sábado, 18 de octubre de 2014

Happy Valley Beijing (parte 3)

Tenemos dos tercios del parque ya recorridos y a estas alturas nos ha dado el tiempo suficiente como para darnos cuenta de que Happy Valley Beijing no es un parque chino al uso, sino que juega en una liga diferente, una liga que sí es capaz de romper fronteras y de establecerlo como uno de los parques chinos más potentes, capaz de competir con los más punteros parques de EEUU o los tradicionales parques temáticos de Europa.

Durante una primera parte pudimos atravesar por completo la entrada del parque con su interesante y estimulante Happy Time, además de adentrarnos totalmente en la enigmática y gigantesca área de Atlantis. En la segunda parte pudimos remojarnos de lo lindo en Aegean Harbor e investigar las ocultas ruinas que nos deparaba la perdida Lost Maya.

Así pues hoy, en Bloggercoaster, recorremos una última etapa de este interesante análisis adentrándonos por completo en las dos últimas áreas temáticas que nos quedan por ver antes de dar por finalizada esta descripción completa del parque temático: Shangri-La y Ant Kingdom.


Misticismo a borbotones

Nos quedamos en la segunda parte del análisis en la salida de Lost Maya, un área que nos había permitido adentrarnos en la jungla y descubrir edificios y elementos temáticos propios de Centroamérica siglos atrás. Cambiamos totalmente de tercio y en esta ocasión nos plantamos en un puente de cemento situado con vistas al gran lago que se extiende a nuestra izquierda y con la visión de una nueva área temática al frente. Se trata de Shangri-La, un área inspirada en el concepto de paraíso bucólico budista, así como un lugar sagrado que, cuenta la leyenda, se encuentra en el Himalaya:


Un área muy similar en cuanto estructura a Lost Maya, en el sentido de que se combinan las ramificaciones del sendero con la presentación, de manera paulatina, de rides y coasters que se irán abriendo paso a lo largo del camino. Como por ejemplo la primera de todas, Drafting Through Fairyland, que bebe de la mezcla de ser una zona walkthrough de paseo por bellos y exóticos jardines verdes y el hecho de conectar directamente con un pequeño embarcadero de barcas de paseo a través del lago:


La verdad es que la belleza y frondosidad de los jardines bañados por las aguas del lago en este lugar es envidiable. El parque nos ofrece en este lugar un pequeño rincón de paz y tranquilidad:


Recorrido y visto, aunque apenas en una muy pequeña porción, este precioso rincón de jardines y paseo, se abre a nuestra derecha una de las estructuras más destacadas y espectaculares de esta área temática y que representa con total fidelidad y detalle las colinas rocosas que podemos encontrar en la cordillera del Himalaya, con imitación de nieve, cascadas, riachuelos y un detalle que solo hace que crecer conforme nos vamos acercando:


Y os preguntaréis... ¿qué contiene esta misteriosa y espectacular montaña en su interior? Pues bien, agárrense al cinturón porque lo que descubriremos en el interior es la Tibetan Store, una macrotienda en la que podremos comprar o simplemente observar multitud de objetos de temática tibetana, sobretodo colgantes, llaveros y cazadores de sueños (que imagino que en la cultura tibetana tendrán sus nombres), tal que así:


Aunque para hacer justicia, hay que decir que esta enorme montaña tematizada corresponde también a la salida de Haunted Cavern, una dark ride walkthrough de corte similar a la que ya nos pudimos encontrar en China Dinosaur Park, es decir, muchísima oscuridad y una buena selección de efectos de luz y sonido que, para ser sinceros, os pueden llegar a intrigar un poquito si teméis la oscuridad o las "sorpresas".

Frente a esta inmensa mole de cemento tematizado nos topamos con Lost in Snowfield, una ride que también nos encontramos como ya os comenté en su día, en China Dinosaur Park bajo el nombre de Storm Center, aunque en una versión mucho más espectacular (eso sí, esta tampoco se queda corta). Aquí el aspecto exterior, totalmente cubierto de vegetación:


Y aquí el aspecto interior (que os ayudará mucho mejor a comprender la ride). Recordad que se trata de una plataforma circular con un motor que va girando y nuestra función es aguantar el máximo tiempo posible en el centro. Si salimos despedidos, los bordes están correctamente acolchados pero perderemos la "competición". Observad la espectacular cubierta de madera montada para una ride que en cualquier otro parque estaría bajo un simple toldo (o ni eso...):


El área de Shangri-La esconde un buen número de elementos temáticos entre sus espesa vegetación y muchos de ellos interactúan a menudo durante la jornada con diversos espectáculos de calle. En esta ocasión no pudimos cazar el show en este rincón, pero investigando un poco uno lee que en este monolito de madera se realizan varios espectáculos de monjes acrobáticos a lo largo del día:


Dos grandes gigantes nos vigilarán también desde el extremo oeste del parque (que como podéis ver, linda en un curioso contraste con la plena y bulliciosa ciudad de Beijing), tales torres son llamadas las Twin Towers Heroes y como habréis imaginado si habéis echado un vistazo a la fotografía, se trata de dos space shots combinadas de S&S. Lo curioso de esta doble ride es que los ciclos siempre eran dobles, como también podréis apreciar en la fotografía, así que incluso si una de las góndolas estaba vacía y la otra tenía visitantes, se lanzaban ambas por igual:


Llegamos ya al último rincón de Shangri-La y el genial diseño de senderos que ofrece este parque nos reserva para los últimos pasos de nuestra ruta por el Himalaya el auténtico secreto del área: Golden Wings in Snowfield, una SLC tipo "shenlin" de Vekoma que resulta ser clónica de Kumali, en FlamingoLand, la cual os mostré y analicé aquí mismo en el blog no hace demasiado:


Posiblemente sea una de las Vekoma más espectaculares, en conjunto, que haya podido encontrarme en todos estos años de visitas a parques. Un layout totalmente diferente a lo que las SLC nos suelen mostrar y un elemento rarísimo en una Vekoma invertida como es el cobra-roll, presente a nivel visual desde casi todos los ángulos posibles:


A nivel temático responde a un detalle impecable, añadiendo incluso la minuciosidad de tematizar por completo las bases de los footers en contacto con la naturaleza colindante:


Pero ¡Ay amigos y amigas! Cuando uno completa sus exóticas colas (llenas de detalles inspirados en los ocultos tesoros del Himalaya) y llega a la estación, enseguida que se encara el lift uno puede intuir que la cosa no va a ser un camino de rosas. Y es que de la misma manera que ocurrió con Kumali, este credit se deshincha por momentos:


El drop transcurre fino, sin apenas vibraciones ni sensación de rodaduras marcadas (algo que es de agradecer dadas las elevadas G's positivas que nuestro cuerpo recibe en ese instante) pero a partir de ahí se suceden los tirones, golpes y transiciones ortopédicas que hacen que el paso desde el loop hasta el zero-g (que veis en esta fotografía superior) sean un calvario digno de cualquier SLC de los holandeses.

Transcurrido ese camino de baches y vibraciones, nos adentramos en una hélice enorme que apenas edulcora un recorrido amargo que nos deja una sensación de que pese a que el credit cumple totalmente con su función (más visual que funcional, cabe decir) podría obtener unos niveles de excelencia mucho mejores de los que pueda tener en la actualidad. Si comparamos estrictamente, Kumali de FlamingoLand me dio la sensación de ser ligeramente más suave (pero vamos, dos pasteles con apenas horas de diferencia en su cocción...).

Un área kiddie diferente

Dejamos atrás la penúltima área temática que nos ofrece Happy Valley Beijing y, como ya estamos acostumbrados a que suceda en este interesante parque asiático, de repente el paisaje se transforma a cada paso que damos, acogiéndonos en sus entrañas y mostrándonos nuevos elementos de terreno o theming que capten nuestra atención y sean capaces de sorprendernos.

En esta ocasión entramos en Ant Kingdom (el reino de las hormigas) y desde un principio está claro que estamos explorando un mundo en el cual nuestro tamaño disminuye y nos fusionamos con la verde naturaleza en forma de grandes paredes de roca que nos rodean en forma de un extraño pero interesante cañón repleto de frondosas plantas verdes:


Durante unos 100 metros enroscados en varias vueltas, como si de un sencillo laberinto se tratara, encontraremos bellos trabajos en roca artificial así como arcos gigantescos que podremos observar desde cualquier punto y atravesar uno tras otro. Lo curioso de esta entrada de área es que toda esa estructura de paredes rocosas no responde a ninguna función más allá que la de transportarnos y hacernos olvidar Shangri-La, la anterior área temática:


Y sí, ya las habéis visto encaradas en el muro de piedra, las hormigas protagonistas de esta Ant Kingdom. Cualquier parecido con las mismas hormigas que podíamos ver en la película de animación Antz es pura casualidad, ya conocéis las técnicas chinas de "inspiración temática":


Una vez atravesado este curioso cañón temático se presenta ante nosotros un área temática de rides y coasters de baja estatura, sin estructuras pretenciosas ni grandes alturas (como sí nos habían mostrado en áreas como Atlantis o Happy Time.

Una de las primeras rides que encontramos es Bug's Party, una spin ride clásica para toda la família y que se esconde tras la curiosa estructura de pilones que sujetan un elemento central en forma de cono de verde hierba, como podéis ver aquí:


Justo a nuestra izquierda encontramos dos valientes y desafiantes hormigas guerreras que, armadas como es debido, custodian un extraño a la vez que inquietante acceso a través de la roca. ¿Qué clase de ride se puede esconder tras tamaña y detallada entrada?:


Pues sí, las valientes hormigas custodian Harvest Time, el último credit que encontramos en Happy Valley Beijing y que a la vez responde al lamentable título de la coaster menos llamativa de todo el parque. Harvest Time es una spinning coaster de Golden Horse (la única empresa constructora de coasters autóctona con la que Happy Valley contó desde la construcción del parque años atrás):


En nuestro caso nos la encontramos cerrada por mantenimiento, una operativa que (cuidado si visitáis el parque), es bastante común por desgracia. Pese a todo tenemos el beneplácito de que exactamente esta misma coaster, con este mismo layout y del mismo constructor, la teníamos hecha desde Jin Jiang Action Park, así que puedo adelantar que posiblemente no sea el mejor credit del parque, sino más bien aquél que ocupa el cargo de absorber el attendance más infantil del parque.

Que el credit kiddie del parque sea una spinning de Golden Horse dice, si os dáis cuenta, mucho acerca de la política de gestión de intensidad de este Happy Valley.

¡Prosigamos!

Ant Kingdom ofrece también una variada ensalada de kiddie rides y flats de distinta tipología y, curiosamente, cubre algunos espacios con rides que beben directamente de la intensidad teenager, más que de la edad de los pequeños infantes chinos. No es el caso, sin embargo, de esta casi desnuda Turning Cup (en primer plano) o las olvidadas Jump Around y Samba Balloon, rides de relleno made in Zamperla que se reunían en un pequeño grupo arrinconado de rides:


Y atención porque se acerca una de aquellas tracas finales, un as que Happy Valley Beijing guardaba celosamente en su particular manga y que se nos presenta de sopetón bajo el sugerente nombre de Sky Drop. Y eso es: una flat llamada sky drop, factura (cómo sino) de la prolífica a la vez que extendida Zamperla.

Una variante de la jumping star que podemos ver por decenas (si no por centenares) en multitud de parques de todo el mundo, pero en esta ocasión con una ampliación más que merecida en sus medidas, tanto a lo alto como a lo ancho. Ofrece este raro a la par que ortopédico aspecto:


Y mucho, mucho cuidado con el movimiento de semejante pieza en pleno ciclo, muy poquita broma:


Efectivamente, estamos ante otra de esas famosas "máquinas de hacer airtime" de la cual llama la atención sobretodo la velocidad de rebote una vez llega a la parte inferior en la caída. Actualmente se conocen 3 especímenes de esta rara sky drop en todo el mundo: uno en Great Yarmouth Pleasure Beach, otro en Adventure Island y finalmente esta, a miles de kilómetros de las dos primeras, en Happy Valley Beijing.

Otra de esas pruebas de que los tentáculos del pulpo Zamperla llegan mucho más allá de lo que creemos.

Tras esta ligera pero agradecida subida de adrenalina (no olvidemos de que seguimos en Ant Kingdom, el área kiddie del parque) llega un rincón que posiblemente haya sido el protagonista de más fotografías a lo largo de la historia de Happy Valley Beijing (de hecho lo podéis comprobar si buscáis imágenes del parque a través de Google Images, por ejemplo). Se trata de Disk'o (sí sí, otro de esos casos en los que los chinos se rompieron muchísimo la cabeza a la hora de ponerle nombre a la ride), una flat disk'o de Zamperla que ofrece un telón de fondo idílico con la gigantesca montaña de Crystal Wing y el pretzel loop de la misma:


Vamos dejando poco a poco las referencias gráficas y visuales a las hormigas, pese a que seguimos caminando por esta amplia (realmente muy amplia) área temática, en la que localizamos desperdigadas las distintas rides y edificios, como esta extraña pero resultona esfera tematizada que pertenece a la tienda de merchandising Rythmic Store:


En nuestra ruta en la búsqueda del final de Ant Kingdom nos topamos con una última fachada tematizada, la que esconde tras de sí la ride de Royal Palace, un cine en 4D escondido tras un edificio cuadriculado y decorado con alegres motivos vegetales. De hecho esta ride es confusa, ya que está situada a medio camino entre la salida/entrada de Ant Kingdom y la salida/entrada de Happy Time, por lo que temáticamente pertenece a la primera, pero en el terreno está ubicada en la segunda:


Como he demostrado ya en varias ocasiones, los occidentales en China somos un particular foco de atención para los asiáticos (el mundo al revés, amig@s), así que el hecho de ser, creo, los únicos occidentales que ponían pie en el parque ese día hizo que en multitud de ocasiones nos parasen para pedirnos una fotografía. El look desenfadado de Jaume, con un inmaculado rubio poblando su cabeza, era un auténtico imán para las asiáticas que se acercaban tímidamente a fotografiarse con nosotros. Y para muestra, nada mejor que una de esas fotografías:


Anécdotas aparte, nuestra ruta por Happy Valley Beijing llega ya a su final, pasamos de nuevo por delante de Extreme Rusher y su poderoso rugido a decenas de metros por encima de nuestras cabezas:


Y recorremos, esta vez a la inversa, el área que os analicé en la primera parte de este particular viaje a través de uno de los mayores parques temáticos de China, Happy Time:


Un parque que ha sido capaz de transmitirnos un buen puñado de emociones con un nivel de intensidad realmente genuino, muy bien conducido y que no entiende de maquillaje en forma de familiaridad o suavidad gratuita en sus rides. Rides con solera, con mucha presencia y relevancia, complementadas por completo con las coasters que en una selección rica de estilos y medidas os podrán ofrecer una amplia gama de sensaciones bien llevadas y gestionadas. Un rico manjar digno de los mejores parques y con las mejores marcas.

Quizás el hecho negativo más remarcado en este Happy Valley (y me imagino que en el resto de casos de la compañía sucede algo parecido) es que, como reza el refrán: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda". Y Happy Valley Beijing acabará mostrándonos, tarde o temprado, su lado más oriental tanto en las operativas como en algunos métodos de gestión de rides.

Os encontraréis cartelitos de atracciones cerradas sin ningún tipo de explicación, las colas se multiplicarán en credits o coasters donde teóricamente deberían fluir como el agua primaveral y en muchas ocasiones la falta de cartelería más clara os apabullará hasta desorientaros por completo.

Pero esto es China amigos y amigas, así es un país que es capaz de lo peor en cuanto a calidad como, en el caso de este parque, lo mejor y más auténtico.

*****

Y hasta aquí llega nuestro periplo a través de tres entradas cargadas de imágenes, descripciones y aventuras. Tres entradas donde hemos podido ver el buen saber hacer (y el derroche del dinero en las inversiones), donde hemos podido comprobar que el nivel de inspiración o imitación en China adquiere tonos realmente serios y donde nos hemos encontrado, casi sin quererlo, con un digno adversario de las super corporaciones del ocio tanto en Europa como en EEUU.

No lo dudéis ni por un segundo, si estáis alojados o cerca de Beijing, destinad una jornada a poner pie en este Happy Valley porque os aseguro que no os dejará indiferentes. ¿Quizás habrá factores negativos que os puedan amargar un poco la visita? Probablemente, pero el saco de buenas sensaciones os lo llevaréis bien repleto a la salida de este tematizado recinto.

Y nos os olvidéis: ¡nos queda por analizar la temible Extreme Rusher!

1 comentario:

  1. Aunque se quiere plasmar el estilo de los parques occidentales, los chinos no dejan de inundar el entorno con toques propios que para mi gusto afean el resultado final, sin embargo, despúes de haber leído los anteriores análisis de parques chinos, se ve que va a ser una constante y la verdad es que me voy acostumbrando poco a poco y ya no lo veo algo tan exótico ni raro. Simplemente es su forma de hacer las cosas y no tienen por qué cambiarlo.

    Atlantis es una pasada de las que no hay. Y no es que en China se use el theming extremo, es que el resto de parques son muy discretitos en este aspecto. ¿Quieres simular una montaña? ¡¡¡Haz una montaña!!! Espero que en este sentido el buen hacer de los Chinos marque tendencia y sea una constante para futuros parques occidentales porque después de ver lo que se hace en Asia creo que ha llegado el momento de llevar el theming al siguiente nivel. Esta es realmente la forma de meter al visitante en la fantasía.

    Entiendo que Crystal Wing no te entusiasme por haberla rideado ya y no ser santo de tu devoción, en ese sentido no te has perdido nada, pero ridear una flying surcando las entrañas de semejante theming tiene que ser toda una experiencia donde las haya. Sin ánimo de hacer sangre.

    Maya Catastrophe es otra maravilla, incluso puede prescindir de los actores y limitarse a ser un espectáculo audiovisual en el que, a través de los elementos del escenario, se cuente una historia.

    Me ha chocado mucho el contraste del parque con la ciudad de fondo. Debe de ser extraño subir a Twin Towers Heroes, que te lancen hacia arriba, ver esa realidad tan mundana y que te devuelvan a la fantasía en cuestión de segundos. Inconvenientes de hacer un parque temático dentro de una gran urbe.

    Ant Kingdom ha sido otra sorpresa. Es, después de Seuss Landing, la mejor área kiddie que he visto.

    El fallo obvio es la dualidad tan extrema entre zonas con un theming desbordante y otras directamente sin theming. Esto se ve bien reflejado en las flats. No me explico como pueden hacer en un mismo parque obras de arte como Trojan Horse y Apollo Wheel y cacharros de feria como Sky Drop por ejemplo, entre otros.

    También me agrada que la media de las atracciones esté en una intensidad media-alta, aunque esto es algo más personal de cada uno, yo necesito violencia mecánica, si no me quedo igual que después de conducir.

    Tremendo anáisis Jivo, como siempre... ;)

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