lunes, 22 de junio de 2015

Bitácoras desde USA (parte 3)


Como si de un road trip se tratase (algo muy yankee, por otra parte), nuestro viaje por las carreteras norteamericanas continúa y es momento de revisar una nueva jornada de visita a parque a través de las bitácoras que relatarán nuestro periplo por EEUU con el RollerCoaster Team TOUR de este 2015.

Si el primer parque en el que pusimos pie resultó ser toda una sorpresa temática y un agradable bombón en forma de aperitivo, para el siguiente plato de nuestro particular menú decidimos servirnos un plato fuerte, contundente y que capitanea el buque de los parques de atracciones más importantes del país. Hablo ni más ni menos que del enorme y respetable Kings Dominion, en el estado de Virginia.


Día 3: dominio de reyes intimidatorios

Empezar un RCT Tour no es nunca difícil. Me refiero a nivel de fuerzas en el cuerpo y en la mente. El cuerpo está fresco y los pensamientos ávidos de ser rellenados de buenas memorias y sensaciones. Podríamos decir en cierta manera frívola que el cuerpo está con las pilas bien cargadas.

Pese a ello, irse a dormir de madrugada y despertarse a primera hora de la mañana requiere una recompensa y para ello decidimos seguir el consejo del recepcionista de nuestro motel y acercarnos a apenas un centenar de metros del edificio para visitar la que fue durante dos días nuestra guarida de refuerzo antes de empezar la jornada, el Waffle House:


Desayunos consistentes, grasientos, tostados y repletos de jugos y grasas. Suena un pelín asqueroso, pero os aseguro que es imposible resistirse al exquisito aroma que desprende este restaurante y su comida. Un restaurante al más puro estilo americano, donde te sirve la camarera en la mesa y donde el concepto desayuno adquiere los mejores tintes posibles.

Desayuno completado, carga de productos refrigerantes y alimenticios varios, puesta en marcha del motor y sin descanso en dirección a nuestra meta, el enorme Kings Dominion:


El día se presentaba movidito, sobretodo teniendo en cuenta que teníamos unas 10 horas para visitar todos los rincones de un parque de atracciones dotado con nada más y nada menos que 14 credits. Cualquier error de cálculo, cualquier despiste, cualquier cola de más de 1 hora podía dar al traste con el objetivo de conquistar esos 14 cromos coasteriles, así que al llegar al parque adquirimos nuestras entradas y descubrí con horror que Kings Dominion es de esos parques que carecen de tickets de acceso, simplemente con este resguardo cruzarás el arco de seguridad de la entrada:


Y sí, 65 dólares que saben a unos 60 eurazos. ¡Bye bye precios europeos!

Kings Dominion es quizás el mayor exponente de parcazo tras el inexpugnable dominio de Cedar Point en la lucha por el protagonismo (si de Cedar Fair hablamos, claro). Es algo así como ese hermano menor que ha sido alimentado de la misma manera que el mayor, por lo que nada más entrar sabes que encontrarás gigantescos y geniales credits... además de botargas de Snoopy a medio camino entre el dibujo y un barbero jubilado:


Pero si algo define tambien el skyline de este parque, de 40 años de vida recién cumplidos esta temporada, es su famosa Eiffel Tower, inspirada en la torre parisina, y que nos recibirá nada más cruzar la entrada para estar presente en un montón de puntos estemos donde estemos. En su parte más elevada encontraremos un mirador al cual acceder mediante un ascensor gratuito a modo de ride y desde el cual podremos sacar fotografías realmente privilegiadas. Obligatoria visita:


Pero dejémonos de pamplinas. Nuestras almas coasteriles estaban inquietas, nerviosas. Sabíamos desde hacía ya tiempo que en el interior de Kings Dominion se escondía una bestia parda a la que había que dominar (valga la redundancia). Así que no esperamos mucho y jugamos sobre seguro, a apenas 5 minutos caminando desde la entrada (a paso ciertamente ligero gracias al desayuno hiper-calórico del Waffles House) se encontraba la colosal, gigantesca e inimitable Intimidator 305:


Apenas 93 metros de altura, apenas más de 1 kilómetro y medio de layout, apenas 145 km/h, apenas una extensión de terreno enorme y apenas unos minutos separaban el latido de nuestros hambrientos corazones del rugido del motor del lift de esta belleza sin parangón alguno:


Una curiosidad más que sumar a la larga lista de los viajes del RCT es que al ser tres integrantes del grupo y (como es lógico) elegir la front row para "desvirgarnos" con este bicho), decidimos jugarnos a piedra/papel/tijera quién sería el afortunado que probaría, él solito, Intimidator305 por primera ocasión.

Y sí amigos y amigas, le tocó aquí a un servidor.

Así que esta imagen vale más que mil palabras, cual fangirl despavorida, aquí podéis ver el aspecto que mi rostro lucía apenas unos segundos antes de poder acceder al tren de la coaster. Emoción, entusiasmo, nervios y cierta aceleración en el corazón:


Una vez intimidado por la bestia roja y amarilla de Intamin, necesité un buen par de minutos (ya en la salida de la estación) para tomar aire y recapacitar sobre lo que mi alma de coaster-freak había ingerido en ese mismo momento. Estoy seguro que hablaré en un futuro de ella y hablaré mucho, pero de Intimidator305 puedo decir que es vertiginosa, veloz, trepidante, con un par de peldaños por encima de lo que entendemos en Europa acerca de la intensidad y rozando el límite del cuerpo en muchos tramos.

Y pese a todo también la suavidad es parte de su layout. Borrada de golpe por sus agresivos twisties y vuelta a recuperar por sus largos y apaisados camelbacks. Es un toma y daca de fuerza y placer que culminan en una de las experiencias coasteriles más geniales que he vivido hasta el momento.

Está en el puesto 3 de mi ranking personal, por algo será:


Conquistada ya la masterpiece del parque fue momento de empezar a tachar, uno por uno, todos los credits que componen el extenso catálogo de Kings Dominion. El primero de ellos, por proximidad, fue el de Volcano, una coaster invertida de Intamin que ofrece el aliciente de contener en su interior dos zonas de lanzamiento en las que se nos llega a propulsar a 112 km/h para alcanzar el cielo rápidamente. Y a partir de ahí se acabó lo que se daba, plácido paseo con heartlines bastante cómodos y una descompensación de intensidades bastante notable:


Después de Volcano fue el turno de visitar Avalanche, Anaconda, Back Lot Stunt Coaster o Camp Snoopy (y sus kiddies), con lo que a la hora de comer habíamos rozado ya la visita de la mitad del parque y decidimos regresar al main-street para probar las exquisiteces de Panda Express, una cadena de comida rápida de inspiración asiática de la cual quedé totalmente prendado en mi anterior expedición a Los Angeles y de la cual pudimos disfrutar su plato estrella por excelencia, el pollo a la naranja:


Al contrario de lo que se pueda pensar, la actitud del RollerCoaster Team no es la del descanso jamás, ni siquiera en ese momento en el que la digestión y el relax de comer sentado le producen a uno cierto aplatanamiento corporal. Así que decidimos darle una oportunidad a la coaster más cercana a la entrada y una fiel candidata a ser una de las sorpresas del día, hablo por supuesto de la fiera Dominator:


Y no, no resultó ser demasiado sorpresa. Sorpresa descafeinada me atrevería a decir, pese a habernos ofrecido una buena dosis de intensidad en tramos como el drop, el resto del layout resulta tener el mismo sabor que un vaso de agua, sin más. Insípida y banal.

Os he dicho antes que probamos cosas como Anaconda, pero creo que el concepto "multilooper de Arrow" os dirá más bien poco. Creo que hay que revisar fotografías como esta para saber exactamente a qué clase de reto nos llegamos a enfrentar durante esta tercera jornada de viaje. Echad un vistazo a la cantidad de transiciones entre elementos e irregularidades varias que tuvimos que soportar en apenas unos segundos de recorrido:


Es la fotografía que yo enseñaría a tod@s aquell@s que cuando regreso de un periplo de este tipo me dan un golpecito en la espalda y me dicen "pero no te quejes, que seguro que os lo habréis pasado genial". Genial...mente terrorífica.

Y saltamos del horror coasteril al horror gastronómico con la prueba gráfica de la existencia de un manjar made in yankee muy diferente a lo que quizás estamos acostumbrados aquí a comer cuando queremos probar un picoteo para merendar en un parque. Fried Oreos, o lo que es lo mismo, galletas Oreo rebozadas y fritas, con azúcar espolvoreado por encima y un sabor a medio camino entre lo pastoso y el paraíso, un tipo de snack muy vendido y frecuente en los parques norteamericanos:


Y qué mejor manera de disfrutar de la digestión de semejante delicatessen que pasando un mal, muy mal rato en una curiosa centrifugadora insana coaster llamada Shockwave, una auténtica rareza para mi, al tratarse de mi primera coaster de Togo, una mítica empresa japonesa de la cual desgraciadamente no se encuentra nada por estas tierras (por lo menos hasta que el parque italiano de Cavallino Matto no acabe de recolocar la que ha comprado esta temporada) y que es constructora casi exclusiva de Japón o China:


No me cabe duda de que este engendro de acero pasa directamente a las últimas posiciones de mi ranking de calidad. De hecho puede que se encuentre en la parte más baja debido a la incomodidad de absolutamente todo en ella, desde los ortopédicos arneses, su irregular trazado, su inadecuado layout o sus perturbadoras curvas peraltadas, capaces de mandar tu carnet de padre a freír espárragos.

Las últimas horas de la tarde las dedicamos principalmente a ir tachando las rides y flats del parque que sobresalían un poco más allá de lo típico (morralla de relleno como wave-swingers, carrouseles, spin-rides y demás). Y ya cuando el sol empezaba a descender es cuando nos llevamos a la saca las woodies más grandes del parque.

Un parque el de Kings Dominion con nada más y nada menos que 4 woodies, una de ellas dueling racer (por lo que según nuestros gustos a la hora del recuento podríamos estar hablando de 5 credits), siendo dicha dueling Rebel Yell, una coaster que además ostenta el honor de ser una landmark de la ACE (American Coaster Enthusiasts), algo así como un reconocimiento que otorga esta institución norteamericana por la calidad, la historia o el mérito que pueda tener un credit a sus espaldas:


Fijaos en la curiosidad, en esta fotografía de arriba, de que el lift de Intimidator305 coincide, al fondo, con el doble lift de Rebel Yell.

El parque también tiene en su poder credits como Grizzly, Woodstock Express o Hurler, todas ellas creadas para un público distinto y con diversos niveles de exigencias:


Pese a todo, pese a jugar con 4 o 5 papeletas en la gran lotería de la calidad, lamentablemente Kings Dominion pierde el juego y no resulta ganadora con ninguno de sus credits de madera. ¿Puede ser este motivo principal para que reciba en un periodo no muy grande de tiempo una visita de los magos de RMC para construir uno de sus grandes y aplaudidos bichos? Veremos.

Habiendo tachado ya la mayoría de crucecitas en nuestra lista de objetivos y ocultándose ya el sol en las planicies de Virginia, decidimos abandonar el parque a la hora justa de cierre y empezar a pensar en qué consistiría nuestra cena ese día.

Si en la anterior jornada nos adentramos en la calidad de sobras conocida de Applebee's, en esta ocasión decidimos probar fortuna con otra cadena de comida 100% americana que no teníamos todavía catada, me refiero a Wild Buffalo Wings, algo así como un restaurante de comida grasienta, cervezas y deportes:


Mientras veíamos en decenas de televisores una final de la NBA y partidos de béisbol, nos metimos entre pecho y espalda algunos platos dignos del más osado de los estómagos. En mi caso, como veréis arriba, se trató de una cesta de alitas de pollo cubiertas de queso azul con orégano y chili, además de una ración de patatas fritas y una cerveza propia de la región.

No fui capaz de acabar, dicho queda.

Lo que sin embargo sí que acabó de nuevo a las tantas de la noche fue la jornada, que en esta ocasión clausuramos exhaustos y ansiosos de guardar cama por lo menos durante unas horas ya que al día siguiente abandonábamos la zona de los alrededores de Richmond para empezar una ruta en coche cruzando hasta 3 estados: Virginia, Maryland y Pennsylvania.

¿Los objetivos? Plantar la bandera en el desconocido Six Flags America y... bueno, el resto será cuestión de que os lo explique en la próxima bitácora.

See you later!

2 comentarios:

  1. Otra bitácora que guardo como oro en paño. No hay nada mejor para rememorar los momentos, anécodas y sensaciones. Más de dos semanas hace ya... como pasa el tiempo pardiez.

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  2. Hace cosa de un año me dispuse a ver la película "Montaña Rusa" (1977), en ella aparecen diferentes parques que se usaron para el rodaje de la misma, unos perduran y otros no. Uno de ellos es este, Kings Dominion, en el cual hay una escena en la que el protagonista sube a Rebel Yell y consta de POV´s en diferentes tramos, pues bien, dicho esto y en alusión a la foto en la que se ve cómo el lift de esta coincide con el de Intimidator 305, pausé la película para abrir una nueva ventana y ver un POV actual y compararlos (sí, frikadas mías ¿y qué?). Es espectacular la diferencia entre ver y no ver Intimidator de fondo, casi casi parece algo futurista en comparación con el de la película.

    Ya sé que no hace falta remontarse a 1977 para poder comparar pero es increíble ver el cambio de paisaje, color, texturas y demás y cómo ha evolucionado el mundo de las montañas rusas.

    Cambiando de tema, sobre las oreos rebozadas y fritas, no entiendo por qué antes de rebozarlas no les dan un baño de mantequilla, les añaden una otra capa de chocolate y les enrollan una loncha de bacon, no tiene sentido.

    PD: Aparte de la envidia habitual al leer tus entradas, y dando igual que acabe de comer, casi siempre me dejan con hambre mamoncete ;)

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