miércoles, 20 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 9)


La novena jornada del viaje fue, en base, un gran debate. Había probado ya los 2 parques Disney que me interesaba tener en nómina, me faltaban en la lista otros dos que, pese a no darles la misma importancia, tampoco se debían olvidar y la duda era cuál de ellos visitar: ¿Walt Disney Hollywood Studios o Epcot?

Así que finalmente me puse un reto (como suelo hacer en la mayoría de viajes en solitario) y me propuse visitar ambos en el mismo día. Algo que me animó a ello fue ver los horarios que, inexplicablemente, eran mucho más generosos que ese domingo. Los parques abrían a las 9 de la mañana y cerraban a las 9 de la noche, así que tenía unas 12 horas para recorrerme dos parques Disney enteros... ¿quién dijo miedo?

Walt Disney Hollywood Studios

Tomé el bus shuttle desde mi hotel en dirección al primero de ellos con la intención de "quitármelo de encima" rápido, Walt Disney Hollywood Studios:

Curiosamente este parque me recordó a una especie de mezcla entre los Universal Studios Orlando y los Walt Disney Studios de París, es una mezcla de ambos ya que el theming general gira entorno al mundo del cine (y sobretodo de aquél glamour que desprendía en los años 60, cuando el color era todavía un extraño). Estructura irregular de calles y callejones, todo distribuido en grandes arterias que hacen las veces de avenidas tematizadas y al final de cada arteria una gran plaza que es la que da cobijo a una o un par de rides más o menos importantes. Esa es la estructura del parque, que podría llegar a ser laberíntica en caso de ser un parque grande pero es que WDHS es sorprendentemente pequeño. En apenas dos horas lo tenía totalmente recorrido (riddeando cosas).

Obviamente tiene atractivos principales y uno de ellos es, cómo no, la Hollywood Tower of Terror:

Como apenas conozco la mitomanía Disney, como ya demostré, no me voy a aventurar con medidas y récords, porque tampoco las conozco, pero correjidme si me equivoco: no la vi mucho más alta o baja que la de París. De hecho ambas rides me parecen bastante similares exceptuando el acceso a las mismas (la de París me pareció mucho más trabajada en exteriores e interiores), la de aquí me pareció algo más inmersiva en el acceso hasta que llegas al ascensor y bueno, una vez dentro de la cabina ambas me parecieron muy iguales. Quizás el ciclo de la de Orlando es un pelín más arriesgado y notorio que la de París, pero vamos, no mucho más allá.

Otro de los signos característicos de este parque y que también podemos comparar cara a cara es la Rock'n Roller Coaster presentada cómo no por Aerosmith:

En este caso creo que ambas coasters son bastante insulsas, tratándose de Vekomas multi-loopers indoor las dos. El theming me pareció algo más acertado para esta de Orlando, sobretodo porque era más inmersiva en la historia, más creíble (pese a tener el mismo argumento si no recuerdo mal). La coaster me pareció algo más fina en este caso, la de París creo que lleva un mantenimiento algo más irregular pero vamos, en ambos casos las catalogaría como un credit más. Divertido si no has probado muchos de estos, pero nada relevante.

Del parque también visité alguna de sus rides insignia: Star Wars Tour, el stunt show de Indiana Jones, el tour por los estudios y los escenarios, el museo dedicado a Walt Disney (gran figura dentro de la animación y el mundo artístico en general) y poco más, de la ride de Toy Story nos olvidamos porque la cola ascendía a 1:15 horas y el fast pass me lo daban para las 6 de la tarde, así que desistí y decidí olvidar una dark-ride shooter más que, por otra parte, tampoco me voy a morir por no haberla riddeado. Era momento de abandonar este parque para dirijirme a...

EPCOT

Una vez tomé el bus shuttle que conecta WDHS con Epcot (en apenas 10 minutos te plantas de un parque al otro) llegué a la entrada de un parque que ya me habían avisado que era enorme en extensión, pero que jamás hubiera imaginado que lo podría ser tantísimo. Obviamente, en la entrada no podía faltar la enorme esfera geodésica que preside prácticamente todo el parque:

Epcot vendría a dividirse en dos partes claramente diferenciadas. Por una parte tenemos la zona del parque temático referente a la ciencia ficción, la conscienciación de la tierra, la ecología y las nuevas tecnologías (esta parte tendría un tamaño bastante aceptable, algo más grande quizás que los WDHS visitados apenas unos minutos atrás) y luego tendría una segunda parte, donde están los pabellones o mini-zonas temáticas del mundo. Esa es la parte dura, donde nos podemos tirar fácilmente un par de horas dando una vuelta a un enorme lago central donde, a última hora de la noche, se celebra un show visual y pirotécnico.

Pero volvamos a la zona futurista y de tecnología. En ella encontramos algunas joyas bastante escondidas (unas más que otras), pero que os aseguro que lograrán dejaros boquiabiertos. Quizás la más conocida de todas ellas sea Soarin':

Soarin' es ALUCINANTE. Y carísima, pero ante todo alucinante. Salí de ella totalmente sorprendido por cómo la tecnología puede simular tan y tan bien el vuelo de una persona en entornos abiertos y reales. La inmersión del asiento (espectacular estructura de cadena) que nos hace "despegar" del suelo hasta llegar a estar a una decena de metros de altura, la gigantesca pantalla semi-esférica donde se proyectan preciosas películas rodadas en entornos muy típicos norte-americanos: valles frondosos con montañas nevadas, el gran cañón del Colorado, la bahía de San Francisco, los campos de golf colindantes al desierto en Nevada, etc. Y si a todo esto le sumamos el aire y agua que de vez en cuando sueltan, a modo de simulador 4D, encontramos que Soarin es la alternativa perfecta a los simuladores tradicionales de plataforma horizontal. Obviamente no es una ride barata (de ahí que sea única), pero las sensaciones que ofrece bien valen la pena.

Otra más que añadimos al carro, justo al otro lado del parque, es la archi-conocida Test Track:

Que sí, ha sido recientemente remodelada y presenta un aspecto realmente futurista (con él puede aguantar bien bien unos 10 años más). Esta ride es algo serio. Ni yo mismo me la tomaba demasiado en serio cuando vi claro que la iba a riddear, pensaba que sería un suave paseo interior a bordo de un cochecito y luego una parte de pista en la que sí, pillabas algo más de velocidad, pero poco. 

Nada más lejos de la realidad. La parte indoor está cuidadísima de detalles, para empezar cuando entras en colas cojes una tarjeta de plástico (retornable a la salida) donde configurarás, a través de unas pantallas táctiles, el aspecto de tu coche y con ello, sumado a lo que el resto del coche haya elegido, obtendrás una velocidad final en el track exterior. Tras elegir tu bólido, haces un recorrido de auto-publicidad por parte de Chevrolet, que son los patrocinadores de la ride, donde te enseñan un poco las pajas mentales que esta gente tiene de cara al futuro: coches eléctricos, super-bólidos, coches voladores, etc.

Y de ahí ya te llevan a estación, montas en el coche (que por cierto es más pequeño de lo que pensaba, pero muy resultón visualmente, sobretodo el motor trasero) y una vez comprueban todo es hora de pasar las pruebas del coche (en la zona indoor), donde pones a prueba la potencia, la respuesta al frenado, la seguridad y si el coches es ecológico o no, todo esto en un entorno oscuro con una estética parecida a la de Tron: Legacy. Una vez superadas (siempre se superan, para qué nos vamos a engañar), te encaran en una recta, el coche empieza a acelerar, se abren las puertas y sales al exterior. Tras un pequeño drop empiezas a pillar más y más velocidad (hasta aquí nada fuera de lo normal) pero cuando encaras la primera curva peraltada aquello empieza a subir y subir de velocidad, empieza a hacer mucho aire hasta que notas que realmente estás acelerando MUCHO. Justo en ese momento encaras la última curva que es la que haces rodeando por completo el pabellón que contiene la ride. Ahí frenas y entras de nuevo al interior.

Os hablaré más de ella cuando esté por allí y con calma, pero me pareció una ride increíble, muy bien encarada y remodelada y que tiene un potencial brutal.

La zona tiene otras rides igualmente espectaculares, pero prefiero dedicarme a ellas más cuando analice al detalle el parque, porque sino me tiraré escribiendo todo el día y, como decía mi abuelo, "vámonos ya que esta gente tendrá que ir a dormir".

Para finalizar, hablaré de la zona de los pabellones que me parece una de las ideas más surrealistas pero a la vez efectivas que he visto jamás en un parque temático. Es un poco el concepto de Europa Park (tratar cada país como una micro-área y otorgarle al menos un restaurante y una ride), pese a que en Epcot hay micro-áreas de paises donde no tienen ride, se solventa inflando la zona de restaurantes.

No os nombraré todos porque hay como una docena, pero os pondré fotos de los más relevantes, como por ejemplo el increíble pabellón de Noruega y su ride de paseo en barcas:

La espectacular zona de China y sus enormes palacios repletos de detalles donde, por ejemplo, no había ninguna ride pero sí 3 restaurantes de comida asiática y varios espectáculos de calle:

La magia nocturna del pabellón de Marruecos y su elegante aspecto con colores terrosos, donde tampoco encontramos ninguna ride pero sí localizamos un montón de tiendas de marroquinería, joyas y, cómo no, restaurantes:

O la presencia del pabellón de Canadá, que ofrece una visión bella y relajada de un enorme palacio en lo alto de una colina, rodeado de fortificaciones de madera y frondosos bosques de abetos con riachuelos y cascadas:

Epcot es sin duda un bicho raro, uno de esos parques que no se pueden dejar ir y que hay que visitarlo sí o sí. Y es por ello que lo hice. En apenas 11 horas logré plantar la bandera en DOS parques Disney (y uno de ellos precisamente no muy pequeño). Todo un reto que me dejó bastante exhausto y del que tuve que recuperarme a la noche siguiente.

Como os comenté por Facebook, desgraciadamente al día siguiente no me dio tiempo de escribir esto que estáis leyendo ahora, porque tenía que tomar el tren en dirección a Tampa para poder visitar el lejano Busch Gardens Tampa. A día de hoy ya lo he visitado, pero prefiero guardar mis impresiones para la bitácora de mañana.

En la bitácora de mañana (que escribiré apenas unas horas antes de tomar el vuelo de vuelta a Barcelona) os explicaré y mostraré lo más relevante del Busch Gardens más salvaje.

Mañana os cuento...

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