lunes, 14 de julio de 2014

Flamingo Land (parte 1)

Como ya sabréis a estas alturas del juego, el mes pasado nos embarcamos en una de esas aventuras anuales que tanto nos gusta montar y que venimos llamando desde hace años RollerCoaster Team. En esta ocasión el objetivo era completar una ruta por el norte de Inglaterra y acabar de "barrer" los parques que nos quedaron pendientes en aquella lejana visita allá por 2009.

Sin duda alguno cuando uno se pone a organizar y montar un viaje de estas características, la búsqueda le lleva a parques punteros y en los que la cantidad tanto de rides como de coasters es, cuanto menos, provechosa. Con este criterio es inevitable llegar a encontrar parques de atracciones como el que nos va a ocupar esta semana de análisis: Flamingo Land.

Dicho esto hoy, en Bloggercoaster, inicio una ruta de análisis por uno de los parques de atracciones más desconocidos por el visitante entusiasta pero que, a su vez, ofrece placenteras sorpresas a todo aquél que pone el pie en él. Hoy nos adentramos en el interior de Flamingo Land, en Yorkshire, al norte de Inglaterra.


El parque de entrada pobre

Flamingo Land es uno de esos numerosos parques que comparten en muchas ocasiones distintos tipos o clasificaciones, siendo ambiguo y no pudiéndose encajar en ninguna categoría concreta. Puede ser un parque rural, puede ser un parque mixto (zoo + parque), puede ser un parque de atracciones y puede ser un parque temático. Pero sea como sea, es un parque temático (lo encajaré en la clasificación que otorga el mismo parque) que merece mucho la pena visitar y en el que invertiréis una jornada entera si queréis descubrir a fondo.

Nada más llegar encontraréis el aparcamiento gratuito (casi una constante en toda Inglaterra) a través del cual podréis vislumbrar, nada más alzar la vista, el espectacular skyline de coasters y rides que se nos presenta ante nuestras narices:


Por si os alarmáis con los cielos repletos de nubes en las fotografías, tened en cuenta que esto es Inglaterra, lo cual quiere decir que un día nublado o gris es un día absolutamente normal. No nos llovió en ningún momento y la verdad es que la temperatura, como veréis con las fotografías, permitía llevar manga corta sin pasar ni un ápice de frío.

Paso obligado por taquillas en el caso de no tener hecha la compra con antelación:


Y en el caso de haber hecho la compra online (descuento incluido) con pasar el resguardo o e-ticket por los tornos de acceso al parque tendremos más que suficiente.


¡Entramos al parque! Y como siempre ocurre en las primeras visitas de cualquier parque quedamos maravillados por la magnificencia de la plaza de entrada que... uhmm... un momento, un momento. ¿Dónde está esa fuente enorme con mascotas o letreros dorados?¿Dónde está esa zona ajardinada repleta de bonitos bancos y flores de todos los colores?

Para nada. Desgraciadamente esta es una área del parque que anda un pelín descuidada y en la que parece que no se ha querido invertir demasiado diseño o cariño. La entrada de Flamingo Land cabría directamente en un remoto ranking de las entradas más desangeladas de parques, puro cemento:


Sin embargo el parque tiene mucho por delante y por ofrecernos, así que primero inspeccionaremos un poco el entorno inmediato en un vistazo de 360º. Para empezar a mano derecha localizamos el Plaza Gifs, que vendría a ser la tienda de merchandising, peluches y recuerdos del parque más grande y que en un acto de marketing agresivo sirve como lugar de paso obligatorio si queremos dejar el parque hacia las últimas horas del día:


Inmediatamente al lado, en una de las esquinas de esta plaza rectangular de bienvenida, localizamos el Jungle Joe's Food Court, un restaurante de comida rápida cubierto con un toque de theming original y acogedor en su interior:


Aquí podéis ver el interior del restaurante en hora de servicio de comidas a mediodía, como podéis observar predomina cierto toque cálido, algunos cobertizos, árboles de cemento y ramas que cubren parte de los techos, amén de tener una distribución de sillas y mesas de madera:


En el Jungle Joe's Food Court encontraréis principalmente fast food basada en hamburguesas, patatas y snacks, además de un pequeño cobertizo donde venden repostería y bollería de colores vistosos. En mi caso la anécdota vino cuando pedí una hamburguesa con queso y un extra que, por el nombre, no acerté a adivinar realmente qué era. Una vez me lo sirvieron en bandeja me di cuenta de que efectivamente tenía una hamburguesa pero la otra que la acompañaba ¡eran patatas! Panecillo de hamburguesa con un interior repleto de patatas fritas normales y corrientes (lo veréis a la derecha en la bandeja):


Dejamos atrás el Jungle Joe's Food Court, volvemos a la plaza de la entrada y en el mismo centro encontraremos Flying Clowns, una ride que ya he podido encontrar anteriormente en otros parques y que es una spin ride infantil con unas góndolas particularmente perturbadoras:


Según entramos a mano izquierda localizaremos el How Sweet is This, un pequeño local de venta de dulces y chucherías con un nombre más que lógico:


Y a su lado, embutida en un pequeño hueco vallado, otra spin-ride llamada Spotted Cow Ride:


Si seguimos avanzando por la plaza, la verdad es que el panorama es ciertamente desolador, echando de menos en todo momento la típica avenida en forma de mainstreet con casitas decoradas, espectáculos divertidos o jardines coquetamente decorados. En este caso encontraréis una explanada de cemento de unos 50 metros de ancho y llena por doquier de mesas de picnic para saciar el hambre de merienda de los británicos visitantes:


En los laterales encontraréis algunos edificios de servicios además de un par de restaurantes de cierta categoría, como el Metropolis Bar & Grill, donde como os indiqué en la bitácora correspondiente, cayó el primer English Breakfast del viaje, un desayuno calórico pero repleto de jugosas exquisiteces (baked beans, salchichas, huevo frito, champiñones, etc):


Un lugar ciertamente elegante, con acabados en madera oscura, amplios techos y una zona de sofás de piel rodeando un piano de cola que muestran que en este restaurante se pueden degustar, no se exactamente en qué momento, bebidas y licores con cierta tranquilidad y señorío.

Los primeros credits

Ciertamente podría parecer que por el momento Flamingo Land no nos está ofreciendo la mejor de las imágenes pero, creedme, lo mejor todavía está por llegar. Este recorrido apenas son un centenar de metros y como yo me debo a la descripción punto por punto, bien merece ser nombrado.

Dejando atrás la plaza de acceso al parque empezamos a ver los primeros puestos de juegos y ferias, donde podemos conseguir desde peluches hasta banderas (con ocasión de los partidos clasificatorios del Mundial de Brasil):


Pasará en este punto por encima de nuestras cabezas una curiosa ride que en este parque británico adquiere un tono entre lo sofisticado y lo puramente casero, se trata de Cycle Monorail, que como su propio nombre indica es un monoraíl de corto recorrido (no más de 300 o 400 metros) en el que nos desplazaremos pedaleando:


A mano izquierda, a apenas veinte metros, encontraremos el primer y diminuto credit de Flamingo Land, bajo el nombre de Runaway Train nos encontramos con una family gravity coaster de Zamperla, una kiddie con todas las de la ley, de colores anaranjados y estructura sencilla:


La particularidad de este credit es que tiene un bache hacia el final de su recorrido que hace que se estremezca todo el vagón y que las cabezas de los viajeros giren violentamente de un lado al otro. En esta fotografía (donde se puede ver a parte de los integrantes del RCT) veréis el bache a la izquierda, justo tras el último vagón del tren:


Pasado ya el mal trago de Runaway Train observamos que en las inmediaciones encontramos también dos rides kiddies más. Por una parte una pequeñísima Pink Elephants, spin ride para los más pequeños de la família:


Y por otra parte unas mini tazas de té giratorias (Tea-Cups) y con un curioso estampado a topos de colores, cubiertas por una lona para ofrecer el acceso a la ride en días de lluvia o sol excesivo:


En este punto toda la amplitud del área se reduce en un único cuello de botella (posiblemente problemático en día de grandes afluencias) en el cual debemos despedirnos de toda la zona de la entrada que, por cierto, recibe el nombre de Metropolis (como nombre de área temática, se entiende):


Un área pobre y descuidada que da la impresión que debería recibir, por parte del parque, una atención especial ya que no solamente es la primera imagen que recibe el visitante durante la jornada, sino también la imagen con la que se despide del mismo (y que le hará volver en caso de quedar contento). Pequeño toque de atención para un parque que, como veremos de ahora en adelante, sólo hará que mejorar, estad tranquil@s.

Adiós Metropolis, hola Seaside Adventure

Dejamos atrás ese extraño puente formado principalmente por las vías de el credit Velocity y continuamos la ruta que se nos extiende ante nosotros:


Justo a mano derecha nos encontraremos una extraña y futurista estructura tubular y plateada que contrasta totalmente con los colores anaranjados de la moto-coaster de Vekoma, se trata de la estación de Velocity y es el segundo credit que nos encontraremos en nuestra visita:


De lenta carga durante las mañanas y con unas colas mucho más agradecidas a partir del mediodía, Velocity es una moto-coaster bastante estandar, sin ningún rasgo temático que la diferencia de cualquier otro credit familiar de la compañía holandesa y que adquiere, en su lanzamiento por cable, la nada despreciable velocidad de 87 km/h:


El layout es bastante sencillo pese a la complejidad que pueda parecer que ofrece. Recta de lanzamiento, camelback (sin airtime), un doble 8 de hélices con peraltes y alturas variables (pero siempre girando alrededor del mismo centro) y una incursión en una recta de regreso a la estación donde encontraremos tres simpáticas bunny-hills donde, esta vez sí, los motorizados asientos de la coaster nos ofrecerán generosos ejector-airtimes totalmente artificiales y previsibles:


Un credit demasiado sencillo para lo que pueda parecer y que carece por completa de esencia o encanto. Aún así, un credit más que os llevaréis al bolsillo si lo completáis en vuestra visita.

Il giro italiano...

A escasos metros de la estación de carga de Velocity y a mano derecha en nuestro camino inspeccionando el parque nos encontramos con otro clásico de este tipo de parques, una disk'o de Zamperla que en esta localización está bautizado como Navigator:


Parecida en cuanto a forma y estética a la que podemos localizar en Blackpool Pleasure Beach bajo el nombre de Avatar Last Airbender, pero con mucha más pulcritud y sin demasiada complejidad en los extremos. De un ciclo más bien corto y capado que apenas os ofrecerá lo que otras disk'os ofrecen en otros muchos parques alrededor del mundo. Previsible, sin más.

Frente a Navigator localizamos una de esas jugadas maestras o combos que tanto me gusta resaltar cuando visito un parque por primera ocasión. Se trata de una rockin' tug de Zamperla llamada Vortex que presenta un panel hipnótico en la parte trasera pese a que la góndola es la clásica del barco cartoon que hemos visto en decenas de parques. Pese a todo me gusta la combinación entre la "adulta" disk'o y la "familiar" rockin' tug, dos rides de similar funcionamiento y sensaciones pero con un público objetivo distinto. Bravo por Zamperla:


Y no nos olvidemos por el momento del constructor italiano, porque justo frente a nosotros se erige la altiva forma de una de sus más laureadas a la vez que criticadas creaciones. Se trata de Hero, la volare de Zamperla que como las buenas obras de teatro o películas, o te gusta o la odias a muerte. En mi caso he de reconocer que iba predeterminado por mi juicio de Volare, la coaster de similares características situada en el Wiener Prater de Viena y de la cual ya os hice el análisis en su día:


Y pese a que tras el primer ciclo de prueba que hicimos todos los integrantes del grupo pudo parecer que Hero presentaba un layout más cuidado y unas transiciones menos marcadas, nada más lejos de la cruda y dura realidad, resulta ser un credit que ofrece dolor y golpes en cada uno de sus tramos:


Enjaulados en su interior, los integrantes realizarán un recorrido descendente en el que irán pasando por giros con un peralte demasiado marcado (y unas transiciones de peralte demasiado cortas, tome nota Mr. Zamperla) además de un par de in-lines matadores para el cuerpo del atrevido pasajero:


Pero en general y como ocurre con la versión austriaca, Hero resulta ser un credit divertido por ofrecer una manera de riddearlo diferenciada del resto de credits. El tener que acceder al tren en marcha, encajar en sus prestaciones con una postura incierta y sobrevolar el lugar a grito pelado une mucho más al grupo y provoca risas y carcajadas, en parte para curar el dolor interno que uno sufre tras cada nueva curva que se presenta en el layout:


Como apunte, si nos fijamos realmente en el mapa y distribución del parque, técnicamente estamos todavía en el área de Metropolis aunque la conjunción de Hero, Navigator y Vortex entra dentro de una mini-temática asiática o colonial, todo ello ciertamente desconcertante para el visitante primerizo:


Oficiamente tras Hero es donde realmente empieza el área de Seaside Adventure, donde nos adentraremos en un puerto de principios de siglo XX a la búsqueda de nuevas emociones a través de un enorme arco de piedra artificial que así nos lo indica.

*****

Y pese a que esté dividiendo un área temática por la mitad, no quiero abrumaros con más información por hoy, así que hasta aquí esta primera parte del análisis de Flamingo Land, un parque que pretendo acercaros más dada la lejanía del destino, pero que tampoco está demasiado lejos dada la cercanía de destinos de vuelos low cost desde las principales ciudades españolas.

Por el momento un parque de aspecto tosco, con extensiones de terreno variables, con una identidad temática dispersa y ténue que quizás nos puede confundir si no echamos un vistazo al mapa.

Pero os puedo asegurar que lo importante está todavía por ver, descubriréis a través de mis análisis como Flamingo Land tiene mucho que ofrecer tanto en materia de coasters como en materia de flat rides. ¡No os perdáis la siguiente entrada en el blog!

4 comentarios:

  1. he encontrado a faltar a faltar cierto bird...

    jeje

    Jaumet

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    1. Paciencia Jaumet, paciencia... quedan más partes todavía.

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  2. Hace tiempo que vengo viendo cómo, parque tras parque, no dejas pasar la oportunidad de probar hasta las kiddie coasters. Siempre leo algún apunte refiriéndote a ellas como que tiene "un mini air time" o un "zig zag final que te vapulea" y cosas así, pero ¿realmente merece la pena sentir esos tímidos elementos que puedan tener esos "credits"? ¿Hasta qué punto es importante atesorar ese tipo de coasters?

    En concreto quiero señalar el hecho de que cada segundo en un parque es valioso y es importante discriminar. Vale que hay kiddies que por su theming, vistas que pueden ofrecer, etc. puedan ser un reclamo pero en el caso de esta entrada en concreto no, como muchas otras.

    No me malinterpretes por favor, no estoy cuestionando tus motivos, es simple curiosidad sobre algo que veo que se repite a lo largo de la historia del blog ;)


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    1. Y esta es una duda que suele dividir bastante a los entusiastas. Tranquilo, no te malinterpreto, al contrario, ¿las dudas para qué estarían sino para resolverlas?

      Fíjate en las "fotos de la semana", por ejemplo. Imagina que estoy de visita en... no se... Europa Park (por poner un ejemplo) y que me gusta tanto SilverStar, Blue Fire o Wodan que me paso todo el día entero riddeándolas como un desesperado. Hago no menos de 5 ciclos en cada una de ellas, me las conozco hasta el último detalle, vivo hasta la última G que me puedan proporcionar.

      Pero luego, tras mi visita, leo internet. Busco información sobre ellas y descubro que no soy el único que les ha dedicado su tiempo. Descubro que hay gente que incluso las ha riddeado decenas de veces, las vanagloria y les dedica análisis completos, páginas y páginas de foros o fichas interminables con mil y un detalles.

      Pero luego pienso detenidamente: ¿Dónde he estado?¿Acaso me he pasado todo el día en SilverStar, Wodan y Blue Fire?¿Acaso no ha sido Europa Park el parque que he visitado?¿Acaso no he tenido tiempo para disfrutar de detalles como Vigneta, las casitas de cuentos, la cueva de los diamantes de Austria o la mini-capilla de Holanda?

      Los detalles, los detalles son los que alimentan todas y cada una de mis visitas a todos los parques, desde el más grande hasta el más pequeño.

      Podría tirarme horas en las grandes coasters y probar una y otra vez exactamente el mismo recorrido. Pero mi elección es probar el máximo posible. Llámale kiddie, llámale insulso, llámale insignificante. Porque si algo he aprendido en todos estos años viajando por parques es que hasta en las nimiedades más diminutas, hasta en esas kiddies que parecen realmente ridículas, puede uno descubrir ese airtime o ese twistie que le haga a uno pensar "joder, menos mal que me decidí a probarla".

      No cuestiono tampoco quien siga el método que te he dicho antes, de reventar mil veces los credits más grandes. Pero si me gusta el chocolate prefiero tener una despensa llena de bombones de todo el mundo que tener 3 o 4 paquetes enormes de Toblerone ;)

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