sábado, 6 de junio de 2015

Bitácoras desde USA (parte 1)


Sí, se que no os avisé, se que durante estas últimas dos semanas apenas di un poco de señales de vida (entre ellas un vídeo en el que ya os adelanté que me esperaban un par de viajes trepidantes para estos meses de mayo y junio) y se que, rompiendo un poco con la tradición de siempre, esta vez no os hablé de en qué consistiría el RollerCoaster Team Tour de 2015.

Pero como siempre me gusta cambiar todo, esta vez he decidido volver a recurrir a la fórmula del escrito y montaje de entradas directamente en los viajes, de una manera más cercana y directa posible, algo que os puede dar a entender el trasiego y desgaste que genera un viaje de este tipo (más allá del divertirse y pasárselo bien, que es lo primordial, claro).

Para ello en esta ocasión he decidido retomar la estructura de las bitácoras, escribiendo y montando en la medida de lo posible una por cada día del viaje. Además también aprovecho para anunciaros o recordaros que desde hace unas semanas he estrenado cuenta de Instagram de Bloggercoaster, cuenta a través de la cual podréis seguir en directo las peripecias en forma de fotografías de todo tipo sobre lo que me vaya encontrando en este y otros viajes.

Si queréis seguirme en Instagram, la cuenta es @bloggercoaster.

Dicho y aclarado ya esto, vamos a pasar directamente a la primera bitácora, episodio en el cual siempre trato de explicaros un poco el inicio y aclimatado de los integrantes del viaje al nuevo destino. ¿Vamos allá?


Día 1: De Barcelona a Washington 

Cruzar el charco es duro, es un viaje con vuelos duros y es algo que requiere un poco más de preparación que otros vuelos intercomunitarios que puedan llevaros tan solo un par de horas, por lo que los integrantes del RollerCoaster Team de este año (Marc, Raúl y un servidor) nos encontrábamos todavía de noche en la terminal 1 de Barcelona el Prat listos para tomar un vuelo con dirección a Heathrow, realizar una escala de unas dos horas y ya desde allí emprender un largo vuelo de algo más de 8 horas con dirección a Washington DC, la capital monumental de EEUU.

Para este vuelo largo teníamos listo un Airbus A380, un modelo de avión que nunca había tenido la suerte de probar y que he probado ahora ya de sobras, pudiendo asegurar que es de los más cómodos y avanzados que he probado jamás, además de tener un tamaño realmente espectacular (con dos pisos de altura):


Llegados a Washington y tras el obligatorio paso por aduanas (sin percance alguno), era momento de conseguir el cambio del dinero (de euros a dólares) y completar uno de los pasos más farragosos y peliagudos de cualquier viaje que se precie: conseguir el coche.

En esta ocasión el vehículo elegido ha sido una berlina Dodge automática, con prestaciones más que cómodas y un resultado (por el momento) nada despreciable:


Mapas, GPS, música, maletas en el maletero, posiciones adquiridas y... ¡que comience el viaje!:


Dado que en los aviones comerciales uno tiende a morir de hambre come más bien poco, teníamos el estómago bastante vacío, por lo que decidimos que nuestra primera parada sería en una zona de descanso próxima a la interestatal que habíamos tomado, un lugar donde pudimos ingerir la primera dosis de comida basura del viaje, un Pizza Hut:


Con los estómagos llenos ya de energía y con una larga cola de sueño, jet lag e historias varias, emprendíamos de nuevo la ruta en dirección a la primera ciudad destino del RCT y, a la vez, el lugar donde coleccionaríamos un buen y valioso puñado de credits culturales: Washington DC.

El primero de estos puntos de interés emblemáticos es uno que hemos visto miles de veces en las noticias, lo hemos visto ser derruido por los extraterrestres o incluso quemado: la White House (o Casa Blanca). Un simpático edificio que, visto cara a cara, resulta ser algo más grande que un palacete veraniego, pero vamos, nada espectacular:


Rodeando la mítica White House, saludando al presidente Obama (y haciéndole publicidad de Bloggercoaster) nos encontramos, tras atravesar un sinfín de jardines y bosques excelentemente cuidados, con otro de los puntos obligatorios de turismo en la ciudad capital: el Obelisco.

Una gigantesca estructura de 170 metros de altura (parece mucho menos en las fotografías, pero os aseguro que es realmente asombroso) y que está totalmente rodeada por enormes llanuras de césped donde podemos encontrar media docena de partidos improvisados de béisbol, el deporte por antonomasia del país yankee:


Si seguimos por una de las caras del obelisco, nos encontraremos con otro punto fotográfico y turístico imprescindible: la Reflecting Pool (o piscina reflejante), un estanque larguísimo que nos conduce desde el propio obelisco hasta el Monumento a Lincoln y que os sonará por haberlo visto en diversas tomas presidenciales así como en la película Forest Gump.

Lo que no se comenta en ninguna guía son cosas como por ejemplo que el agua está totalmente estancada y por lo tanto desprende un olor nauseabundo o la excesiva largura de la piscina, realmente todo un ejercicio de paciencia para recorrer de punta a punta, aunque no pareza demasiado en fotografía:


Y como os he comentado, si en uno de los extremos del estanque nos encontramos con el obelisco, en el otro lado podremos visitar de manera totalmente libre y gratuita el Monumento a Lincoln, uno de los presidentes más genuinos y queridos por la sociedad norteamericana y que cuenta con un templete neoclásico de marmol blanco en cuyo interior nos encontraremos con la icónica estatua blanca del presidente sentado, observando con sus características facciones serias e intimidatorias:


Llegados a este punto fue momento de empezar a recoger los bártulos de turistas culturales ya que la luz del sol empezaba ya a desvanecerse y debíamos encarar el viaje en dirección a Richmond, ciudad a medio camino entre dos de los objetivos parqueriles de los próximos días: Busch Gardens Williamsburg y Kings Dominion.

Mañana mismo (es decir hoy cuando estéis leyendo estas lineas) estaremos disfrutando plenamente de las instalaciones de Busch Gardens, de sus características coasters y rides y de auténticas joyas como Griffon, Apollo's Chariot o Tempesto (la novedad de este 2015 en el parque estadounidense), por lo que permaneced atentos y atentas al blog, ya que la segunda bitácora de esta elaborada serie vendrá fuerte y repleta de datos e imágenes que os ofreceré en riguroso directo.

Y recordad, para poder seguir mis andanzas en forma de fotografías y etiquetas, os recomiendo que echéis un vistazo a la cuenta del blog en Instagram: @bloggercoaster así como os invito a seguir el perfil para futuros añadidos y actualizaciones.

See you tomorrow!

4 comentarios:

  1. Que buenos recuerdos, estare muy atentos al blog y tomar nota que yo este verano regresare por alli. Pasarlo bien y esperando la siguiente entrada. Por cierto ayer fue el dia Nacional del Donut, si os gustan cerca de BGW hay una casita que venden unos Donuts buenisimos: Emily's Donuts and Cafe 7123 Merrimac Trail Williamsburg VA 23185 US

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  2. AFAPAM: Que mono de Bloggercoaster estas semanas. Menos mal que ya va pasando...

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  3. Que bueno! Tengo planeado estar por los Angeles en Octubre, Quiero ir a Six Flags Magic Mountain y quiza en Universal. ¿Alguna recomendación en cuanto a alojamiento? Veo que está todo carillo....

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    Respuestas
    1. Todo, absolutamente todo, es caro conforme te acercas a Los Ángeles. El alojamiento en Santa Clarita (el pueblecito más cercano a Magic Mountain) te puede salir bien de precio, sin embargo en el caso de Universal deberás ir preparando billetera porque incluso el cuchitril más infecto (y yo me alojé en uno) te costará una cifra mareante.

      El consejo para Los Angeles es claro: no intentéis ahorrar o racanear con los precios, es un destino caro y todo saldrá caro (incluso lo malo), por lo que si ahorras en precios es posible que estés comprando papeletas para que algo salga más mal de lo normal...

      Buena suerte con el viaje en octubre, échale un vistazo a Knott's ya que estás en ello ;)

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