viernes, 22 de julio de 2011

Diario de viaje - EEUU (día 3)


Día 3: SixFlags Great Adventure (parte 1)

Al contrario de como pasó en la primera y segunda parte de esta saga, me da la impresión de que la entrada de hoy os va a saber a poco, más bien. Tranquilos y tranquilas, no desesperéis, el hecho de que el RollerCoaster Team dedicase 3 días enteros a este macro-parque hace que mi distribución de tiempo también la repartiera de manera equitativa, por lo que el gran "grueso" de fotografías y datos me lo reservo para las dos siguientes entradas, hoy os voy a comentar más bien las primeras experiencias, la distribución del parque y una de las decenas de opciones de visitas que podéis elegir para recorrerlo de punta a punta.

SixFlags Great Adventure, uno de los buques insígnia de esta gran empresa del ocio, conocida por sus millonarias apuestas año tras año y por incorporar a su cartera de parques, actualmente, el parque con más coasters del mundo. Aunque no nos engañemos, el que hoy nos ocupa no tiene un número demasiado elevado (en comparación a los que copan las listas) pero las que tiene son, sin excepción, de un calibre colosal.

Nitro, Kingda Ka, El Toro, Bizarro o Green Lantern son sólo algunas de las joyas que esconde este enorme parque al cual hoy, en Bloggercoaster, vamos a dar un primer vistazo.

Llegada y aclimatado

Como en todo viaje del RollerCoaster Team, el primer día de llegada al primer parque es mágico. En ocasiones nos ha hecho sol, en ocasiones hacía frío o llovía, pero lo que es seguro es que la ilusión y las ansias por querer montar en absolutamente todo lo que nos encontremos se hacen notar y el entusiasmo con el que se hace el trayecto en coche desde el hotel hasta el parque es muy notable.

En esta ocasión no iba a ser menos. Aunque veníamos ya reventados del día anterior donde pasamos unas nada despreciables 19 horas en Manhattan, aunque nos fuimos a dormir pasadas las 3 de la mañana y nos tuvimos que levantar apenas 5 horas después, pese a que el cansancio se hacía presente, los compromisos empezaban ya a aflorar y debíamos cargar pilas con un energético desayuno del cual pudimos disfrutar en el Confort Inn Edison.

A una escasa milla de nuestro destino... y todo son árboles.

Partimos pasadas las 9 de la mañana y esta vez decidimos que el móvil-GPS de Marc haría acto de presencia, para así asegurarnos llegar al parque lo antes posible. Pudimos por fin comprobar la calidad y la cantidad del tráfico en una carretera normal y así saber qué nos depararían el resto de jornadas en el viaje, ya que no habría día en el que no usaríamos el coche para desplazarnos. Tras un par de pérdidas (típicas, por otra parte, de no saber exactamente el recorrido, la distancia y la ruta) y una parada de avituallamiento para tomar bebidas energéticas y motivar nuestras mentes, en poco más de una hora llegamos a los alrededores de SixFlags Great Adventure.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el área donde se sitúa el parque, si bien es bastante regular en cuanto a volumen de terreno, presenta bastantes formaciones montañosas y valles alrededor, por lo que visualizar el parque o el famoso skyline coronado por Kingda Ka sólo os será posible cuando os encontréis a unos dos o tres kilómetros del parque, antes no. Además hay que indicar que la zona está rodeada de frondosos bosques de árboles de gran altura, por lo que ya os digo, hasta que no estéis realmente cerca no empezaréis a ver lifts y, como es lógico, a babear.

Una vez accedemos, mediante señalización bastante correcta, a la carretera de entrada al parque, empezamos ya a vislumbrar, al fondo y de manera tímida, la estructura de una coaster que nos hará temblar, disfrutar, gritar y sentir la auténtica velocidad punta en nuestros cuerpos, hablo de Kingda Ka:

Allí al fondo, inocente, emerge de la nada un top hat mágico y verde.

Efectivamente, es de las primeras que se observan a simple vista, justo antes de encarar la curva que da acceso al parking y tras pasar Hurricane Harbor, el pequeño parque acuático que presenta el resort. En esa misma curva, y también mediante grandes paneles de carteles, se nos indican los diversos premios que ha recibido últimamente el parque, entre los que se incluye el de parque más limpio del país, Mr. Six se ocupa de hacérnoslo saber.

Si nos lo dice Mr. Six va a misa, hay que ser limpios.

El acceso al parking es prácticamente al momento, hay que hacer muy poca cola ya que tienen habilitados todos los paneles de acceso. Lo que no nos quedó del todo claro es la tarifa de acceso. Este primer día pudimos acceder de manera totalmente gratuita, únicamente mostramos a través de la ventana los resguardos de la compra de pases online, que cada uno había realizado previamente, y amablemente nos abrieron la barrera y pasamos. "Bien, parking gratuito", es lo que inmediatamente pensamos. Pero no, parece ser que no es así, lo veremos más adelante.

El arco de entrada al parking, otro rincón bastante fotografiado.

Una vez en el parking, y pese a que el tamaño del mismo es bastante enorme, la tendencia es a acceder al ala que está más cercana a las coasters, la que se sitúa frente a la novísima Green Lantern, entrelazada con Superman: Ultimate Flight y que, a la izquierda, nos ofrece unas envidiables vistas a Kingda Ka, con toda la tropa de colosales esculturas de soportes y railes que se levantan tras ella: El Toro, Rolling Thunder, Bizarro, etc.

La culminación de una inquietud constante bien podría ser esta imagen.

Cuesta localizarla, pero tras un vistazo furtivo a la derecha podemos encontrar, en la lejanía, Nitro y en su base algunas partes de la pequeña Batman. En el centro del skyline se vislumbra claramente la altísima estructura de Parachute Training Center y, rozando el horizonte, las góndolas del telesilla que nos transportará de punta a punta del parque.

Marc sonríe satisfecho al encontrarse protegido de dos B&M entrelazadas.

La frase que corría en el aire en ese momento era bien clara: ¡Señores, estamos en SixFlags Great Adventure!

Acceso y pases de temporada

El acceso al parque es bastante lógico, teniendo en cuenta que esconde 4 grandes alas de parking, la entrada se encuentra en el centro, en una especie de punta de embudo que, irremediablemente, nos conduce a las taquillas y tornos.

El acceso al parque, como en la mayoría de recintos americanos, no es gran cosa.

De lo primero que se da cuenta uno aquí es de que la espectacularidad de este tipo de parques no reside en el edificio de acceso al recinto, como sí puede ocurrir en los grandes parques temáticos o europeos, sino que lo realmente llamativo es lo que te "rodea" de camino a esa entrada (en este caso coasters, soportes y rides de gran tamaño). Es una especie de intimidación previa al acceso, para que vayas sabiendo lo que te va a esperar durante todo el día.

Aunque el patriotismo norteamericano se hace presente en todo momento.

Hay que indicar también (y hago un pequeño inciso) que los parques americanos son terriblemente estrictos con las normativas de prohibición de tabaco. Hay que tener en cuenta que el flujo de niños y familias que visitan estos recintos es constante y muy elevado, por lo que está totalmente prohibido fumar excepto en contadas y pequeñas áreas (de ahora en adelante "smoking-zones") cuya ubicación podremos consultar a través del mapa y de varias señales que se reparten a lo largo del parque. Con el propósito de concienciar al visitante de esta normativa, antes de llegar a la hilera de tornos encontraremos una línea azul pintada en el suelo acompañada de ceniceros y donde se nos indicará reiteradamente que a partir de ahí está prohibido fumar.

Marc siguió las normas del parque a raja tabla, bajo pena de sanción y expulsión del mismo.

Unos 50 metros más adelante, en los edificios de taquilla, encontramos una hilera de casetas donde podemos adquirir nuestros billetes de entrada en distintas modalidades y por donde deberemos pasar y pagar si nos queremos hacer el pase de temporada. La indicación mediante carteles es muy correcta, informándonos en todo momento de las tarifas disponibles, así como las modalidades de entrada que hay.

Por nuestra parte, adquirimos el pase de temporada de SixFlags que nos da acceso al parque, como bien se indica, durante toda la temporada sin limitación de jornadas de visita. Nos salía realmente a cuenta si pensamos que íbamos a entrar en un total de 3 ocasiones, por lo que nos ahorrábamos unos 20 o 30 dólares que nos vendrían bien para pagar otros menesteres.

Un cartel muestra claramente los precios y horarios de cada una de las partes del resort.

Una vez pagas el pase, que asciende a un total de 106,99$, te facilitan 2 tickets con códigos de barra que debes guardar muy bien ya que sin ellos no podrás formalizar correctamente el pase de temporada.

Estos dos tickets nos son abonados para poderlos cambiar por un pase de temporada.

Para ello, debes pasar por un edificio/oficina que se encuentra a la derecha, bajo la sombra de un pequeño bosque y cuyo cartel reza "Season Pass Center", veréis que a izquierda y derecha se forman dos colas de gente, por la que deberéis acceder es por la de la derecha que, generalmente, contendrá más cantidad de gente, sobretodo a estas horas.


Lo que más me sorprendió en este caso es la velocidad de operativa que se tiene en este punto, pudiendo sacarte el pase de temporada prácticamente tu solo en menos de 5 minutos. El mecanismo es bien sencillo: accedes a un mostrador con dos monitores, un lector de código de barras y un teclado. En la pantalla de los monitores ya tienes abierta una ficha en blanco cuyos datos vas a tener que completar. Todos los campos a rellenar están bloqueados hasta el momento en el que pasas tu código de barras por el lector, donde automáticamente se te carga la ficha y puedes cumplimentarla con total tranquilidad.

En el interior los operadores nos indicarán paso a paso qué es lo que debemos hacer.

Aquí los datos que tendréis que anotar básicamente son de dirección y personales, pero ya os digo que no tardaréis demasiado en haceros con la plantilla y rápidamente los tendréis completados. Acto seguido y una vez el ordenador os muestra un mensaje conforme vuestro pase de temporada se ha generado correctamente, pasáis a la segunda "fase", donde se os hace la fotografía del pase (en blanco y negro). Hay dos operarios haciendo este paso, por lo que podéis elegir cualquiera de los dos, le facilitáis el ticket con el código de barras y una vez tiene cargada la ficha en el ordenador que tiene enfrente os pide que os pongáis en la pared amarilla que hay al fondo, tras una cámara de fotos.

Junto al pase de temporada te entregan un talonario de descuentos y ofertas.

Llegados a este punto lo más curioso del tema es que podéis poner la cara que queráis y, efectivamente, el RollerCoaster Team hicimos gala del cachondeo que predomina en el viaje, poniendo cada cual la cara más rara o característica que quisimos. Lo que si se pide es que no se lleve puesto nada que cree sombra en la cara (viseras, gorras o gorros). Las gafas sí se pueden llevar sin problema.

Te sacan la foto, cumplimentan un par de pasos más (de esto se ocupan totalmente los operarios) y en mano te entregan el pase, recién salido de la máquina.

Oficialmente en este punto sales del edificio y tienes en tus manos el pase de temporada de SixFlags Great Adventure.

Credits sin parar hasta comer

Pese a que la jornada que teníamos por delante era larga, también sabíamos que era domingo, por lo que habría una cantidad de colas probablemente alta, así que cuanto antes decidimos iniciar nuestra ruta.

SixFlags Great Adventure es un parque alargado, muy alargado, por lo que deberéis caminar muchísimo para desplazaros entre algunas de sus grandes estructuras. Nosotros decidimos desplazarnos del centro (el city-walk clásico de todos los parques, repleto de tiendas y servicios) hacia nuestra derecha, con el objetivo de visitar esta pequeña mitad antes del mediodía.

Como os he dicho más arriba, no detallaré demasiado en esta entrada ya que conforme pasen los meses os iré analizando un montón de coasters, pero voy a resumir lo máximo posible nuestro paso y estreno por cada uno de los credits que hicimos hasta que decidimos parar para comer:

Nitro

El primer credit oficial del viaje. En todos los viajes del RollerCoaster Team el primer credit adquiere vital importancia ya que, desde ese punto, se inicia una gran estela de credits ansiados y valiosos. En esta ocasión decidimos estrenarnos con una hyper de B&M muy conocida por los entusiastas y aplaudida en general (aplauso al que más tarde nos sumamos, sin duda alguna). Llevábamos ya encima el prejuicio de las hyper por haber probado Silverstar, el hasta ahora único ejemplo de este modelo en Europa y a sabiendas de la buena posición que tenía la hyper alemana en nuestros respectivos rankings, sabíamos que Nitro quizás no la superaría.


La superó, y de sobras. Nitro es una versión mucho más dinámica, atrevida y veloz de Silverstar, menos suave quizás, pero mucho más precisa en sus airtimes y en un layout de libro, totalmente admirable. Al salir tu corazón palpita más rápido y tu garganta nota ya los estragos de gritar a grito pelado. Nitro supera sin duda la majestuosidad de Silverstar, no es tan alta, pero creedme, esos metros de menos, tampoco se notan en el drop.

Batman: The Ride

¿Qué os puedo decir de un credit que ya tenemos aquí? Pues la verdad poco. Es obvio que si nuestro parque es un parque de tercera y lo más destacado que tenemos es esta invertida de B&M la adoraremos y llegaremos a pensar que su calidad difiere mucho de la de otros modelos más dolorosos como una SLC de Vekoma. Pero en este caso, y aunque suene raro, estamos ante una B&M bastante mediocre. Efectiva de manera muy justa, pero mediocre.


La verdad es que Batman: The Ride, siendo clónica de otras tantas a lo largo del mundo, no adquiere ni un ápice de relevancia teniendo en cuenta lo que el resto del parque nos deparaba. Es exactamente igual que la de Parque Warner, en Madrid, excepto por la zona de colas que denota una falta de dinero o de atención en el theming, estandarte que arrastra SixFlags en todas y cada una de sus coasters y rides.

The Dark Knight coaster

Y vamos con la segunda coaster tematizada en Batman. Aunque en esta ocasión el theming y la justificación a una coaster más bien mediocre está muy bien resuelta y, al final, la eleva unos puntos más por encima de cualquier otra wild-mouse que hayamos probado.


Se destaca muchísimo la oscuridad, la tenebrosidad del metro de Gotham City, incluso los rasgos de locura de Joker, personaje absolutamente principal de esta coaster indoor. Me encantaron sobretodo el diseño de los trenes y la comodidad (sí, he dicho comodidad) del recorrido, ofreciendo el clásico layout de wild-mouse pero suavizado y aderezado con un sinfín de rincones de theming efectivos en la penumbra. No me dejó mal sabor de boca, la verdad.

Skull Mountain

Meted una coaster familiar tipo roller-skater de Vekoma en un enorme pabellón tematizado en roca y dadle un pequeño toque de aventura, arqueología y misterio. Esto es Skull Mountain, una coaster venida a menos que, curiosamente, es factura de Intamin.


El layout es bastante justo y no nos ofrecerá sensaciones de otro mundo, pero desde luego cumple bien sus funciones: unir en una misma coaster a los mayores y los pequeños dándole un toque menos infantil de lo normal, cosa que se agradece y mucho.

Blackbeard's Lost Treasure Train

Hola, me llamo Zierer y voy a montaros otro modelo Tivoli que os ofrecerá 0 sensaciones pero con el que daréis un par de vueltas, experimentaréis sensación de velocidad, algún tímido airtime y sobretodo: ruido.


Pues eso, creeréis estar en la base de cualquier B&M enorme cuando en realidad estaréis frente a una coaster terriblemente familiar y sin más aliciente que un trabajo de jardinería bastante acertado en su base. La verdad es que este modelo nunca me ha llegado a gustar en ningún parque, pero cuando lo montas y oyes el sonido de fricción de sus pequeñas ruedas al paso de su larguísimo tren por la vía... otro gallo canta.

Comida y a quemar las últimas horas del día

Aunque lo más arriba relatado puede parecer que lo hiciéramos en tan sólo un par de horas, lo cierto es que comimos muy tarde, quizás serían ya las 3 de la tarde cuando decidimos parar para comer en una hamburguesería cercana a la plaza del centro llamada Johnny Rockets y cuya franquícia es bastante conocida y extendida por todos EEUU.

Hamburguesas, patatas, frituras de pollo y poco más. Lo más destacado fue un pequeño incidente en el que nos vimos involucrados y que no nos permitió disfrutar de cualquier bebida disponible, sino que únicamente pudimos elegir entre algo parecido al Nestea y algo parecido a una limonada.


Tras cargar las pilas, descansar, pasar por los lavabos y por la zona de fumadores (para Javi y Marc), decidimos retomar nuestra devastadora ruta por todos los credits posibles, completando en mayor medida los más mediocres para así dejar pista libre, los consiguientes días, a las auténticas bestias de SixFlags Great Adventure.

Nuestra siguiente batería de credits, algo más reducida que la anterior, fue:

Bizarro

Una de las grandes sorpresas, a mi parecer, del parque. Ya iba advertido de lo buenas y satisfactorias que son las floorless de B&M con Superman, de Parque Warner, pero os puedo asegurar que en este caso poco o nada tiene que ver esta bonita y completa coaster.


Para empezar no es de layout abierto y lineal, sino que está bastante comprimido y ofrece una unión de tramos y elementos bastante homogénea, así como el añadido de efectos en su último cambio de nombre que le dan varios puntos más y la hacen muy divertida (sobretodo los arcos de luces triangulares tras el drop, los diversos puntos con vaporizadores de agua y el genial añadido del fuego en el dive-loop).

Constaté, sin embargo, que es una coaster a la que conforme más montas más cariño le vas pillando, convirtiéndola el último día de la visita a SixFlags Great Adventure en una absoluta imprescindible.

Runaway Mine Train

Si algo tienen las mine train de Arrow es que se les acaba cogiendo un cariño tremendo, pese a su dolor, pese a sus cambios bruscos de transiciones, pese a los layouts con elementos totalmente absurdos, da igual los puntos negativos que le encontremos a la coaster, siempre habrá algo que nos enganchará a ella.


En esta ocasión se trata de 3 airtimes, muy especiales y que identificaréis enseguida si la montáis. 3 airtimes bruscos e incluso dolorosos, pero únicos en su especie ya que no se nos da la sensación de salir despegados, sino que notamos en todo momento la fricción de las ruedas con la vía. Forzados o no, son inolvidables, así como el genial paso por la superficie del lago o por el interior del bosque que acompaña en todo momento a este credit. Absolutamente nada que ver con Diablo, de PortAventura.

Kingda Ka

Llegan las palabras mayores. El parque empezaba ya a encarar las dos últimas horas de apertura y decidimos no arriesgarnos en la última jugada, encaramos el camino hacia la más grande de las obras de ingeniería de coasters levantada hasta día de hoy, un auténtico coloso verde que nos muestra, de la mejor manera posible, el techo que todavía hoy existe en este mundillo: la altura.


140 eternos metros que se alzan amenazantes conforme nos vamos acercando a ella. Un tren que cada vez que sale disparado nos intimida con su velocidad de salida y con el aparente sufrimiento de los gritos de sus atrevidos viajeros. Una combinación de ambientación y theming justa, pero suficiente.

La verdad es que describir Kingda Ka se me hace terriblemente difícil y prefiero dejarla para cuando la analice al detalle, pero os puedo decir que la sensación de velocidad es incomparable totalmente a cualquier otra cosa que hayáis montado antes. Ni Furius Baco, ni Stealth, ni Rita, ni BlueFire. Nada de nada es comparable a esto, a llegar al final de la recta de lanzamiento y cerrar los ojos porque tu rostro ya no puede asumir más aire, a llegar a los 140 metros de altura y flotar, literalmente, en un mar bañado por bosques y eternos paisajes mientras encaras un drop en espiral que te adelanta una caída sin tregua a través de 130 metros sin parar.


Lloré. Llegué a la estación llorando pues, por fin, había pisado la madre de todas las coasters, aquella a la que temí la primera vez que vi, aquella que amé durante tantos años buscando su visita y aquella a la que ahora añadía a mi top 10 sin otorgarle el mejor puesto (ya que hay algunas otras a las que sí considero auténticas coasters) pero valorando muchísimo la sensación que me había dejado en cada uno de los poros de mi piel.

Partida y regreso al campamento base

El día empezaba a esconderse ya para dejar paso a la negra noche, por lo que decidimos adentrarnos en el maremoto de gente que abandonaba ya a esas horas las instalaciones del parque.

Sabíamos que dejábamos atrás una buena colección de credits pendientes y una amplia lista de rides y rincones de visita, pero también teníamos presente que nos quedaban dos jornadas más que no desaprovecharíamos para nada del mundo.

Al regresar del parque, aproximadamente a las 21:00 o 22:00 de la noche, nos encontramos en el hall de nuestro hotel la penúltima gran sorpresa del viaje: Calle, o más bien dicho Raúl, había llegado de su vuelo.

Por fin el RollerCoaster Team se unía al completo en el primer hotel y una cosa quedó clara al vernos las caras los 4 por primera vez: tocaba cenar.

Para ello hicimos parada en un local no demasiado lejano que había en uno de los laterales de la estatal que pasaba rozando el Confort Inn Edison. El local de una sola planta presentaba letras de neón en vivos colores verdes y rojos y rezaba un nombre que se nos quedaría grabado a fuego para el resto del viaje y de nuestras vidas: Applebees.

El aspecto general que presenta cualquier fachada de cualquier Applebees: ladrillo y neón.

Amigos y amigas de Bloggercoaster, si alguna vez se os ocurre poner pie en Estados Unidos y os encontráis con un hambre atroz, mi única e indispensable recomendación es que al menos en una ocasión paséis por un Applebees. El hogar de los auténticos sibaritas, un local donde se sirve una variedad de comida tanto norte-americana como con ciertas tendencias a comida del resto del mundo, con una variedad de ensaladas, entrantes y platos principales apabullante, un montón de ofertas, una buena selección de cervezas y una más que envidiable carta de cocktails.

Lo tiene todo, además de una exquisita decoración totalmente americana y unas mesas enormes para 4 comensales que os harán sentir como en un auténtico paraíso.

El interior es muy familiar, cálido, cómodo y acogedor.

Tras pasar más de una hora de charlas, risas, brindis y anécdotas, decidimos descansar por fin en el hotel de un día pleno, muy pleno, que tanto Raúl con el vuelo como nosotros con la visita a SixFlags, nos habíamos encargado de completar. Ahora tocaba descanso ya que al día siguiente, los 4, iniciaríamos de nuevo la ruta de los credits de oro.

Pero eso es algo que me encargaré de relataros en la siguiente parte de esta saga de entradas.

*****

Una vez más, fiel a mi promesa de que cada semana os ofrecería un vistazo a nuestro viaje, doy por zanjado el relato de otra espectacular jornada. Quizás la falta de información y de fotografías os de a pensar que en este día no se hizo mucho pero, creedme, se completó mucho camino y sobretodo pudimos observar en la mejor de las posiciones la táctica de juego de SixFlags por encima de los demás parques: una organización exquisita, una operativa espectacular, un marketing estudiado una y mil veces y, sobretodo, la sensación de que los minutos corren como segundos y de que los credits acumulados apenas son unos cuantos frente a la espeluznante marabunta que queda por completar.

Con la tontería este primer día de parques nos llevamos a la cama un total de 7 credits nuevos, nos quedaban otros 6. Y yo, personalmente, tenía por delante el reto de sacar fotos a absolutamente todo, reto que como veréis en las siguientes entregas, fue cumplido a raja tabla. Esta pequeña entrada no es más que un simple aperitivo...

¡Y recordad! Tenéis disponibles otras 3 entradas donde ya os he ido relatando la aventura del Tour 2011 del RollerCoaster Team:
Nos vemos en la siguiente entrada aquí, ¡en Bloggercoaster!

3 comentarios:

  1. Genial aperitivo!

    Espero con ansia poder ver el análisis completo de Nitro, mi coaster Nº 1!!!!!!!!!!!!!

    En cuanto a los Applebees, totalmente de acuerdo. Son lugares excelentes para comer y beber buenas cervezas. No se si probasteis unos platos combinados donde hay un montón de fritos (queso, gambas, verduras, alas de pollo...) bastante picantes. Son verdadera mente increibles.

    Applebees es un sitio indispensable para cualquier viaje a Estados Unidos. Nosotros estuvimos en varios de ellos, aun que también es cierto que no todos tienen el mismo nivel, y lo digo por propia experiencia.

    Uno que nos gusto muchisimo fue en Sandusky, creo que estaba muy muy cerca de Cedar Point.

    Por otra parte y cambiando de tema, no probasteis en SFGADV las famosas patatas fritas en forma de aro? Lo digo por que estaban bonísimas!!!

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  2. Me encanta como lo explicas todo. Y se me ponen los dientes largos que voy rallando el suelo... Nosotros en agosto llevaremos a nuestros amigos franceses a PA para que lo vean, pero ya les hemos dicho que el siguiente es Walibi World, que Bellewaerde (aquí al lado de casa) no estuvo mal pero no hay muchas emociones fuertes...

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  3. Tienes que editar un libro con tu blogs YA !!!!

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