jueves, 11 de agosto de 2011

Fahrenheit (Hershey Park)

A menudo las empresas punteras del sector nos suelen sorprender con diseños atrevidos, diferentes y muy desmarcados de sus líneas productivas más concretas y simbólicas. En ocasiones no pasan de ser meros prototipos o incluso invenciones que posteriormente se pagan caras en forma de costosos mantenimientos o reparaciones por diseños deficientes. En otras ocasiones nos encontramos ante el nacimiento de auténticas minas de oro la empresa, convirtiendo ese elemento, esa estructura o ese modelo en un referente icónico de la marca constructora.

Pero hay ocasiones en las que, por extraño que parezca, el modelo creado es sublime, perfecto y difícilmente mejorable pero, sin saber exactamente porqué, su dispersión a nivel mundial a cargo de la adquisición de ese mismo modelo en distintos parques se ve sesgada, hasta el punto de que la empresa constructora sólo diseña, presenta y construye un único ejemplo de ese modelo concreto.

Hoy, en Bloggercoaster, vamos a analizar una coaster que cumple a la perfección con estas características ya que, hasta día de hoy, no se conoce ninguna factura más de este modelo que rompe totalmente con algunas de las normas estéticas y técnicas de la empresa de origen suizo Intamin.

Todo un hito visual e histórico

Hershey Park, el parque más familiar y grande de Pennsylvania, cumplía 100 años en 2007. Como es lógico, no todos los días se cumple una cifra tan icónica y mítica para los parques como es el siglo de vida y aunque la mayoría engorda esta cifra datando la oficialidad del terreno o la construcción de un parque de jardines únicamente, el hecho es que los 100 años suelen ser una fecha más que válida para captar la atención nacional y mundial de cara a promocionar y re-lanzar el parque por enésima ocasión.

El irresistible layout de Fahrenheit nos saluda bien cerca del vial de visitantes.

Teniendo en cuenta esta valiosa efeméride, Hershey Park quiso unir varios cabos que durante una corta tradición de temporadas había tenido siempre a mano y, como veremos más adelante, consiguió unirlos de una forma magistral, típica de un parque experimentado.

Por una parte Hershey tenía una empresa fetiche. Cierto es que GCI tiene 3 coasters en el parque (2 de ellas de tipología dueling racer). Cierto también es el hecho de que otras tantas empresas tenían huella en el recinto, entre ellas B&M, Philadelphia Toboggan Coasters, Arrow o Schwarzkopf. Pero lo más demostrable y cierto hasta hoy es que la única empresa que ha demostrado auténtica simpatía por el parque ha sido Intamin AG, con un total de 3 proyectos sólidos e inimitables.

El estético lift de Fahrenheit visto en 2 versiones: noche y día.

Dicha simpatía no es aleatoria: Hershey Park siempre ha pedido a los suizos proyectos arriesgados, punteros e incluso excéntricos, por lo que la elección de Fahrenheit comportó, desde buen principio, todo un reto para el parque, los constructores e incluso para el gran público.

Para su coaster número #11 Hershey no quería cualquier cosa, no se podía acontentar con añadir una simple coaster, por lo que analizó fríamente las tendencias de la época. Y supo ver sabiamente como en el horizonte se extendía una nueva tipología de skyline en coasters, el skyline con drop elevado y vertical, como otras tantas empresas empezaban a comercializar con éxito (Gerstlauer con sus eurofighters o Maurer con sus skyloops, aunque Vekoma o Zamperla empezaban a presentar proyectos con este mismo denominador común).

Decidió el parque del este de EEUU encargar un complejo proyecto que incluiría no sólo el elemento de lift vertical (con el consiguiente juego de récord en la inclinación del loop) sino el añadirle una inversión única en el mundo como, años atrás, los suizos se encargaron de imprimir en la estructura de Storm Runner, a tan sólo unos centenares de metros más allá.

Meses después, tras la culminación del diseño y la construcción del gigante naranja y por enésima ocasión, la perfecta y sincronizada unión de Hershey Park con Intamin AG demostró al mundo entero que cuando un proyecto se sigue desde un principio con unas pautas marcadas, cualquier resultado posterior es simplemente diversión y calidad al 100%.

Algunos datos de interés...
  • Nombre: Fahrenheit
  • Parque: Hershey Park (Pennsylvania, EEUU)
  • Fabricante: IntaRide (delegación de Intamin AG en USA)
  • Tipo: Sit down vertical lift inverted loop coaster
  • Edad: 3 años
  • Recolocada: no
  • Color: vías y raíles naranja chillón, soportes azules, footers de cemento visto.
  • Altura máxima: 37 m.
  • Recorrido: 823 m.
  • Velocidad máxima: 93 Km./h
  • Trenes: 3 trenes de 3 carros con 3 filas por carro y 2 asientos por carro. Arneses over-the-shoulder con cinturón quita-miedos.
  • Theming: no.
El hechizo noruego

La declaración de intenciones de Intamin con este credit es totalmente claro: "vamos a mostrarte algo que nunca antes habrás experimentado y lo vamos a hacer de manera que te guste". Desde luego, todo un reto.

Es por ello que el equipo de diseño de la revolucionaria empresa suiza se puso manos a la obra para crear un elemento totalmente nuevo en el diseño de layout, algo bastante difícil más teniendo en cuenta su factura reciente y el hecho de que en las coasters, como en cualquier otro campo, está prácticamente todo ya inventado.

Sirva como guía visual a la explicación del layout la ya clásica demostración del point-of-view oficial del cual podemos disfrutar tantas veces como queramos gracias al generoso Youtube:



La estación de Fahrenheit no vendría a ser demasiado ejemplar hoy día, sino más bien funcional y estéticamente minimalista, formada en base a una perfecta unión entre arcos, columnas y techo, tanto en el interior como desde el exterior la sensación es que en todo momento estamos protegidos de elementos como la lluvia o la improbable nieve, pero que si hace aire en cualquier momento nos afectará, ya que la sensación de estar abierta al exterior está presente en todo momento.

Una vista general de la estación, la salida del layout y el lift/drop (izquierda)

El espacio es anchuroso y cómodo, se puede transitar con normalidad y la carga es la clásica por tornos y pasillos laberínticos (especialmente para front y last row).

Tras la clásica comprobación y salida de estación encaramos una curva seca a derecha con apenas un pequeño ápice de inclinación para permitir que la coaster encare con cierta velocidad el pequeño tramo que la conduce hasta la base del lift.

El lift presenta una inclinación de subida a 90 grados y una de bajada a 97, por lo que la base de la estructura se va haciendo más ancha conforme elevamos la vista varias decenas de metros hacia arriba.

Como en todos los casos de este tipo de arrastre se realiza con doble cadena (una funcional y la otra a modo de seguridad por si la primera falla) por lo que, como sabrán los que hayan riddeado alguna de estas criaturas, el sonido es prácticamente imperceptible ya que carece totalmente de elemento anti-rollback.

Una ocasión única para disfrutar de las vistas y alzar los brazos al aire.

Y para no variar, la incomodidad en la subida, por mucha ergonomía que presente el asiento, se hace totalmente patente. Y es que pese uno lo que pese, al colocarse en posición vertical el asiento el peso del cuerpo nos aplasta automáticamente (más todavía teniendo en cuenta la presión que ejerce ya de por sí el arnés que nos sujeta al asiento). Una presión que no nos abandona hasta llegar a la cumbre del lift, donde pasamos por 3 bonitas fases características de esta coaster: visión del cielo, visión panorámica y visión del drop, todas ellas en primera persona.

Tras un siempre aparentemente corto drop en el que apenas se percibe la inclinación más allá del ángulo recto, pero si podemos notar la aceleración exagerada de los trenes, encaramos un valle agradable y para nada brusco que nos transporta directamente, elevándose suavemente, hasta una altura de unos 20-25 metros, donde da inicio un auténtico baile entre la coaster y nuestro punto de gravedad 0.

De noche la iluminación de la coaster es excelente, como en todas las del parque.

Para empezar realiza un ligero viraje a derecha que nos engaña totalmente, ya que aunque la intención de giro puede parecer esa, nada más lejos de la realidad. El tren encara un repentino cruce de peraltes y de golpe enlazamos una especie de dive-loop sobrealimentado que nos conduce al punto más bajo del layout, en la misma panza del bautizado como norwegian loop.

Nos han invertido, pero apenas lo hemos notado, por lo que toca de nuevo encarar una subida que bien podría recordar la de las eurofighters en los enormes loops con forma totalmente redonda. De nuevo estamos a 20-25 metros de altura y parece como si apenas hubiéramos hecho nada, por lo que toca redefinir de nuevo el layout que en este punto pasa a ser prácticamente de manual, aunque digno de mención.

El cobra roll adquiere un nivel estético sublime e incomparable a otros cobra rolls.

La salida del norwegian loop vuelve a engañarnos, haciéndonos creer que de nuevo giraremos con peralte a la derecha pero inmediatamente volvemos a enlazar con un drop apaisado e inclinado hacia la izquierda, donde se nos presenta de forma sublime el segundo gran elemento de este credit: el cobra roll.

Con una amplitud de transiciones entre elementos tan escandalosa, el cobra roll no podría ser menos, por lo que la suavidad del paso de inversiones a nivel horizontal es tan sublime, tan enormemente llevada, que apenas nos damos cuenta que volvemos a experimentar dos inversiones (porque siempre el cobra roll cuenta por dos). Al contrario de como puede pasar en la mayoría de las Vekoma o en pocas B&M, la panza del cobra no sirve para descansar, sino simplemente pasa como un tramo más del layout general.

A su paso por el cobra roll el tren vibra ligeramente, pero la suavidad de transiciones manda.

Salimos de cobra roll y a la velocidad del relámpago enlazamos una curva ligeramente peraltada a derecha que, de nuevo jugando con el engaño, Intamin nos hace creer que será una típica recta de MCBR. Pero cuán equivocados estamos cuando descubrimos que en realidad es un inmenso corkscrew estirado, algo a lo que hay que decir, Intamin nos tiene también acostumbrados.

Como si de padre e hijo se trataran, el corkscrew grande apenas nos ha dejado asimilarlo cuando debemos aprender a masticar al pequeño, que viene inmediatamente después.

Barre el layout en este punto en base a una enorme curva peraltada con ingente cantidad de fuerzas G laterales que nos hacen recorrer la base del lift. Desde fuera puede parecer muy pequeña, pero en el interior se disfruta bastante debido a sus dimensiones amplias.

El corkscrew mayor pasa justo por en medio del norwegian loop.

Tras este elemento de pura transición enlazamos con otro gran punto: el puro airtime de Intamin. Aquél que te deja sin aliento y que apenas puedes preveer para disfrutar al completo y que se traduce en un tímido camelback que juega sabiamente con la curvatura de las vías y la velocidad de los trenes para hacer sentir que vas a despegar en cualquier momento, por mucha protección que lleves encima.

Apenas dos segundos de convulsión airtimera para recuperar el aliento en otra tímida curva, esta vez más notable y cerrada que la anterior, que de nuevo jugará a engañarnos. Nuestro cerebro acaba de aprender el comando curva + airtime y cuando vamos a salir de la curva creemos, porque ante nuestras narices se presenta, que vamos a comer otro puro airtime. Pero lo que en realidad nos comemos es una placentera subida con recta de brakes que suaviza enormemente la trayectoria desbocada del tren.

Punto bastante agradable a la vista este último ya que vemos en primer plano una de las curvas cerradas junto con el lift+drop y, al fondo, la solemne estación. Esta última será el objetivo de una recta de brakes finales prácticamente testimoniales que repartirán la carga de 3 trenes que tanto caracteriza este credit.

Detalle de los grandes arcos de la estación.

Tras una entrada sobria a estación (similar a la salida), salimos por la derecha con destino a la tienda donde podremos recoger nuestro photoride. ¿Sinceramente? No recuerdo en qué punto te disparan la foto, pues desde buen principio la sensación de locura en inversiones es constante y uno pierde el norte apenas encara la primera curva del norwegian loop.

Adicción naranja

Y es que Fahrenheit es, amigos y amigas de Bloggercoaster, una auténtica droga. Una droga desde las propias colas, adornadas con ventiladores de manera similar a Kingda Ka y con unas vistas tremendas respecto a la coaster que montaremos, hasta el punto en el que, salidos de la coaster, decidimos observar nuestros rostros sufridos en las pantallas de photorides.

Una droga que Intamin nos sabe vender como el perfecto truco de magia por la generosa cantidad de engaños en el layout que constantemente nos hacen plantearnos nuestra capacidad de percepción respecto a la coaster en sí.

Esta es la última vista que tenemos de la coaster justo antes de acceder a la estación.

Giros que no lo son, elementos que no acaban de ocurrir realmente, transiciones que en cualquier otra coaster aborrecerían a cualquiera pero que en esta adquieren tintes necesarios e inamovibles, etc. Farenheit es un constante juego entre el tren y nosotros, un juego donde no podemos dejar de escuchar como el mismo carro nos dice "¿verdad que no te lo esperabas?", un toma y daca de nivel donde, como si de peleles se tratara, nos mecemos a merced de una estructura perfectamente estudiada donde las fuerzas se combinan entre ellas como el que degusta el mejor de los menús franceses.

Fahrenheit es, a mi parecer, una de las obras de Intamin más sublimes que he montado hasta día de hoy (si tenemos en cuenta que la más sublime de todas es mi aclamada Expedition GeForce) y, considerando lo brusco del layout en su hermana Storm Runner, podríamos decir que mientras la launched roja significa una auténtica bofetada agresiva en el cuerpo del viajero, Fahrenheit es el mimo, la caricia de cariño, la mano que nos calma y nos ofrece un exquisito y suave viaje.

Sólo dos puntos pueden manchar la reputación de tan excelsa obra:

1) La carga, en días con attendance elevado, debe ser tremendamente lenta. Pese a que se realiza un ciclo de carga y descarga en varias fases (primero se descarga y posteriormente se avanza el tren unos metros para poder cargar), uno puede ver en tan sólo unos minutos que allí debe haber bastante trasiego en las horas punta del día y que el bullicio puede llegar a ser todo un incordio para el cliente.

Los trenes stadium, un clásico de Intamin en todas sus producciones.

2) La vibración. Y es que de manera totalmente inexplicable, el tramo que va desde el inicio de la transición al primer immelman del cobra roll hasta que salimos totalmente de éste, se apodera del tren una constante y diría que casi molesta vibración. Pequeña pero muy constante, como si en nuestros traseros se hubiera instalado un martillo hidráulico que no dejara de vapulearlos cuales sufridas aceras de calle. Por mucho que lo debatimos, no llegamos a ninguna conclusión clara del porqué de esta vibración en un punto donde, aparentemente, ni las vías, ni los trenes, ni el asiento debe sufrir lo más mínimo ya que la absorción de la velocidad es casi total y la velocidad en la panza del cobra tampoco es considerable.

Pero por todo lo demás, debo encumbrar hasta las altas posiciones un proyecto de este tipo que, de principio a fin, me encandiló y sedujo.

Se deja fotografiar y además es estéticamente perfecta, así que ¡preparad vuestras cámaras!

He de aplaudir en este punto al parque, porque a excepción de quizás un par o tres de credits, el resto me pareció totalmente acertadísimo, necesario y justo para acontentar una variedad de público amplísima. No tiene Hershey Park ninguna kiddie en sus filas y, sin embargo, en ningún momento se las echa en falta cuando podemos encontrar cosas como Comet, Roller Soaker, Trailblazer o incluso Sooperdooperlooper.

Y hacia Intamin. Señores, ¿a estas alturas hace falta repetir que debemos montarles ya un altar a esta gente?

*****

Una brillante idea, un diseño inteligente y una conclusión digna de libro, no es más que la definición de una coaster que gusta a todos por igual y que, extrañamente, no se ha visto reproducida en ningún otro parque del mundo.

Espero haber plasmado con el máximo número de detalles un credit que merecería claramente varias entradas más, sólo por igualar la grandeza de su perfecto layout. Pero como el tiempo y, en Internet el espacio, es oro, hoy debo dejaros por el momento, aunque como siempre ocurre, a continuación os listo la totalidad de coasters que me he encargado de analizar a lo largo de este año y pico de vida de Bloggercoaster:
Comienzan a ser ya una buena selección de estilos y maneras de concebir la pasión que tanto nos une, la pasión por las coasters.

3 comentarios:

  1. La verdad es que como coaster me llama mucho la atencion... Es impresionante como una coaster tan compacta puede dar tanto juego con las fuerzas G´s en las inversiones... Una obra maestra, si señor
    PS: El lift me recuerda sin duda a HRRR (USF)

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  2. Como siempre, magnífica descripción de esta pieza de ingeniería. Personalmente, y digo esto sin haberla probado, me parece algo plana la coaster. Como un Eurofighter con pretensiones de algo más por el hecho de tener 6 inversiones seguidas. Quizás un layout más imaginativo con menos inversiones dobles (como el Norwegian loop o el Cobra roll) hubiera dado más de si.

    Pese a todo, he de decir que la estructura naranja y azul eléctrico es cautivadora y parece tener un efecto casi hipnótico. Lástima, otra vez, que tenga unos trenes tan cortitos (por razones técnicas -véase la caída a 97º- dudo que puedan ser mucho más largos) pero supongo que con un buen ritmo de carga (que tengo entendido que NO tiene) pueden ir moviendo la cola con agilidad.

    Por cierto, la vibración de la que hablas ¿es como la de Colossus en Thorpe Park? Lo que en la jerga inglesa llaman el "Intamin rattle"?

    Me muero de ganas por leer tu próxima entrada.

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  3. Parecido, pero bastante más acusado. Hasta el punto de que lo único que grité en ese punto es "como vibra la cabrona". Era una especie de "ratatatatatatata" todo el rato, como el pasillo vibrador del Castell Misterios de Tibi, algo parecido.

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