viernes, 4 de noviembre de 2011

A fondo: Hansa Park (parte 1)

Os he de confesar algo: mi ignorancia respecto al parque del que estos días hablaremos, antes de realizar mi reciente viaje a Alemania, era total. Conocía apenas sus credits de haberlos visto en sus respectivos videos o galerías de fotografías y quizás alguna de sus estrambóticas rides, pero del resto era un total y completo ignorante.

Ni que decir tiene que quedé inmediatamente prendado de él. No es el ya tristemente típico parque enorme, repleto de extensión, de viales, de rides vacías y sin sentido o con un sinfín de áreas temáticas marcadas por estereotipos y tópicos. Bueno, esto último quizás sí, pero en una justa medida que no te satura, que no te hace olvidar en ningún momento que estás en un parque, no te llega a transportar porque el mismo aroma del parque ya te transporta a una época de años atrás, donde los parques de atracciones eran la auténtica raíz del mundillo.

Como me he puesto a pensar sobre los pros y los contras del parque (para hacer un análisis lo más parecido al que ya hice de Heide Park) finalmente he decidido que no podría hacerlo de la misma manera ya que, aunque también los tiene, la cantidad de contras queda muy empequeñecida por la enorme cantidad de pros, así que he decidido enfocar el análisis de estos dos días como un foto-análisis. En base a una gran galería de fotografías de todo el parque iré comentando una por una y, rápidamente, veréis que este es un parque altamente especial. ¡Empezamos la primera parte de esta ruta fotográfica!

El toque clásico del parque Europeo

Esta que vais a ver aquí es la única entrada que nos da la bienvenida en Hansa Park. Uno de los grandes símbolos del parque, junto a Nessie Superrollercoaster (que veremos más adelante) y que bajo su entrada guarda los tornos de acceso al parque. Antes de acceder a este gran arco puntiagudo en la zona de enfrente y tras pasar un puente peatonal encontraremos el gran parking que el parque facilita a sus visitantes para poder acceder en automóvil. Tras este gran edificio Hansa Park nos deleita con una de sus novedades anuales: un walkstreet clásico con fachadas de edificios típicas europeas (algo muy parecido a lo que ya nos ofrece, por ejemplo, Europa Park):


Lo diré hasta la saciedad, pero Hansa Park, pese a no ser en su raíz un parque temático, está repleto de preciosos rincones con theming extremo. En este caso esta fotografía pertenece a los alrededores de Schlange von Midgard, la nueva coaster familiar de Gerstlauer en la que el parque ha depositado la confianza suficiente como para convertirla en la gran novedad de este 2012. El theming en este caso es vikingo y se ajusta a la perfección tanto al parque como a la coaster, una excelente elección:


Aunque este parque también adolece de la falta de dark-rides indoor, las clásicas que nos pueden ofrecer un momento de descanso y de tranquilidad sin mojarnos si, por ejemplo, llueve, suple esta falta de zonas cubiertas con un buen uso, en ocasiones magistral, de los pasajes, accesos indoor y pasillos oscuros. Es el caso de Fluch von Novgorod, la novísima eurofighter launched con el que el parque volvió a posicionarse a la cabeza de las coasters innovadoras hace unos años. Antes de acceder a la estación pasamos por una increíble zona indoor donde se nos cuenta la maldición del caballero de Novgorod a través de pasillos oscuros y repletos de calaveras, truenos, música oscura o incluso cuadros que nos explican historias:


Como ya os dije, Hansa Park pertenece a esa curiosa liga de parques (todos alemanes) que permiten el acceso al parque con animales de compañía o, al menos, con perros. Siempre bajo la responsabilidad del amo y encargándose de la limpieza y cuidado del animal en todo momento, el visitante puede acceder a la inmensa mayoría de partes del parque estando, como es lógico, prohibida la entrada a las rides o coasters.


En alguna ocasión volveré a escribir sobre los pueblos con encanto (algo que ya hice recordando lo místico de Rust en Europa Park o la frescura de Blackpool con Blackpool Pleasure Beach). Y para cuando esa segunda entrega se muestre, tened por seguro que Hansa Park y sus alrededores tendrán un rincón en esa entrada. Fijaos en las vistas que tenemos desde uno de los rincones, concretamente desde la Plaza del Sol en el área temática de México. En estas mesitas nos podemos tomar un cocktail tranquilamente mientras vemos el mar y sentimos su fina brisa rozar nuestras caras. Un auténtico rincón de paz.


Una de las grandes sorpresas que me llevé en este parque fue el increíble acierto con el theming en el área del far west (en este parque llamado Bonanza City). Pasa, al momento, a la lista de "Parques que utilizan correctamente el theming del lejano oeste" y no, PortAventura no entra en la lista. Hasta ahora únicamente dos parques he encontrado que claven absolutamente esta temática: Cedar Point y Hansa Park. Fijaos, como curiosidad, que el suelo en este área deja de ser de cemento o de alquitrán, para pasar a ser directamente de tierra. Y sí, visité el parque recién llovido, así que estad tranquilos y tranquilas porque aunque llueva este área tiene un drenaje muy eficaz y se puede caminar por ella fácilmente. La verdad es que acceder a ella, caminar por las calles observando la diversidad de edificios y con el aroma de la tierra mojada como telón de fondo es una experiencia muy reconfortable y recomendable:


Algo parecido ocurre con México, donde el parque deja atrás el punto de vista más antiguo (ni una sola referencia al mundo Maya) y se centra más bien en el aspecto post-colonial, con edificios repletos de vivos colores, mariachis, verdes jardines repletos de vistosas flores y un sinfín de edificios con la típica arquitectura mexicana.


Directos al grano con esta próxima fotografía. Die Glocke es uno de esos motivos por los que, si ya estabas convencido de visitar Hansa Park, todavía te convences más a medida que ves fotografías o videos de la misma. En esencia es otra flat más, aunque guarda un par de ases en la manga. Para empezar tiene efectos de agua y fuego en la base que, pese a que una vez estas montado en ella no se hacen muy notorios, sí son espectaculares visualmente. Y hay también que añadir el increíble efecto sonoro que ejerce el aire en el hueco de la campana cuando esta se mueve, además de la sensación de vértigo que provoca uno de los balanceos, que te deja literalmente sobre un campo de mazorcas de maíz. Muy poco recomendable para la gente con vértigo ya que incluso a mi, acostumbrado ya a las alturas y las provocaciones de este tipo de flats, me provocó cierta impresión:


Justo al lado de Die Glocke encontré otra de las sorpresas que, sinceramente, desconocía que el parque alemán me pudiera dar: Rio Dorado. En esencia son los rápidos con desnivel que han montado, por ejemplo, este mismo año en Thorpe Park. Una estructura de soportes metálicos y un enorme tobogán sinuoso que, a través de hélices y curvas en S acaba desembocando en un lago inferior, donde conduce directamente a la estación. Me sorprendió por 2 factores muy curiosos: el primero es que el lift es cubierto y está repleto de altavoces con música épica, por lo que mientras vas subiendo (durante algo más de 1 minuto) sabes que te espera un buen viaje de curvas y desniveles. El otro factor fue el theming que, como podréis comprobar en la siguiente foto, es espectacular, muy detallado y que oculta, por completo la mastodóntica estación de la ride:


Lo dicho, aquí veis una muestra del theming de Rio Dorado. La torre y castillo que veis a la derecha pertenece a la entrada de la ride y en la barandilla de madera que rodea el canal (abajo) hay colocados cañones que, me imagino que en épocas más calurosas, permiten regar a los visitantes de manera totalmente gratuita. Como podéis comprobar, la parte final de estos rápidos se asemeja mucho a cualquier otro tramo de rápidos convencionales (tipo Intamin), además de contener un generador de olas laterales que, aunque no moja, sí asusta en forma de pequeñas salpicaduras inocentes:


Si nos fijamos, desde el edificio de la estación de carga de Rio Dorado podemos ver, en su mayor esplendorosidad, dos de las tres torres de las que dispone el parque y es que Hansa Park se sitúa en un lugar con unas vistas de la costa y unos campos verdes increíbles, por lo que en esta ocasión el añadido de tanta torre está justificado de sobras. Referente a la free-fall que vemos en la fotografía, a falta de comprobarlo oficialmente, diría que se trata del mismo modelo de torre freefall que El Desafío, la torre de caída libre controlada que tenemos en Isla Mágica. Al menos el tamaño, los ciclos y el aspecto es completamente igual. Un dato: esta free-fall, aunque añadida al plano oficial del parque, tiene el aspecto de ser un alquiler ya que no contiene ni edificio de colas, ni theming. De hecho es curioso porque regala a los oídos del que se acerque a ella música dance y tiene un aspecto que recuerda inevitablemente a cualquier feria. A mi parecer esta freefall es una pieza movible y prescindible en unos años, cuando el parque se pueda costear una freefall de calidad y fija.


Hablemos del primer credit que probé en el parque: Crazy Mine. Os he de confesar que llegué justo cuando abrían y tuve que esperar quizás unos 5 minutos a hacer el primer ciclo después de un testing completo con todos los trenes, pero sin duda alguna puedo corroborar que estamos ante el wild mouse más tematizado y completo de los que he visto/riddeado hasta ahora (y llevo ya casi una decena a las espaldas). Theming por todas partes, sin llegar a ser recargado, la coaster queda totalmente integrada en un entorno repleto de rocas, minas, maderas, torres de extracción de minerales, edificios coloniales y una característica singular: justo en medio de toda la maraña de soportes y vías hay un grupo de 5 animatronics (4 hombres y un perro) que, con instrumentos musicales rudimentarios, alegran al visitante cantando canciones típicas del oeste americano. Esta es una característica única de Hansa Park y que extiende en 3 ocasiones por todo el parque, siempre junto a una coaster (en Rasender Roland con una banda de dixieland y en Fluch von Novgorod con una banda vikinga de osos (¿?)). La coaster en sí es un credit más, sin apenas sorpresas, pero el impacto y los puntos de choque que ofrece el theming, le otorgan otra dimensión más que la posiciona en la liga de las coasters bonitas e hiper-tematizadas:


Justo al lado de Crazy Mine se encuentra otro de los accesos a la anteriormente mencionada Bonanza City y, de nuevo, el parque nos sorprende con otra pequeña joya para los amantes de la escalada y el senderismo: Hängebrücke. En esencia no se trata más que de un circuito donde, provistos de un arnés de seguridad, podemos recorrer una serie de pasadizos, senderos elevados, puentes colgantes y pasarelas de habilidad. Algunas de las partes de esta ride de habilidad se pueden hacer sin el arnés (como el puente colgante que veis en la fotografía o la pasarela de bidones flotantes que cae a la derecha, sobre un enorme estanque plagado de vegetación y oscuras aguas. El acceso a esta ride es totalmente gratuito, aunque sí que debo avisar que vi durante todo el día colas, ya que la capacidad de attendance, al ser un walktrough de habilidad, es más reducido. Además antes de acceder a las pasarelas superiores un ride op os dará una pequeña clase de seguridad y os explicará el sistema de colocación y movimiento de los arneses:


Esta es otra de las particularidades que ofrecía el parque y que me dejó completamente anonadado: el fuego. Jamás, en los casi 40 parques que he visitado hasta el momento, el fuego pasaba de ser un elemento meramente temático o efectista a ser un elemento usado, en este caso, para la gastronomía. Justo en la frontera entre Bonanza City y Kinderland (en la parte superior de la foto podéis ver uno de los puentes colgantes de Hängebrücke) y adquiriendo previamente una especie de salchicha de gominola pinchada a un palo, te podías sentar alrededor de esta hoguera, calentar tu chuchería y comértela plácidamente. El precio rondaba los 5€ y otorgaba a la zona un olor de madera quemada que introducía, por completo, en la temática india/vaquera de la zona.


He aquí uno de los elementos más icónicos del parque: la mezcla entre Nessie Superrollercoaster y Rasender Roland (una Schwarzkopf y una mine-train custom de Vekoma). El punto álgido, como podréis ver en otras fotografías, es cuando el lift de Rasender Roland atraviesa, por el centro, el loop de Nessie. Pero no hay que menospreciar la perfecta conjunción de estas dos coasters, tanto entre ellas como con el entorno. Bien podría parecer que estas dos coasters siempre han estado ahí, que se hicieron la una para la otra y que comparten, día a día, soportes, vías y visitantes.


No alejamos la vista de Nessie Superrollercoaster, la que hasta hace bien poco era la gran major del parque y que, con la llegada de Fluch von Novgorod, ha podido dar un buen y merecido descanso en cuanto a volumen de viajeros por día. Aún así, vale la pena decir que durante todo el día esta coaster hace ciclos, sin parar, con los trenes llenos, por lo que su fama y su relevancia todavía no se han visto del todo apagadas. ¿Qué puedo decir de otra joya más del genio Schwarzkopf? Una vez más calla bocas y planta, donde parecía ser un viaje doloroso e incómodo, todo un ejemplo de montaje de tramos, de transiciones, de puntos de choque y de riesgo continuo por las fuerzas G.

Con un first drop plácido y un par de curvas en hélice descendente y un peralte genialmente calculado, sin duda el atractivo principal de esta coaster está dividido en dos partes: el loop (el cual completamos con lapbars sencillos, nada de arneses) y la parte final, donde nos adentramos en la boca de un enorme dragón (Nessie) y donde, sin revelaros demasiado, vuestros oídos serán víctimas de un efecto ensordecedor. Caerá un análisis completo de este credit tarde o temprano en Bloggercoaster, ¡palabra de Jivo!


Y nos vamos de una major antigua a la major más reciente del parque: Fluch von Novgorod. Aunque me dedicaré a analizarla al detalle durante la semana que viene aquí en el blog (y como hago de manera mensual con un sinfín de credits) voy a hacer cuatro pinceladas de lo que, bajo mi punto de vista, entraría dentro de la liga de las 10 coasters europeas más llamativas. En esencia esta eurofighter sería el resumen, al completo, de lo que es capaz de hacer Gerstlauer. Desde el layout en sí (modificado para poder albergar los dos modos de transporte: launched y con lift vertical) cuyo cuerpo alberga una inversión, multitud de airtimes, zonas indoor, tramos semi-dark rides y un montón de curvas peraltadas, hasta la zona indoor de la estación (repleta de efectos visuales, pasillos lúgubres, animatronics exteriores e interiores, una historia épica, humo, agua (porque sí, también hay agua en Fluch von Novgorod) o la salida de ride más surrealista que he vivido hasta el momento.

No os desvelaré más antes del análisis, pero mientras podéis ir haciendo boca viendo esta espectacular fotografía, donde observamos la proximidad de la coaster a su entorno: árboles, faros de theming, edificios, etc.:


En uno de los extremos del parque, según entramos a él hacia la derecha, encontramos Holstein Turm, o lo que es lo mismo, la clásica torre de observación móvil que muchos parques europeos ya incluyen entre su repertorio de rides panorámicas. Las vistas que se consiguen desde lo alto de esta torre giratoria son impresionantes, como estas, donde podemos ver una gran parte del parque y observar que, pese a contener un sinfín de rides y edificios de servicio, el parque puede presumir de tener una bonita y verde arboleda que lo cubre en su práctica totalidad. Sombra de cara al verano y cobijo de cara a la lluvia de invierno:


Para finalizar esta primera parte del foto-análisis y todavía montados en Holstein Turm (la torre panorámica del parque), os dejo con una fotografía que muestra parte del precioso entorno que rodea al parque. Abajo a la izquierda podéis observar una parte del big splash que delimita el parque en su extremo este. Tras esta estructura azul encontramos un gran prado verde, bosque, un complejo polideportivo con hotel y finalmente la costa que baña con sus frías aguas este extremo norteño de Alemania. Unas vistas impagables que se extienden 360º alrededor del parque y que nos permiten descubrir rincones apenas visibles a nivel del suelo.


*****

Hasta aquí esta primera parte de la foto-galería (no os he querido saturar demasiado con mucha fotografía) así que este domingo tendréis en Bloggercoaster una segunda parte con muchas más instantáneas, análisis y consejos de los que pude tomar nota ampliamente durante este pequeño pero interesante viaje.

Ya sabéis, el domingo tenéis una cita pendiente en el blog, aunque mientras podéis dejar vuestra opinión sobre este parque, sus rides o sus coasters a través de un comentario. Estaré agradecido de leer vuestras críticas, consejos y opiniones que, como siempre digo, es el ingrediente principal para motivarme escribiendo más y más entradas para todos vosotros y vosotras.

¡Nos vemos el domingo!

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