domingo, 15 de mayo de 2011

Falcon (Duinrell)

Como ya os expliqué en la anterior entrada, recientemente se ha celebrado la Mitch Hawk Steel Coaster Poll, una votación popular mediante Internet con la que nos podemos hacer una idea bastante clara de la posición en la que quedan un total de 350 credits de acero repartidos por lo largo y ancho de todo el mundo.

En un afán por presentaros mis gustos más personales, hice público mi listado particular de algo más de 50 credits en los que quedaron claras mis predilecciones y mis odios más ensañados.

Pues bien, hoy, en Bloggercoaster, he decidido romper con mis odios personales y descubriros la que, de momento, se perfila como la peor coaster de acero de mi lista (aunque comparte posición con unas cuantas, la verdad) y que en general ha quedado en la parte media del ranking mundial (posición #175), hoy hablaremos de Falcon, la primera eurofighter que analizamos en el blog.



Aviones en el bosque...

Así como en el análisis de la anterior coaster (Knightmare, en Camelot ThemePark) os hablé del clásico cisne negro de las coasters, el típico proyecto que desde fuera parece doloroso y feo pero que cuando lo montas te enamoras al instante de él, en el caso de hoy hablamos justamente de lo contrario: un credit que es muy atractivo a la vista, con numerosos elementos bonitos y que tiene todo el aspecto de ser divertido, sofisticado y cómodo, pero que pronto se descubre como una auténtica pesadilla.

Vistas generales del proyecto desde el extremo más idoneo, a partir de aquí, todo árboles.

Si nos basamos en las experiencias y, sobretodo, en las notas del ranking de Mitch Hawk, podemos ver que las eurofighters son modelos no demasiado agraciados y es que su estructura, su complejidad de fuerzas y la debilidad de sus raíles hace que se gasten rápidamente, bajando posiciones de una manera estrepitosa con el paso de los años. Falcon, en este sentido, es todo un ejemplo.

El tren pasando por la parte más baja, la zona inferior del loop.

En realidad el theming de esta coaster hace honores al modelo de caza F16 también llamado Falcon, un avión de guerra muy valorado en el mundo militar y honorado con una coaster que quiere simbolizar una especie de aterrizaje forzoso en medio del bosque, en el que nosotros seremos los supervivientes.

La verdad es que está un poco cogida con pinzas la historia y, pese a que respeta una de las normas más básicas de esta zona del parque (que todo esté o hecho de madera o que lo parezca) el hecho de mezclar aviones caza en medio de toda la bonita estampa rural es un poco chocante.

Decenas de fuerzas por doquier

En realidad, por la distancia del layout, tampoco podríamos calificar este proyecto de complejo, más bien es el clásico proyecto más bien económico que está llevado para convertirse en una major con diferencia pero que, trasladado a un parque de mayor calidad, se convertiría rápidamente en un credit secundario y sin relevancia.

La sensación de altura es bastante vertiginosa, aunque únicamente mida 22 metros.

Tras una rápida salida de estación encaramos una curva a derecha sin peralte que nos enlaza directamente al enorme lift, el elemento más grande y vistoso de toda la coaster, con 22 metros de altura. Aunque paramos unos segundos (en los que la cadena mide, mediante sensores, el peso y la velocidad del tren para completar el recorrido como es debido) empezamos a elevarnos y a encarar la recta totalmente verticales, mirando el cielo y rodeados de arboleda.

Y aquí el loop completo, donde podemos apreciar su extrema redondez.

Tras llegar a la máxima altura, el tren adquiere la posición horizontal para, en décimas de segundo, volverse a inclinar esta vez hacia abajo y soltarnos, de manera estrepitosa, a un drop sobre-curvado con una inclinación de 97 grados que nos cortará, por unos segundos, nuestra respiración. Los drops curvados de eurofighter tienen la fama pésima de eso, de que duran muy poco, por lo que no os esperéis poder vivir una experiencia brutal, porque es lo dicho, un suspiro apenas.

Los trenes lucen una pintura temática y quedan bastante integrados con el entorno.

Al adquirir la velocidad máxima el tren encara el que, a mi parecer, es el elemento más entretenido y remarcable: el loop. Con una curvatura perfecta, rozando el círculo total, completamos un loop totalmente redondo, muy diferente de los típicos loops ovalados. El hecho de tener un tren tan pequeño permite que las eurofighters puedan tener elementos como este.

En algunos rincones el toque de pintura de los soportes metálicos le otorga mucho realismo.

Tras el redondo loop se avecina el infierno. Primero encaramos una curva en horseshoe sobre-peraltado que nos inclinará bastante, poniéndonos más cerca el suelo que los enormes troncos de los árboles que rodean el credit. Y acto seguido encajamos una transición durísima hacia una curva peraltada, todo ello pasando por uno de los puntos más bajos de la coaster y elevándonos hasta una altura considerable, donde haremos el recorrido de la curva.

En este punto viene un elemento que, normalmente, es muy divertido y curioso (sobretodo en lo que respecta a las sensaciones que experimenta el cuerpo) pero que en esta ocasión se convierte en un claro exponente del dolor y de la protección sobredimensionada, ya que nuestros cuerpos, que vienen de afrontar una cerradísima curva peraltada, deben girar 360º en un inline absolutamente infernal y muy poco disfrutable que, para más dramatismo, enlaza con otra curva peraltada a modo de dive loop o mini-drop y, preparaos, porque en este punto el cuerpo experimenta tal presión por las fuerzas G positivas que será imposible no exclamar un grito de dolor.

La salida de la coaster nos permite observar una reproducción del famoso avión Falcon.

Suerte que enlazamos, de nuevo en un alarde de incomodidad, con una transición que nos conduce a una amplia hélice ascendente que, cosas de la fricción, reduce considerablemente la velocidad que nos lleva, en los últimos metros de este maldito castigo, a una recta de brakes con varias secciones de frenado magnético, donde daremos por concluido el recorrido.

Una curva final a derecha nos volverá a introducir en la pequeña estación de carga donde podremos salir de los trenes de esta infernal y maquiavélica máquina de tortura. Por si os ha quedado alguna duda tras leer este reporte de sensaciones y recorrido, os pongo a continuación un point-of-view de esta coaster. No he podido encontrar nada de mejor calidad, pensad que estamos hablando de un parque pequeño y de una coaster realmente poco atractiva para realizar un POV en condiciones:



Cabe decir que la estación, en sí, es bastante resultona aunque peca del mismo fallo de todas las eurofighters: carga y descarga se hacen tremendamente lentas por lo que el attendance que ofrecen estos proyectos se convierte en una lección por aprender (más teniendo en cuenta que Falcon es la gran major del parque ya que únicamente encontramos otro credit y se trata de una coaster familiar).

Algunos datos de interés...
  • Nombre: Falcon
  • Parque: Duinrell (Wassenaar, Holanda)
  • Fabricante: Gerstlauer Amusement Rides GmbH
  • Tipo: Euro-Fighter Model 320+
  • Edad: 2 años
  • Recolocada: no
  • Color: soportes pintados tipo imitación de vetas de madera y vías marrón oscuro.
  • Altura máxima: 22 m.
  • Recorrido: 361 m.
  • Velocidad máxima: 70 km/h.
  • Trenes: 2 de 2 filas cada uno, 4 personas por fila. Arneses de hombro y cinturones quita-miedo.
Mi propia experiencia

El parque no estaba muy lleno y, a la vez, tampoco se trataba de un gran parque, por lo que algo me decía que Falcon la podría disfrutar en bastantes ocasiones (y no os voy a engañar, la idea era la de montarla una y otra vez hasta que se me agotara el tiempo). Pero lo cierto es que la probé en 2 ocasiones y decidí escatimar el tiempo que invertiría en otras rides más merecedoras de mi atención justamente delante de este credit.

El sistema de photorides está totalmente automatizado, llegas a la estación y ya ves tu foto.

La probé delante y detrás (las únicas posiciones que admiten este tipo de credits) y en ambas me pareció muy dolorosa y totalmente descartable. Pero vayamos con calma y decidamos qué tiene de bueno y qué de malo.

Lo bueno de este credit de Gerstlauer básicamente es el enorme y presente loop, muy bien acabado y generador de una sensación bastante destacable, el hecho de venir de un drop de 97 grados y pasar de 0 a 70 en menos que canta un gallo, ya hace que tu cuerpo vaya supurando adrenalina a chorros cuando llegas a hacer este simpático elemento. Además se suma a todo esto el hacer un loop sin sentir realmente nunca el empuje de las fuerzas positivas que, de no existir la limitación de la vía, te sacarían decenas de metros hacia afuera. Más bien sientes como tu cuerpo fluye o incluso llega a flotar ligeramente (sobretodo en la parte más superior). Es una ligera sensación de paz y tranquilidad.

El loop se desplaza muy poca distancia lateralmente, justo al límite de las medidas de seguridad.

Pero el resto es lo malo, y por ello es por lo que esta coaster se hunde tanto en la mediocridad: transiciones totalmente ortopédicas y dolorosas entre elementos absolutamente aberrantes (en especial cabe destacar el cambio de la curva horseshoe a la peraltada que nos conduce al inline y el dive loop que nos lleva a la hélice final. Estos dos puntos, con distintas fuerzas G exageradas (en un punto recibimos abundantes fuerzas laterales y en el otro demasiadas positivas verticales), los convierte más bien en puntos negros, trozos de recorrido en los que el cuerpo ya se prepara para recibir un impacto lateral o vertical, como nos sucede normalmente en una coaster cuyo layout ya nos conocemos. La única diferencia es que con este credit, como es totalmente nuevo para ti, no te lo esperas y recibes el castigo directamente, sin escrúpulos.

El tren a su paso por el inline, justo antes de llegar a uno de los puntos negros del layout.

El resultado es que sales de Falcon molido a palos y te preguntas porqué. ¿Porqué un credit con un layout tan terriblemente corto nos puede dar varios palos tan grandes?

Como he dicho antes, hay varias teorías que, a lo largo de los años, se han ido confirmando en algunos foros especializados en el tema: las eurofighter presentan layouts muy alocados, con la virtud de contener elementos dispuestos de forma original y compacta, pero que en las transiciones descubren su peor defecto. También, como decía, la fragilidad de las vías de eurofighter, frente al enorme peso de los anchos trenes, hace que con el paso de los ciclos se vayan adaptando y moldeando, sobretodo en puntos donde el tren ejerce una presión constante como son los dos que antes he mencionado.

Cruce de vías preciosista y muy típico de las eurofighters de Gerstlauer.

El caso es que, como no me cansaré de repetir, Falcon engaña mucho. Parece cómoda y divertida, pero lo primero resta lo segundo y allí donde deberíamos sentirnos confortables y felices nos acabamos sintiendo mal y doloridos.

*****

Como podéis ver, no son todo siempre proyectos de gran envergadura o geniales, sino que aquí también hay cabida a proyectos menos conocidos pero que igualmente vale la pena analizar.

Quiero, eso sí, que quede bien claro que para mi Duinrell es un parque genial, que recomiendo encarecidamente visitar si te encuentras por las inmediaciones (más todavía si lo combináis con el completísimo Drievliet Park, a escasa media hora en autobús). Pero desde luego queda claro que antes de visitar Duinrell crees que Falcon será lo mejor de toda tu visita y, después de visitar el recinto, te das cuenta de que la eurofighter es de lo más olvidable y que, sin duda, te quedarás con cosas muchísimo más valiosas como Mad Mill, el singular Splash o las imprescindibles Catapults.

Otro credit más, nada relevante, pero visualmente llamativo.

Y hasta aquí pues llega mi crónica o análisis de hoy, que como siempre os recuerdo que podéis completar visitando los demás análisis que he ido haciendo a lo largo de la existencia de Bloggercoaster:
Además, si queréis, podéis dejar en forma de comentario vuestra opinión, crítica o pensamiento respecto a este controvertido modelo de coaster, tan en auge en los últimos años. ¿Qué opináis de las míticas eurofighters?

3 comentarios:

  1. Yo he probado recientemente su homologo en Canobie Lake Park,Untamed, en New Hampshire, y debo decir que discrepo totalmente contigo. Si es cierto que apenas llevava meses inagurada, y eso hace mucho. Pero me parecio suave, con unas fuerzas poderosas y de layout muy interesasnte pero para nada doloroso. Muy disfrutable

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    1. Yeah! Cierto es que en ocasiones coasters clónicas son totalmente diferentes en cuanto a comodidad o sensaciones. Me ha pasado ya con algunas multiloopers de Vekoma o incluso alguna B&M, por lo que no me extrañaría que pase lo mismo en este caso. Por cierto que tal la woodie de Canobie? Esencia de vibración made in Philadelphia Toboggan Coasters?

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  2. La verdad que otras coaster clonicas como Batman en SFGAdv, o MindEraser en SFNE, me ofreceron sensaciones identicas a las de sus hermanas de por aqui, con lo que no te sabria decir.

    Pues Yankee Cannonball fue una autentica delicia de coaster. Suabe a mas no poder, airtime y muy oldschool. Muy disfrutable en todos los sentidos y aqui me ratifico en lo que siempre digo, mas que altura o velocidad, importa un recorrido inteligente.

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