Tiempo de verano, tiempo de vacaciones, de viajes a la montaña o, como en el caso de hoy, a la playa. Llegamos a nuestro destino, deshacemos maletas, salimos a dar un paseo, a tomar algo o a conocer el pueblo que nos abre los brazos fraternalmente durante nuestros días de descanso. Los días pasan y empezamos a conocer la playa, sus refrescantes y cristalinas aguas, los chiringuitos grasientos y aquella señora del perrito que no deja de leer su revista de cotilleo sentada en la hamaca, en la arena blanca.
Pero justo en este momento, cuando decidimos desconectar totalmente de nuestra vida, de nuestras aspiraciones, de nuestras aficiones, nos asalta el hambre, la sed, la añoranza de un buen parque, una buena colección de coasters o las sensaciones que vivimos durante tantas y tantas visitas a parques. Pero estamos en mitad de la playa, en un pueblo costero... será imposible encontrar algo que sacie esta avidez. ¿Imposible? No. Nos encontramos en Platja d'Aro, veraneando y mientras caminamos por una de sus transitadas calles nos encontramos de pleno con una pequeña joya en bruto.
Se trata de PPS Park, un pequeño reducto que en algún momento adquirió pretensiones de ser más que una simple feria y que año tras año lucha para conservar el estatus de parque. Hoy, en Bloggercoaster, analizaremos una más que válida alternativa para pasar unas divertidas horas en la localidad costera y, lo mejor de todo, disfrutando de dos nuevos credits.