sábado, 5 de julio de 2014

Bitácoras desde Inglaterra (parte 6)

Morning!

El último "morning" de todos, la última jornada. El RCT Tour 2014 llega ya a su final y con esta última bitácora os expresaré las últimas horas, minutos y segundos de un viaje breve pero fascinante a través de la geografía del norte de Inglaterra y sus parques, un viaje que muestra muy bien los platos fuertes de un país en cuyo encanto y gusto por los detalles reside la mayoría de su secreto.

Ya en otras ocasiones creo que os he hablado de que tanto en mis visitas particulares como en los dos RCT en alguna ocasión se trató de realizar un desayuno completo. Estando en Inglaterra qué mejor manera de hacerlo que a través del clásico "english breakfast". El caso es que tras unos cuantos días la tradición del RollerCoaster Team impera y se acaba haciendo el también mítico "gasolinera breakfast", consistente en una bebida energética o similar, un alimento consistente y generalmente con proteínas e hidratos y finalmente lo que se suele llamar una mierda de adorno, es decir, un capricho que te entre por los ojos y que generalmente es dulce. Vale más una imagen que mil palabras, ¿no? Pues eso:

Tras la ingesta de este tipo de substancias (nocivas o no, a saber) decidimos encarar las 6 horas que nos separaban entre nuestro desayuno y la partida en dirección al aeropuerto de Birmingham, donde cogeríamos un vuelo a primera hora de la tarde en dirección a nuestro querido Barcelona Prat.

Antes de ponernos con la actividad que ocuparía totalmente ese puñado de horas, decidimos hacer una primera parada en uno de los numerosos pubs del país, típico y cargado de topicazos (madera, vigas oscuras, techos bajos, etc). La verdad es que daban ganas de quedarse todo el día sentado, pinta en mano y escribiendo o dibujando en un cuadernillo de papel:
 Pero ese no era el plan y ahora mucho me temo que debo hacer un pequeño inciso. L@s que más me conocéis sabéis que no soy hombre de un solo gusto, siempre suelo compaginar mi mayor afición (que es lógicamente los parques y viajes a parques) con otras aficiones que también he ido cultivando a lo largo de mi vida tales como la gastronomía, el cine, las series, Youtube, etc.

Una de las aficiones más recientes, añadida hace apenas un par de años fue la del Geocaching. No quiero daros demasiado la brasa con el tema, pero si os interesa el concepto que os explicaré, podéis ir echando un vistazo a este vídeo que resume de manera muy básica qué es y cómo se juega al Geocaching.
 El Geocaching es una mezcla de juego y deporte en el que nos aventuramos por todo el mundo a encontrar pequeños tesoros llamados "cachés" mediante un sistema de GPS (que puede ser un móvil con GPS, sin ir más lejos). El propietario de ese caché lo ha creado y escondido en un lugar exacto que conoceremos a través de sus coordenadas GPS, así que nuestra tarea es tan fácil como salir a encontrar ese pequeño tesoro escondido.
La gracia o dificultad es que la mayoría de los cachés (y más los de montaña como los que hicimos ese día en los bosques de Birmingham) están escondidos para que los no-jugadores jamás sepan que están ahí. Bien mediante ingeniosos camuflajes, mecanismos complejos o simplemente escondiéndolos entre piedras o en agujeros de troncos. Un caché generalmente nunca está a la vista y debes gastar desde un par de minutos hasta incluso horas en encontrarlo, ¡la gracia es que cuanto más cueste más trabajado estará!
 Con esta premisa nos equipamos y adentramos en lugares de todo el mundo (pensad que hay más de 2 millones de cachés escondidos en todo el planeta) y seguimos unas sencillas reglas del juego, como son el hecho de que al encontrar un caché debemos dejarlo exactamente en el mismo lugar donde lo encontramos y tal y como nos lo encontramos o que al llegar al recipiente, deberemos anotar nuestra visita mediante nuestro nombre de usuario y la fecha en la que encontramos ese tesoro, tal que así:
Lo inmenso de este juego viene dado por varias ventajas: la primera es que es gratuito, puedes apuntarte en cualquier momento y desde el primer día empezar a buscar cachés (la mayoría de las veces pensamos que no habrá ninguno cerca y la sorpresa viene cuando tienes uno a apenas 100 metros de tu casa).

La segunda ventaja es que es un juego global, por lo que las reglas son exactamente las mismas en todo el mundo y si, como nosotros, te dedicas a viajar unas cuantas veces al año, siempre tendrás rincones misteriosos y preciosos paisajes por explorar.
La tercera ventaja es que caminarás mucho (sobretodo si te dedicas a buscar cachés de montaña o de bosques como los que hicimos ese día en Birmingham) y que generalmente cada caché está situado en un lugar bonito, simbólico o desconocido (muchas veces te adentras en edificios abandonados, cascadas ocultas por la maleza, miradores, puntos geográficos destacados, monumentos, etc.).
En definitiva, el Geocaching es una manera sencillísima y muy entretenida de buscar rincones únicos o con mucho encanto allá donde vayas porque casi siempre tendrás un caché cerca de ti. 

De hecho, si os pica un poco el gusanillo por esta entretenida afición, podéis pasaros por la web oficial del Geocaching para conocer mucho más acerca de este otro complejo mundillo en el que hay paralelismos con los parques. Nosotros completamos credits mientras que un geocacher consigue encontrar un caché.

Ya podéis ver por las fotografías que os adjunto la preciosidad de los valles y senderos que recorrimos en esas poco menos de 6 horas de caminata a través de verdes y frondosos bosques ingleses. Pura belleza natural:
 Durante nuestra jornada "geocacher" encontramos unos 7 u 8 cachés, variados en tamaño y tipo, así como en dificultades o terrenos. Pero lo más importante es que no nos dedicamos a hacer la típica visita turística a Birmingham. Nos dedicamos a explorar rincones que posiblemente ni siquiera los habitantes de la ciudad industrializada y tosca conozcan, a apenas unos kilómetros de distancia.
Una vez acabamos (agotados) nuestra caminata por estos prados y parajes, nos dirijimos al aeropuerto de Birmingham para realizar la facturación y checking, así como compras de última hora y la última comida del viaje. Acto seguido entramos en el avión (Ryanair) y en poco menos de dos horitas estábamos de vuelta sanos y salvos en nuestras casas.

En apenas unos minutos aterrizábamos desde lo alto de las nubes. En apenas unas horas caminábamos por campiñas y descubríamos preciosos paisajes tintados de verde. En apenas unos días habíamos plantado bandera en 4 de los parques más carismáticos y conocidos de Inglaterra.

Y en apenas unos años el RollerCoaster Team, la idea de un par de buenos amigos en una noche cualquiera, ha adquirido un tono tradicional, casi litúrgico (como he definido en alguna ocasión) del pasárselo bien entre colegas, del conocer, del descubrir y, sobretodo, del compartir las geniales experiencias que puede aportar esta insustituible afición: la de viajar visitando parques de atracciones y temáticos.

Ahora ya sólo cabe fijar la vista en la siguiente aventura, esta ya en 2015...

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