos de nuevo a ir hacia adelante, atravesamos la estación y esta vez sí el lift nos frena más o menos a la mitad de la altura, por completo. A partir de ahí suavemente somos transportados hasta la estación. Un balanceo doble por un recorrido en forma de U, pero con una inversión inicial.


Clouds of Fairyland sería una skyloop más de Maurer de no ser por las preocupantes noticias que nos llegaron de ella justo una semana después de haberla riddeado y que podéis comprobar en el siguiente video:


El único problema en sí, del cual es culpable totalmente Maurer y el parque queda excluido por completo, es el de los frenos finales que reciben una alta carga de peso en el frenado final. No es la primera ni será la última vez que este problema suceda aunque el inconveniente (y en esta ocasión sí fue culpa de World Joyland) es que tanto los trabajadores como el personal de mantenimiento del parque deben estar formados y preparados para gestionar correctamente esta situación. En este caso la coaster tenía tan poco tiempo que supongo que no supieron resolver bien el inconveniente.

Problemas y particularidades aparte, me parece una coaster bastante divertida, no apta para gente con problemas de vértigo y con un catálogo de sensaciones que harán saltar de lleno vuestra adrenalina, sobretodo al pasar el inline y comprobar la aceleración que adquiere el tren en tan poco recorrido.


Un punto MUY negativo es la estricta política de operativas y ciclos que tiene esta coaster en World Joyland. Os aviso, si vais en un día con muy poca gente procurad riddearla cuando haya gente alrededor dispuesta a montar con vosotros, porque sino tendréis que esperar en estación hasta que consigan cargar el tren. De hecho nosotros tuvimos que presionar (lo típico, diciendo de dónde veníamos y enseñando las camisetas) para que los ride-ops mismo (que eran 3 o 4 si no me equivoco) se sentaran en asientos vacíos del tren. Es decir, nosotros eramos tres, más otras dos o tres chicas que habían entrado con nosotros, más unos cuantos trabajadores del parque.

Además, para rizar el rizo, son realmente quisquillosos con la postura que has de adquirir una vez estás sentado en el tren (posición de la espalda, manos, brazos, etc). Algo que a nosotros como aficionados a estas visitas no nos molesta en absoluto, pero que puede llegar a alterar a un visitante ocasional sin paciencia.

Dejamos atrás ya nuestro ciclo en este curioso credit, decorado con temática arabesca y pequeños templos de inspiración persa, para continuar nuestro recorrido. En esta ocasión, justo delante de Clouds of Fairyland, se elevaba ante nosotros una gran estructura de roca en forma de montaña artificial que escondía una buena cantidad de formas si te fijabas en los detalles, tales como perfiles de dragones (a la derecha):


O tres fantasmagóricos e inquietantes rostros sonrientes:


En la parte baja de la montaña se abren unas galerías con arcadas y hierbas trepadoras que en las paredes (totalmente tematizadas en roca) muestran frescos con motivos fantasiosos tales como batallas contra pulpos gigantes o resplandecientes hechiceras a punto de lanzarnos conjuros. Un detalle que me gustó y me pareció incluso resultón fueron las sillas y mesas de forja pura que podemos encontrar bajo estos arcos. De repente me dieron ganas de pedir un café con leche y tomarme unas pastitas observando la campiña. Claro que los chinos no tienen ni idea de lo que es un café con leche... mucho menos de lo que son unas pastitas y la campiña galega les queda lejos.


Obviamente notaréis que estoy reservando explicaros a qué pertenecen estas montañas ya que no, no es un elemento gratuito. Esta tematización tan basta responde a un edificio que vamos a ver a continuación y a una ride clásica que no podía faltar en un parque tan occidentalizado como World Joyland.

Hadas acuáticas y oscuras fortalezas

Pues sí, lo que se oculta tras esa estructura de grandes y afiladas rocas con rostros ocultos no es ni más ni menos que de Paradise Cruising, los rápidos de World Joyland. De una manera muy equilibrada, el parque presenta únicamente dos rides acuáticas en todo su recinto circular, pero ambas están lo suficiente distanciadas y separadas como para poder llegar secos a cualquiera de las dos habiendo pasado por el resto del parque antes (algo que es de agradecer mucho, dada la proximidad que suelen tener la mayoría de veces este tipo de rides en el resto de parques).

Como estamos ya adentrados en el mundo de las hadas y duendes a través del área de Magic Castle, el theming presentado tanto en la estación como en el resto de la ride no podría ser otro más que el del mundo fantasioso de estas criaturas. Me recordó mucho, muchísimo, al mundo élfico presentado en El Señor de los Anillos, sobretodo en el acabado final de formas y estructuras de la estación de carga y sus inmediaciones:


La ride en sí no difiere demasiado de lo que hayamos podido ver en el resto del mundo: túneles a través de templos y montañas, curvas con desniveles y cascadas, algún que otro elemento gigante de theming como este dragón enterrado entre rocas:


Y la sensación en general de que el trabajo aquí estuvo bien hecho de principio a fin. Una ride muy correcta y llena de buenos momentos (incluso recuerdo pasar por una de esas espirales de la muerte que presentan otros rápidos repartidos por el mundo y que, bien gestionado, es un elemento fantástico y de mucho disfrute y risas). En este caso nos aventuramos a probar las turbulentas aguas de Paradise Cruising el señor Luis y un servidor, Jaume se ocupó de fotografiarnos desde uno de los múltiples puntos de observación que presentaba la ride:


Remojados de nuevo (aunque no en exceso, vale la pena indicarlo) nos dispusimos a continuar nuestro trayecto para localizar el que, diría yo, es el penúltimo elemento temático de exageradas proporciones que el parque quería ofrecernos. Se trata de del imponente templo de Ice Sword King Doom y su aspecto es tan grotesco como este:


Un enorme templo de unos 25 metros de altura, varios accesos, un montón de banderas con inscripciones chinas, medallones, columnas, una buena dosis de vegetación empezando a cubrir la fachada y a lado y lado un par de criaturas de piedra artificial a medio camino entre osos y águilas con cascos:


Ice Sword King Doom es en esencia un show, más que una ride, ya que vendría a ser el símil de un stunt show occidental, aunque en esta ocasión todo se presenta en un teatro a oscuras (indoor) y se juega constantemente con las luces, las proyecciones y los efectos especiales mezclados con coreografías y números de equilibrismo y demás. Nuestra intención era asistir a uno de los shows, pero íbamos bastante apurados de tiempo por lo que decidimos disfrutar más del resto del parque y no esperar a la siguiente sesión (si mal no recuerdo había una sesión cada media hora).

Aquí podéis observar el acceso al teatro, en uno de sus laterales, custodiado por dos enormes vigilantes orcos, rodeado de raíces y plantas y coronado por un enorme medallón de piedra en la cúspide:


En el extremo me llamó la atención la existencia de un elemento temático a modo de gran torre pero moldeado en forma de gran árbol petrificado con forma humana. Abajo del todo, por si querías sacarte la foto, el parque facilita un banquito en el que te puedes sentar tranquilamente. Rincón fotográfico 100%:


Pasada ya la enorme mole que representa el teatro de Ice Sword King Doom nos dispusimos a continuar la ruta para encontrarnos, esta vez sí, con el último elemento de proporciones gigantescas y temática algo desconcertante, pero el protagonista al fin y al cabo del área, Myth Island:


Está bien, está bien, puedo adivinar que estáis pensando en los castillos de Disney. También pensé en ello en ese momento y, de hecho, todo el mundo lo pensó cuando se presentaron los artworks del parque años atrás. Pero un parque que es capaz de copiar descaradamente videojuegos de Blizzard, el manga de One Piece o incluso a Vekoma, ¿porqué no puede ser capaz de tener su propio castillo de fantasía?

Myth Island no es una ride, es decir, en el interior de ese castillo no hay más que habitaciones y pasajes para acceder a varias de las ventanas, a distintas alturas. De hecho Myth Island no es más que un enorme, costoso y desproporcionado mirador. Y bueno, de rebote sirve como el elemento central del parque ya que está situado prácticamente en el centro de todo, al elevarse a una altura tan grande es visible desde todas partes y también ayuda en los shows nocturnos veraniegos a la hora de jugar con las proyecciones y la pirotecnia que se utiliza en el lago. Es un elemento decorativo muy caro, pero resultón:


Lo más fascinante del tema es que próxima a Myth Island encontramos una tienda donde podemos adquirir desde productos en forma de souvenir del parque hasta refrescos o snacks. ¿Su nombre? "Oh-Ye!" Sí sí, tal cual, OH-YE:


Un edificio encantador, con unos acabados impecables que cualquier parque inspirado en fantasía o en mundos de magia estaría dispuesto a tener en su interior. Pero te llamas World Joyland y decides que ante tanto encanto, le vas a poner un nombre tan original como Oh-ye!. Pues Oh-ye, tú mismo.

Videojuegos y murallas medievales

Por si este parque temático no nos hubiera dejado torcidos ya (a nivel de comprensión y de lógica) en varias ocasiones, todavía se reservaba en esta parte del recinto una sorpresa más con la que dejarnos sorprendidos. Se trata de Game Fort, un edificio que por fuera podría parecer incluso una especie de catedral con preciosos acabados élficos:


Pero que en realidad es una sala de arcade muy cara, gratuita y patrocinada por una marca totalmente conocida por el mundo de los jugones (sobretodo de ordenador), Nvidia. Aquí podemos encontrar un montón de videojuegos de distintos tipos y estilos (desde simuladores de carreras, lucha, RPG, shot em' ups, etc.) presentados en forma de cómodos asientos con distintos diseños y grandes pantallas. Y todo esto, repito, totalmente gratis. Aquí por ejemplo me veis echando un vicio a un simulador de rally sentado en una especie de huevo (que no era incómodo, he de decir):


La variedad se extiende hasta cotas impensables y lo mejor es que hay distintos tipos de asientos y simuladores donde podemos echar unos minutos de juego, como por ejemplo este asiento donde podías jugar un partido de fútbol tumbado con total tranquilidad y calma:


En la Foto de la semana de este domingo os mostraré algo todavía más sorprendente que pude encontrar en este mismo edificio y que vale la pena reseñar, pero en general me pareció una idea estupenda por parte de un parque a la hora de crear sinergias y estrategias de consumo con un marketing menos agresivo que de costumbre. Nvidia vende sus productos, World Joyland disfruta de una sala de arcade con las últimas innovaciones en material gráfico y juegos, el cliente consigue echar una partidita sin gastarse ni un yuan y aquí salimos todos ganando. Impensable un concepto así en Europa, menos todavía en España (donde probablemente no quedaría ni un ratón, ni un teclado e incluso dudo que los asientos aguantasen demasiado).

¡Continuemos! El área de Magic Castle empieza ya a llegar a su final y prueba de ello es que vislumbramos un enorme arco unido a una muralla culminada con grandes torreones puntiagudos, muy similar al acceso que teníamos a Terrain of Magic, pero con un acabado mucho más amable y menos amenazador. Las torres desde el interior:


Y las torres desde el exterior (con el edificio de Game Fort al fondo, tras el arco):


Ya sólo hay unos 50 metros entre esta muralla y la última área temática del parque, la zona kiddie de Mole's World, pero aún así el parque es tan perfeccionista con los detalles que no nos ofrece un simple camino rodeado de vegetación o jardines. Incluso en estos 50 metros vacíos de camino nos muestra a nuestra izquierda una grandiosa fuente con cascadas por doquier, donde una enorme maga nos hechiza con su encanto y hace que 6 caballitos de mar escupan chorros de agua en su honor. Esto es China, no busquen significado alguno:


Este es el aspecto que muestra la fuente desde el vial de acceso o salida de Magic Castle:


Y a nuestra derecha podemos apreciar una bonita panorámica con gran parte de los elementos más destacados del parque ordenados y dispuestos para ser fotografiados. En primer término una estructura usada para el show acuático y pirotécnico de las noches de verano, en segundo plano el castillo de Myth Island, más allá el tambor dorado del simulador de nombre desconocido, tras él el aparentemente tímido lift de Sky Scrapper y al fondo las montañas culminadas por el bulbo de fantasía de Holy Mountain (oculto tras las plumas simétricas de Myth Island):


Dejamos atrás un área muy completa y de una extensión bastante respetable, cuyo encanto radica no quizás en la unidad de su theming (bastante disperso ya que empezamos con edificios árabes y acabamos con murallas góticas), sino en la variedad de sus rides y en la sabiduría de la distribución de restaurantes, edificios de servicios, tiendas y demás. Un área por la que pasamos en varias ocasiones en nuestra visita aquél día y de la que quedamos muy contentos.

*****

Y hasta aquí llega la entrega de hoy, la cuarta ya de esta saga especial dedicada a uno de los parques con tematización más impresionante que jamás he visitado hasta ahora.

Hemos podido ver ya mundos oscuros repletos de dragones infernales, mundos espaciales con naves brillantes, montañas sagradas culminadas por extraños edificios orgánicos, cavernas dominadas por humeantes monstruos o, como en el caso de hoy, edificios de extrema belleza regentados por hadas y hechiceras misteriosas.

Así pues nos quedan ya menos entradas para poder decir que hemos recorrido World Joyland de principio a fin, aunque todavía la visita va a dar para unas cuantas entregas más. Todavía nos quedan rincones que explorar y detalles que encontrar en este maravilloso parque temático chino.

1 comentario:

  1. AFAPAM: La verdad es que puede ser un parque algo confuso en cuanto al theming, y por supuesto con copias descaradas de licencias, pero en su conjunto me parece un parque muy bonito y resultón. ¡Quien no quería un parque así en su cuidad!.
    Gran trabajo como siempre Jivo.

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