lunes, 25 de abril de 2011

Knightmare (Camelot ThemePark)

En un escondido rincón de la verde y espesa campiña inglesa, justo donde el silencio se interrumpe apenas por el canto de los alegres pajarillos y donde las banderas, los escudos, los torreones y las caballerizas cobran vida como si de la era medieval se tratara, se erige sobre el horizonte la oscura y desafiante estructura de una auténtica joya en el mundo de las coasters.

Normalmente las listas de las mejores suelen verse copadas por monstruosidades de la talla de B&M, Intamin o GCI, dejando poco espacio para proyectos como el que hoy nos ocupa y que, sin duda, convierte un parque mediocre y sin encanto en todo un paraíso del que sacar mucho partido durante unas buenas dos o tres horas.

El surrealista e impresionante layout de Knightmare al completo.

Hoy honramos la enorme figura de Anton Schwarzkopf, un visionario que supo regalar al mundo, durante la existencia de su factoría, con coasters enormes, impresionantes y sobretodo muy originales como la que me ocuparé hoy de comentaros en Bloggercoaster: Knightmare.


El layout de las G's prodigiosas

Aparentemente la tipología tanto de los trenes como de las vías hace pensar que Knightmare se convertirá, como su ingenioso juego de palabras indica, en una especie de pesadilla. Pero nada más allá amigos y amigas, como veremos hoy en el análisis, parece ser que la combinación sabiamente equilibrada hace que un ciclo en la coaster se convierta en toda una experiencia para el aficionado al mundillo.


El layout demuestra la tendencia que siempre tuvo Schwarzkopf a la hora de diseñar sus proyectos: recorrido terriblemente desordenado, aparatoso, comprimido y con formas desafiantes para la legalidad (y que en multitud de ocasiones saltaban esta misma en una época en que medidas de seguridad y coasters no iban necesariamente de la mano).

Ya desde buen principio iniciamos recorrido saliendo de estación a derecha en lift de cadena en espiral. Sí, habéis leído perfectamente: en espiral. Una de las leyes inquebrantables del diseño actual de coasters ya queda totalmente rota en tan solo los primeros metros de esta serpiente marrón metálica. Tras una media luna ascendente que nos posiciona en paralelo a la estación, nos elevamos en lift recto hacia los 27 metros de la altura total que tiene la coaster en su punto más alto, cuya pasarela hay que indicar que alberga el motor del lift (otra de esas rarezas clásicas de Schwarzkopf).


El drop no es gran cosa, pues el plato fuerte viene justo después de pasarlo.

Tomamos una ligera curva que nos gira 90º a la derecha para enlazar directamente con un drop ligero, muy ligero con una inclinación inferior a los 45º que nos introduce de lleno en su velocidad máxima y nos acerca tímidamente al suelo, aunque rápidamente se encarga de elevarnos a su segundo punto más alto: una curva peraltada a unos 20 metros del suelo que nos ofrece unas magníficas vistas de la verde arboleda que rodea el parque.

Volvemos a emprender un ligero drop para remontar metros hasta conducirnos, previa curva cerrada peraltada a derecha, en la primera pasarela de brakes intermedios (o MCBR) que nos frena ligeramente.


La salida: ahí tenéis una cadena de lift haciendo curva a la derecha. Problem NoLimits?

Y es aquí, sólo aquí, donde sentiremos rápidamente las endiabladas 5G de las que presume esta joya. El concepto de este elemento es, diría yo, único hoy en día y os puedo asegurar que es uno de esos puntos donde cualquiera, por muchas coasters que haya probado, suelta un grito de sorpresa y adrenalina. Como si del estrambótico drop de Expedition GeForce o los enormes camelbacks de Colossos habláramos, el mini-drop en curva de Knightmare merece entrar directamente en el Olimpo de los elementos de coaster. Una curva cerradísima que nos transporta al punto más bajo de la base y vuelve a subirnos hacia una segunda recta de MCBRs. Bien podría considerarse este elemento una especie de hijo bastardo entre un loop sin inversión y una hélice extremadamente inclinada.


El endiablado layout presenta esta curva ovalada, el elemento estrella de la coaster.

Pasado el sorprendente elemento la recta con frenos de emergencia nos transporta a la mitad que pertenece al lift y el drop inicial, donde nos espera una curva peraltada que nos conduce a un cambio de peralte extremo (del que Intamin, años más tarde, ha conseguido lograr la perfección) y, tras pasar por otra pequeña recta de MCBRs nos introduce en una doble espiral cuya velocidad en el punto más bajo se puede comprobar cuando uno espera su ciclo en la estación, pues pasa a escasos metros de la zona de carga.

De aquí volvemos a pasar por una especie de recta de transición que nos lleva a la gran doble hélice situada bajo el drop y que eleva, metro a metro, su inclinación en peralte hasta llegar a unos extremos 60 grados.


Las hélices continuas son otro de los elementos significativos de este credit.

La velocidad aquí cobra singularidad, además de ser multiplicada, pues en este punto vamos a escasos metros de altura conforme a la base de la estructura metálica y los puntos de choque se multiplican constantemente, pues todos los soportes se enredan caprichosamente, como si se apartaran dejándonos pasar sorprendidos por nuestra enorme velocidad.

Tras varios cambios de peralte con cierta dureza en las transiciones nos espera una última curva peraltada, bella y abierta que nos conduce directos a la recta de brakes finales, que circula justo por debajo de la recta del lift. Hay que decir que esta recta es muy puñetera pues, aunque parece que tengamos una buena veintena de metros para frenar, el tren frena en los primeros 4 o 5 metros, dejándonos literalmente clavados a la lapbar que nos aguanta (debidamente acolchada para esta ocasión, imagino).

Recorrido lento de transición, segundos brakes para días de carga doble y entrada directa a estación, con descarga en la misma posición de carga (lo cual provoca una disminución de attendance más que considerable).

Como la descripción del layout os puede parecer difícil de llevar, aquí os adjunto un video magníficamente grabado y montado por nuestros amigos de ThemePark Review en donde podemos observar todos y cada uno de los puntos que arriba os he narrado:


Algunos datos de interés...

Nombre: Knightmare
Parque: Camelot ThemePark (Lancashire, Inglaterra)
Fabricante: Anton Schwarzkopf
Tipo: sitdown custom
Edad: 32 años.
Recolocada: Sí, durante 19 años estuvo en Kobe Portopialand (Japón) donde se llamó Bavarian Mountain Railroad y BMRX, se recolocó en 2006 sin el theming original y cambiando el nombre.
Color: soportes y vías marrón oscuro, en algunos puntos los soportes presentan color negro o gris acero.
Altura: 27 m.
Recorrido: 793 m.
Velocidad máxima: 70km/h.
Trenes: 2 trenes de 7 vagones cada uno, 1 fila por vagón y 2 asientos por fila. El vagón del morro presenta una forma alargada en forma de locomotora sin chimenea.

Mi propia experiencia

Aunque cada persona puede hacer decenas de clasificaciones diferentes para las coasters que prueba a lo largo de su vida, hay una clasificación que creo que es la primera que todos hacemos y se sitúa en los instantes después de salir de la estación y haber montado una coaster. En ese momento decidimos sin demasiados miramientos si la coaster que acabamos de montar ha dolido y pese a haberla montado no volveremos a repetir la experiencia o si, por el contrario, la coaster que dejamos atrás nos convence, nos gusta y queremos repetir tengamos que hacer la cola que tengamos que hacer.


El tren al completo ofrece una altura final bastante considerable, aun sobrándole elementos.

Knightmare, sin duda, se presenta en esta segunda opción. Presenta unas transiciones duras y muy difíciles de preveer (el encaje en el asiento es muy limitado, por lo que inclinar el cuerpo no servirá de nada) y el recorrido es tan comprimido que en ocasiones los elementos se repiten aun sin estar en el mismo orden o dirección (os he dicho ya que esta coaster contiene unas 5 espirales?).

Pero pese a los puntos negativos, cuando uno abandona la estación camino de la salida sólo puede pensar en volver a enfilar el sendero de la cola para volver a montar una y otra vez. En mi caso iba algo mal de tiempo, por lo que sólo pude disfrutar de esta maravilla 3 veces seguidas, pero os puedo jugar que la hubiera montado 10 sin ningún tipo de problema.

No se si serán las ruedas de los trenes, el engrase de la vía o la suspensión, pero un proyecto que visto desde abajo parece doloroso, vibratorio e irregular, una vez montado y experimentado sólo hace que obligarnos a pensar una y otra vez: ¿porqué no lo es?


Tras el drop pasamos una curva peraltada a considerable altura y nos adentramos en el nudo.

Es de una suavidad extrema, muy semejante a proyectos de reciente factura como BlueFire o las más pioneras B&M, ¡pero estamos hablando de una coaster de los 80! Y presenta ya, pese a tener la edad que tiene, una serie de elementos que hoy en día se presentan como innovadores (mini-drops enfermizos, espirales ultra-peraltadas o cambios de peralte extremos).

Los trenes, como ya he dicho, no dejan demasiada libertad de movimientos e incluso son demasiado grandes a mi parecer. Nada ergonómicos (aunque no hace falta, creedme, una vez estás en el layout olvidas la comodidad) presentan una sujeción doble consistente en un cinturón de seguridad al más puro estilo coche (del lateral al centro mediante el clásico "clak") y una barra lapbar acolchada que más que protegernos nos ofrece un punto de sujeción interesante. En la parte delantera de cada vagón encontramos una barra para sujetarse y aguantar las ligeras sacudidas laterales que podremos recibir durante el trayecto.


¡Tranquilos! La protección de estos trenes va más allá de ese triste cinturón...

Si no lo repito muero: el elemento de la curva inclinada en forma de pseudo-loop sin inversión es poco más que orgásmico. Consiguió arrancar en las 3 ocasiones en las que monté 3 gritos de pura adrenalina salvaje sólo comparable a los que se pueden arrancar en airtimes de los del calibre de una hyper de B&M a toda velocidad.

Knightmare es el clásico proyecto que engaña. La coaster que ves desde abajo y piensas que vas a fenecer en sus entrañas pero que cuando acabas de montar, cual potente droga, te pide que la riddees una y otra vez, sin piedad. La lástima es que la pobrísima gestión del personal del parque haga que los ciclos sean enormemente lentos y las colas se consuman más bien lentas, ofreciendo un ratio de cola de unos 15 minutos por ciclo, lo cual pondrá a prueba nuestra paciencia en más de una ocasión.


La carga es bastante lenta a pesar de tener entre 2 y 3 operarios en estación.

Sin Knightmare, Camelot ThemePark no sería más que un desprestigio a olvidar. Con Knightmare adquiere tintes obligatorios para el buscador de emociones fuertes, una tónica muy seguida por los parques ingleses con claros ejemplos como The Ultimate en Lightwater Valley o Oakwood con Speed: NoLimits.

Toda una joya que merece, al menos una vez en la vida, ser montada por los corazones ávidos de G's extremas, layouts surrealistas y peraltes de infarto.

*****

Una vez más, nos fijamos en una coaster menos conocida por el público en general, una coaster que no suele aparecer en guías "must go" o que no suele ser catalogada como única, pero que os puedo asegurar que merece estar en la consciencia de todo fanático del mundillo pues cumple, de sobras, las expectativas más exigentes.


¡Objetivo logrado: un credit mítico más a la saca!

Si sois amigos de desviaros del camino, de probar parques pequeños, experimentar con recintos de menor calibre aunque invirtáis menos tiempo en ello, os recomiendo encarecidamente Camelot ThemePark, aunque sólo sea por contener una joya como Knightmare habrá valido la pena vuestra aventura viajera.

2 comentarios:

  1. Gran review Jivo, pero una pregunta, es Knigtmare el mismo modelo que Jel Line de Grona Lund en Suecia? Juraria que asi lo es, y entonces comprato totalmente todo lo que dices sobre estas joyas!

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  2. Una nueva joya a modo de credit pendiente

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