miércoles, 17 de octubre de 2012

La extraña galería del Prater (parte 1)

Si algo quedó claro en una de las últimas entradas del blog fue que Wiener Prater, el parque de atracciones situado en Viena, es una auténtica pieza de coleccionista, un item que vale la pena tener en tu memoria porque guarda de manera celosa algunas de las rides, coasters y joyas ocultas más preciadas por todo entusiasta.

En él vimos que se encuentra la noria más antigua del mundo: Wiener Riesenrad, con una larga historia que ha visto el nacimiento del imperio de Franz Josef I, dos guerras mundiales así como numerosos eventos históricos que la han convertido en una visita obligada para el turista que acude ávido de anécdotas a este parque de atracciones tradicional. Pero no todo es la edad del parque o una enorme noria de 65 metros.

Hoy, en Bloggercoaster, os presento la primera de dos entradas sobre uno de los catálogos más pintorescos, variados y (porqué no) estrambóticos que podemos encontrar si echamos un vistazo a las galerías de rides y coasters que tienen en la actualidad los parques de atracciones de medio mundo. Hoy os mostraré algunas de las rarezas que pude encontrar en el Wiener Prater.


Las mil dimensiones de las vueltas

Empiezo este particular viaje a través de las rarezas con, quizás, una de las coasters más comunes que podemos encontrar en prácticamente cualquier país y casi en cualquier parque. Empezaré por esta coaster sencillamente porque es posible que sea lo más normal que podamos encontrar, a partir de aquí nos embarcamos en un viaje de originalidad, creatividad y rincones mágicos sin fin. Se llama Dizzy Mouse y es la wild mouse spinning del parque, uno de los 9 credits que podemos encontrar aquí:


Y pasamos de algo común y sin demasiada complicación a algo que, con las normas de seguridad y de protección de animales hoy en día escapa a lo común, rozando quizás la ilegalidad o la moralidad humana. Se trata de Reitpavillon, un pequeño carrusel que emplea cavallos en miniatura que dan vueltas sobre una pequeña pista de arena. El pago del ticket implica que el niño o niña dará una serie de vueltas durante un tiempo determinado a lomos de uno de estos animales:


Vale la pena recordar que pese a que nos pueda extrañar el uso de los animales hoy en día allí donde se podría utilizar elementos mecánicos, hay un buen puñado de ferias que en la actualidad siguen usando este tipo de atracciones, quizás con el ánimo de que los niños de ciudad puedan experimentar por una vez en sus propias carnes lo que es ir sobre uno de destos cavallitos. Triste pero real.

Dejamos atrás la cruda realidad de Reitpavillon para pasar a la enfermedad total que entra de lleno en la categoría de rides y flats que gusto de llamar "rides de mareo gratuíto". Se trata de Speedfire, algo así como la hija bastarda de un topscan y un topspin. Desgraciadamente en nuestra visita al Prater nos la encontramos cerrada, por lo que no la pudimos ver en acción:


Y justo delante de Speedfire encontramos lo que yo calificaría como auténtica máquina de tortura y mareo gratuito. Se trata de Extasy, una spinride que plantea serias dudas sobre la comodidad de sus movimientos aplicados sobre el frágil cuerpo de los que se atreven a riddearla. Aqui os muestro una fotografía del exterior:


Pero creo que vale más la pena mostraros un simple video sobre lo que se cuece en el interior, que es de lo más rocambolesco que he visto en años de visitas a parques (os recomiendo verlo entero):


Efectivamente, las góndolas van girando y girando hasta que se colocan del revés. De locos.

Si nos encontramos mareados con Speedfire y Extasy, podemos pensar que un ciclo en unos rápidos puede ser una buena manera de mitigar nuestro dolor de cabeza y estómago. Un poquito de agua fresca, túneles sinuosos y diversión con risas aseguradas. Y sí, es lo que ofrece Wildalpenbahn a través de sus endiablados canales repletos de agua, pero no os dejéis engañar, la triple hélice que esconde en su interior os proporcionará un momento spinning totalmente enloquecedor:


Como simple apunte, no temáis a chorreos o humedades indeseadas, Wildalpenbahn no se propone mojar a nadie, sino más bien ofrecer un divertidísimo recorrido repleto de giros sobre agua, sin llegar a salpicar en exceso.

Inventos de altura

Si continuamos el trayecto por las animadas calles del Wiener Prater pronto nos daremos cuenta de que hay algunos elementos que se repiten con demasiada asiduidad como para pasar desapercibidos. Yo en concreto recuerdo 4 que, si visitáis el parque, los encontraréis sin buscar demasiado: dark rides, rides de karts, rides de altura marcada y coches de choque.

En una de estas categorías se encuentra la primera dark ride del recorrido (primera de muchas, ya veréis), se trata de Geister Schloss, la clásica dark ride de terror con pequeños coches sobre raíl metálico y que presume de tener una amplísima colección de animatronics, trucos con espejos, vibración de trenes, efectos de sonido, humo, luces y demás. Todo para divertirnos y aterrorizarnos durante un buen rato:


Inmediatamente al lado de Geister Schloss encontramos Octopus, una de las rides más nuevas del parque adquirida durante la última reforma de 2009 y que guarda una semejanza más que sospechosa con los King Kong de Huss que tenemos repartidos en el viejo continente. Por desgracia es otra de esas rides que encontramos cerrada en nuestra visita al parque, pero habría sido bien curioso ver un ciclo entero para comprobar si, efectivamente, es una clónica del salvaje mono de Huss:


Os he dicho antes que las dark rides estaban al orden del día y no andaba equivocado. En esta ocasión se trata de Mecky Express, una dark ride un tanto particular ya que se encuentra a medio camino entre el carrusel, el tren en miniatura y el concepto dark ride puro y duro. Todo consiste en un tren de 3 vagones tirados por locomotora de imitación a las de vapor antiguas, la estación de carga imita una estación de tren y, al salir de la estación, nos adentramos en un doble circuito circular situado en el interior de la ride.

 

A través de ese circuito se visitan varios dioramas con animatronics y mecanismos que crean la ilusión de que vas viajando por el salvaje oeste viendo indios y cowboys. Llama la atención, si os fijáis en la fotografía, el hecho de que justo debajo de la ride se encuentre una pequeña sala de air-hockey, embutida con calzador:


Bien, llegamos a uno de los puntos donde, inevitablemente, la mandíbula se os va a desencajar. ¿Qué tal si tomamos prestado el concepto "columpio", le añadimos el ingrediente "eje giratorio irregular" y lo pulimos todo con una estética futurista y una seguridad impecable? De esta mezcla obtenemos Tornado, una ride que os puedo mostrar en fotografía sin problema:


Pero que podréis admirar con más detalle si os la muestro en video a través de Youtube. Observad como la irregularidad del eje en forma de flecha quebrada hace que cada giro sea totalmente diferente y ofrezca sensaciones variadas al atrevido viajero:


Colindante a Tornado encontramos la archiconocida Volare, una de las coasters más dolorosas y ortopédicas que he podido probar jamás:


Como sabéis que me gusta guardar la intriga, aquí os puedo decir ya que el próximo análisis de coaster en Bloggercoaster será uno detallado de Volare, para demostrar que no todo deben ser coasters magistrales o de sublime belleza, que también las coasters lamentables tienen cabida y pueden ser expuestas en forma de análisis.

Dicho esto, junto a Volare encontramos la que es la segunda noria del parque, Blumenrad:


El porqué de la existencia de esta estructura a tan sólo 300 metros de Wiener Riesenrad es, cuanto menos, inquietante y quizás incluso perturbador. ¿Qué mueve a un empresario del ocio y las atracciones a montar una noria totalmente mecánica allí donde ya hay una que te roba todo el negocio? Sea como fuere, Blumenrad nos la encontramos en este punto del parque y debe ofrecer vistas privilegiadas con sus nada despreciables 50 metros de altura, pagando eso sí sus 5€ por ticket de acceso, convirtiéndola en una de las rides más caras del parque.

Aventuras polares, nostalgia y niños

Si continuamos el agradable paseo por el Prater de la mano de esta improvisada guía de rides bizarras, inevitablemente vale la pena echar un vistazo a la que considero la dark ride desmontable más original y compleja que he visto hasta el momento. Su nombre es Eisberg y este es su aspecto:


Aviso: no os dejéis llevar por lo sencillo de su estética porque tras ese hielo de cartón piedra encontramos un complejo sistema mecánico con sensores, ascensores, paredes móviles, pantallas y animatronics. Para empezar los trenes de Eisberg funcionan sin raíles, como algunas dark rides punteras que ya tienen algunos de los mayores parques temáticos del mundo, lo que otorga una movilidad a los trenes única, girando sobre su propio eje hasta 360º, sin la necesidad de vibraciones incómodas o traqueteos a oscuras.

Por otra parte está totalmente iluminada (por lo que sería quizás correcto llamarla light ride), contiene un montón de escenas que interactúan con el viajero que está entretenido sacando fotos al paisaje. Sí, lo estáis leyendo bien, Eisberg es una dark ride interactiva o, como solemos llamarle por aquí: "de disparos", pero en vez de poseer pistolas futuristas o viejos rifles, Eisberg funciona con una imitación de cámara reflex fotográfica, por lo que aquí disparamos fotos al paisaje que nos encontramos. ¿No creéis que ya sólo por el concepto de esquivar las violentas y típicas armas vale la pena darle una oportunidad?

Llegados a una de las esquinas más cercanas a la entrada del parque debemos recorrerlo a lo largo, por lo que nos topamos con una de esas auténticas reliquias que bien merecen ser pagadas al precio que sea. Estoy hablando de Große Geisterbahn:


¿En qué radica la belleza de este viejo y oscuro caserón de cemento? Pues señores y señoras, en que estamos ante una de las dark rides operativas más antiguas ¡del mundo!.

Efectivamente, con casi un siglo de historia Große Geisterbahn es aquél típico juguete que ningún niño se atreverá a tirar jamás por muy mayor que se haga, es esa chaqueta de piel que conservarás toda tu vida por los recuerdos que te trae. Es una dark ride ultra-tradicional, nada que ver con lo que hasta ahora hayamos visto. Raíles de madera, lift tradicional con anti-rollback, animatronics totalmente mecánicos (no hay rincón para complejos paneles eléctricos o movimientos hidráulicos). En definitiva, una experiencia muy gratificante que os mostrará por completo cómo se divertía la sociedad de principios del siglo XX entrados ya en la segunda década del siglo XXI. No dejéis escapar la oportunidad de riddear este especimen único en el mundo.

Rápidamente nos movemos a otro extraño y rarísimo concepto, estamos hablando de el segundo credit que nos encontraremos en el camino, se trata de Mega Blitz:


Muchos son los ingredientes que hacen que Mega Blitz sea (y ya no es raro en el Prater) una experiencia única en el mundo. Para empezar los trenes contienen asientos con lapbars abatibles, justamente del mismo tipo de asientos que encontramos en las coasters bobsleighs típicas de Mack Rides o de Intamin. Pero estamos hablando de un credit de Vekoma.


Pero esta no es la única experimentación de los holandeses ya que también adquieren lo mejor de otras empresas conocidas. De Schwarzkopf toman prestada la simplicidad del layout envuelto sobre sí mismo una y otra vez en forma de interminables y fortísimas hélices. De Intamin los primitivos twisties y los arriesgados peraltes con velocidad. Y de Vekoma... pues qué queréis que os diga, prácticamente podría decir que no se parece en nada a cualquier Vekoma que hayáis podido probar.

Para que podáis disfrutar mejor del complejo layout de Mega Blitz, qué mejor que hacerlo con el clásico point-of-view obtenido gracias al imprescindible amigo Youtube:


La calle que ocupan Große Geisterbahn y Mega Blitz (entre otras) es posiblemente la más tranquila y apartada del parque. Ofrece un amplio paseo por dos carriles divididos por jardineras y espesos árboles, a lado y lado encontramos desde pequeñas pistas de karts hasta restaurantes tematizados en ballenas (sí sí, un restaurante con una enorme ballena en la entrada). En esa zona también podemos encontrar curiosas rides en miniatura como Free Willy:


Pudiera parecer una broma, pero lo cierto es que así se llama la ride, que como podréis observar se trata de una versión muy mini de un barco pirata, pero esta vez tematizada con una simpática orca. No se si se podrá apreciar pero en la cola del animal encontramos la firma de sus creadores: Moser Rides.

Cuando llegamos al extremo final de este paseo, haciendo esquina con la parte más alejada (y olvidada) del parque encontramos una extraña ride que, para qué vamos a engañarnos, es la primera vez que la localizo en un parque tal y como la recuerdo en el videojuego RollerCoaster Tycoon. Se trata de Motorboolfahrt, la clásica ride de barcas en las que ya hay un canal establecido y delimitado por una hilera larguísima de pneumáticos:


Desgraciadamente, también la encontramos en época baja y el dueño parece que no quiso abrirla ese día para el disfrute del personal, pero imaginad unas barcas con motor propio recorriendo a toda velocidad ese canala de agua y rodeadas de espesa vegetación o con vistas al Toboggan del que os hablé en la última entrada de la foto de la semana. Toda una sensación.

Para ir finalizando esta primera parte de repasos curiosos, vale la pena echar un vistazo a un gran complejo que pude observar en la parte trasera del parque, allí donde más hay que caminar para llegar. Curiosamente es aquí donde las rides kiddies se concentran y es donde encontramos esta mega-estructura que, por sus características, se me antoja como la única que he visto hasta el momento (todo va de únicos hoy):


Se trata de Strubbel-Trubel (curioso nombre donde los haya) y en base estaríamos hablando de una zona kiddie indoor en miniatura y transportable. ¡Todo un reto para la ingeniería!

Dentro de esa maraña de edificios y casas tematizadas se encuentran un sinfín de mini spin-rides, pequeñas norias, tiendecitas, puestos de juegos de habilidad, colchonetas y toboganes. Todo concentrado en un pequeño espacio indoor con una plaza central (donde se sitúa la mini-noria). Tampoco lo pudimos encontrar abierto por la poca afluencia de niños que había ese día, pero desde fuera se veía parte de las estructuras y, ciertamente, es todo un ingenio a tener en cuenta para parques que quieran focalizar las visitas de padres y retoños sin tener que invertir en un gran pack de rides de Zamperla, por ejemplo.

*****

Y hasta aquí la primera parte de este curioso repaso a algunas de las rides más raras, únicas y pintorescas que pude encontrar en el Wiener Prater de Viena.

No son las únicas, ya os lo puedo decir, así que estad preparados y preparadas porque en la siguiente entrada de Bloggercoaster continuaré analizando las curiosidades que me encontré por las calles del Prater. Rides con centenares de años, con mucha historia o con un funcionamiento simplemente brillante, que sólo por su existencia ya merecen ser nombradas y analizadas aquí.

10 comentarios:

  1. Que buen reportaje, como siempre, habrá que haceer una escapada algún que otro día.

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    1. Totalmente recomendado Rafa, es toda una experiencia muy parecida a la de Blackpool, que me consta que también os gustó.

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  2. Muy bueno! Tiene que ser muy especial eso de subir a la Dark Ride más antigua del mundo!

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  3. Yo creo que la muntanya russa del tibidabo es otra vekoma que no tiene nada de vekoma, twisties y peraltes con velocidad y hélices, aunque mucho más flojas que en megablitz, supongo.
    Realmente las positivas de megablitz deben de ser muy fuertes no? alrededor de 5G puede ser?

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    1. Realmente la Vekoma de Tibi, cuando pruebas unas cuantas con los mismos trenes o estructura sí que parece Vekoma (que aunque no lo parezca, Vekoma tiene un puñado de buenos credits tambien!). Megablitz piensa que los asientos son como los de una bobsleigh, ya sólo ese factor te hace pensar en otros constructores. En la segunda hélice y si nos fiamos de RCDB llega a las 4,8G positivas. Y creedme si os diga que llega... una sensación de presión en el cuerpo muy enorme.

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  4. Una de las mejores entradas de la historia de Bloggercoaster, después del mal sabor de boca que me dejó Rainbow Magicland (y que por cierto espero la entrada de Huntik5 que "prometiste") siento que me has descubierto un mundo nuevo desconocido para mi y que me ha gustado muchísimo: los parques antiguos. Conservan el encanto de la época y te sumergen en un ambiente como de estética circense bohemia muy chula, es todo tan atractivamente extraño.. no sé, me ha encantado. Muchas Gracias Jivo, y por favor, que no pare la cosa

    Un saludo

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    1. Gracias por tus halagos! De Huntik prometí una entrada entera? Yo diría que era de Shock eh! (y ya la publiqué). De Huntik nombré un poquito la cosa, pero no quiero espoilear que hay mucho que espoilear jejeje. Me alegro de que hayas descubierto ese punto de vista ya que, por suerte, Europa conserva un montón de parques de este tipo y algunos ya los hemos visto aquí (Blackpool, Jardin d'Aclimatation, Gröna Lund, Liseberg, Tibidabo). Es un patrimonio al que vale la pena echar un vistazo y tener MUY en cuenta. Saludos!

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    2. Mierda!!! No ha colado lo de Huntik, jajaja, tenía tanta curiosidad... lo pintaste tan bien, en fin, perdón por el intento de engaño. El año que viene tengo un viaje planeado a Inglaterra y mucho se tiene que torcer la cosa para que no vaya a Blackpool.

      Espero con incertidumbre la 2ª entrada del Prater

      Gracias por el Blog

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  5. Ese saborcillo de estos parques, como con Blackpool, llama poderosamente la atención, aparte que en los 2 citados hay coasters-credits que los hacen únicos.

    Algo así como (jugando en otra liga, eso sí) cuando visité el último año Tivoli World. Esa mezcolanza de rides antiguas y con encanto (al estilo de PAM -aunque cada vez menos-, PAZ, o Parque de Atracciones de Montjuic -puesto que son de la misma época y muchas atracciones se compraron en pack, puesto que la empresa de PAM participó en Montjuic...-), sobretodo dark rides (con encanto, con 2 plantas...), junto con un theming a veces inexistente o cutrísimo, como con theming bastante bueno (vease el edificio chino o el rincón andaluz) o theming bastante brutal (no pensemos tampoco en cosas como Crystal Wings) y a su lado una metida de gamba con algo que lo estropea absolutamente, las 2 norias sin sentido una al lado de otra, theming bueno en el flume junto con ponys comiendo en las barcas de los rápidos jamás inaugurados, unido a rides más o menos punteras, me encantaron.

    Quizá es el ambiente, quizá el pisar un parque que tiene vestigios de lo que eran en nuestras epocas de enanos, unido con buen theming, con buenos detalles... pero este tipo de parques evocan sensaciones que otros muchos no tienen.

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  6. Me estoy tocando encima de leerlo :) Tengo muchas ganas de pisarlo, intentaré montar todos los must y dar parte de sensaciones, emociones o potas.

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