martes, 25 de noviembre de 2014

El gran viaje - Día 6

Y por fin llegó el día. En la vida de todo entusiasta (no solo de parques, sino de cualquier afición que se precie) llega un momento en que se cumple un hito, se llega a una cumbre, se descubre una joya largamente buscada y, en mi caso, ese hito fue poner pie en Six Flags Magic Mountain, una de las mecas de los aficionados a los parques de atracciones.

Pero empecemos por el principio. Yo me situaba en Anaheim, que está al sur de Los Angeles y tenía que viajar hasta Santa Clarita, que está justo al extremo norte de la ciudad (más allá de las colinas que la rodean). Así que la jornada empezó con un largo y temprano viaje en taxi desde una punta a la otra. Temprano significa despertarse a las 4:00 de la mañana para que el taxi de espere a las 5:00 (y en toda esa hora uno pueda ducharse, colgar la entrada de ese día redactada la noche anterior, vestirse, arreglar y montar de nuevo la maleta y esperar al coche).

Pero tras una hora de tráfico ligero (el hecho de viajar tan pronto fue precisamente para evitar aglomeraciones de ciudad de primera hora de la mañana), llegué a Santa Clarita, que vendría a ser algo así como una pequeña ciudad encajada en el interior de un valle de sierras secas, casi desérticas:

Descansé en el nuevo hotel (Santa Clarita Motel) durante un par de horas y a eso de las 11 me encaminé hacia Six Flags Magic Mountain con un taxista que cantaba canciones de Elvis y The Platers en vivo y en directo y decía que mucha gente le recomendaba irse a buscar trabajo como cantante a Las Vegas. Por eso era taxista.


Una vez llegado a las puertas del mega-parque, actué con un poco de planificación y dado que en 2015 es muy posible que vuelva a pisar algún parque de la cadena Six Flags, me saqué el pase de esta temporada que, de paso, sirve también para la siguiente temporada:

Es curioso que viviendo como vivo en Barcelona ya posea 2 pases de temporada de Six Flags. Bien, una vez con el pase en mano, me encaminé a atravesar las discretas puertas de un parque nada discreto, ya veréis:

Aunque todavía tengo que pensar muy bien cómo voy a encarrilar un análisis de un parque de atracciones con 18 credits (se dice pronto), he decidido que mediante las bitácoras describiré brevemente los credits que riddeé (que fueron los 18, claro) en el orden específico en que lo hice, para que os hagáis una idea.

Empezé pues quizás por uno de los platos más fuertes (pero la verdad sea dicha, al ir con antecedentes quería más bien quitarme de encima el credit más que nada). El bicho en cuestión era X2, el credit que sentenció de muerte a Arrow Dynamics y que por mi podría convertirse en miles de latitas de refresco a modo de reciclaje porque, para qué nos vamos a negar, ni Dinoconda me gustó en su día ni X2 lo hizo ahora. Extremadamente intensa, vibrante, brusca y desconcertante. Pero supongo que hay a quien le debe gustar meterse en una lavadora en funcionamiento... pese a todo, me quedo antes con esta que con la "hermana" china:

El siguiente credit fue todo un clásico, Viper (también de Arrow pero de unos cuantos años antes):

Quizás se malinterpretó lo que dije ese mismo día de Viper mediante mi cuenta de Facebook. No me pareció para nada mala (de hecho la llegué a repetir en 3 ocasiones), lo único que quise decir es que por primera vez una arrow me ofrecía más comodidad en los corkscrews que en los loops. Porque la recepción y salida de cada uno de los 3 loops de Viper es una tortura para el cuello (especialmente la salida del primer loop, el encaje con la curva peraltada es comparable a un latigazo del mismísimo Indiana Jones en tu espalda). Pero pese a todo, ya os digo, la riddeé 3 veces porque me gustó:

La siguiente a tachar en la lista se convirtió, por arte de magia, en una de mis favoritas de toda la visita al parque. Cómo no, debía ser un producto 100% Schwarzkopf y me refiero a Revolution, la primera coaster de construcción moderna que utilizó el loop que conocemos todos hoy en día:

Puro diseño alemán, muy terrain (en todo momento vamos yendo y viniendo por las colinas del terreno) y con una recta + loop que es totalmente inolvidable, una firma única. El único pero (y es el que todo el mundo le pone) es el hecho de que Six Flags haya pecado de seguridad en este caso y haya añadido unos incomodísimos arneses over-the-shoulders a una coaster que, de por sí, podría funcionar perfectamente con un simple lapbar. Schwarzkopf se hartó de demostrar una y otra vez que se podía hacer sin problemas, pero Six Flags quiso ese "extra" de seguridad y le restó unos grados de belleza a un de por sí adictivo credit:

Tras el viaje a través de bosques y montañas de Revolution, fue momento de presenciar una lenta y triste agonía ya que me dispuse a riddear Ninja. Lo malo de visitar un parque con 18 credits como este Six Flags Magic Mountain es que ves contrastes muy diferenciados entre credit y credit, especialmente cuando ya cuentan con muchos años o, como en este caso, cuando los recambios y el mantenimiento se empieza a encarecer a niveles muy altos.

Es en ese momento cuando el parque prescinde de uno de los 2 trenes originales o cuando se llega al punto de que en la entrada de la coaster hay un cartel que reza algo así como "funciona con un solo tren para conservarla durante más años". Cuando un parque te dice eso y al entrar a las colas ves que todo está desconchado, roto y que le hace falta no una, sino varias manitas de pintura, es cuando ves herida de muerte una coaster a la que le deben quedar apenas las temporadas que le falte a Six Flags para saber qué nuevo bicho poner en su lugar:

Y pese a todo Ninja es una buena suspendida de Arrow, lo suficiente intensa como para estar en el linde entre familiar y extrema, lo suficiente fina como para mostrarnos alegremente el otro lado de la "montaña mágica" y lo suficiente capaz como para ser una come-personas en caso de disponer de dos trenes. Pero mucho me temo que ese momento, lo perdió ya hace tiempo.

Pero guardemos los pañuelos y fijémonos en una de las adquisiciones más recientes del parque y, me duele en el alma decirlo, uno de los fiascos más espantosos. Me refiero a Apocalypse: The Ride, una woodie de GCI que añade un valor extra al formato woodie mediante algunos efectos de tunelado y fuego, además de unas colas que gozan de un buen nivel de theming:


El fiasco en este caso es doble: por una parte la coaster está muy mal mantenida, la madera usada por GCI no aguanta bien el clima seco y árido del lugar y allá donde mires ves soportes resquebrajados y madera enblanquecida por el sol (mal síntoma para una woodie, os lo digo ya por adelantado). Por otra parte y es un motivo que desconozco el porqué, la coaster goza de muy poca fama en el parque, por lo que es relativamente difícil que os la encontréis con gente un día de attendance medio y esto, para ser una coaster que cuenta apenas con 5 años de vida, puede considerarse fiasco a nivel comercial.

Y ya por último el credit que dejé para última hora de la jornada fue Superman: Escape from Krypton, una coaster prácticamente indescriptible, sencillísima y que no deja absolutamente a nadie indiferente. Echad un vistazo a esta fotografía de la entrada, si os fijáis allí al fondo se ve una pequeña torre que parece incluso una torre que podría confundirse con una de las farolas del parque, ¿verdad?:

Pero cuando nos situamos al pie de la torre y observamos sus 127 metros de altura, la cosa cambia y mucho:

Esta coaster es pura adrenalina en apenas unos segundos. Primero por el lanzamiento que empieza con un "disparo" de velocidad que va progresivamente aumentando hasta llegar a unos vertiginosos 160 km/h, para luego elevarte poco a poco en posición vertical hasta 100 metros de altura (más unos 20 de posición de los raíles sobre el suelo). Si a ello le añadimos el hecho de que lo hacemos backwards (esto es, de espaldas) tenemos como resultado un menú de sensaciones digno del sibarita más exigente.

Consejo rápido e indiscutible: si la hacéis de noche la cosa adquiere tonos de memorable.
Como ya os he dicho, la jornada del sábado de visita a Six Flags Magic Mountain fue dura, muy dura. Tan dura, a nivel de parque, que con las ansias de riddear el máximo número de credits se me olvidó comer (y sí, en ocasiones uno se ciega y pierde totalmente la noción del tiempo hasta que ve que empieza a oscurecer y entra en razón).

Por eso al salir del parque y antes de llegar al hotel, decidí pasar por uno de esos grandes supermercados yankees y comprar algo para poder hacer una cena no muy copiosa, pero digna de un estómago que acusaba cierta hambruna. En este caso compré una bandeja que incluía en 4 compartimentos queso tierno, pavo fileteado, uvas y unas tortitas saladas (combinando las 4 cosas a la vez era algo así como tocar el cielo) y adquirí también una ensalada italiana que vendría a ser una versión de capresse raruna, con mezclum, mozzarela, olivas, cherrys y una salsa de módena muy rica. Todo ello regado con una botella de agua de... ¡oh! Por fin un cambio, en esta ocasión adquirí una botella más grande de Arrow Dynamics Head, una marca más que encontré en las miles de estanterías de aquella mega-store de comida:


Y hasta aquí la bitácora correspondiente a la primera toma de contacto con el gigante de Six Flags Magic Mountain.

Como podéis intuir (y os lo dejaré fácil, aquí está toda la lista de credits del parque) me quedaban todavía muuuchas coasters por riddear y de las que todavía os tengo que hablar mediante la siguiente bitácora y repito, las hice todas, así que las mencionaré una a una.

Lamentablemente mañana no podré escribir a tiempo la entrada porque, entre otras cosas, estaré aterrizando a Barcelona y recuperándome del jet lag, por lo que espero que más pronto que tarde os pueda relatar esta segunda visita al gran parque de las seis banderas y, de remate, ofreceros el vídeo de rigor con todos los momentos más destacados que viví en él (que fueron muchos, sí).

Mañana (o pasado) os cuento...

4 comentarios:

  1. Si no me fallan las cuentas, con este viaje superas la friolera de 400 credits.
    Tendremos foto con cartelito 400# como hiciste cuando llegaste a 300??

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    1. La tendréis, claro que sí. De hecho el credit número 400 fue Tatsu (un credit que mucho tiempo atrás ya decidí que caería en un número redondo tarde o temprano).

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  2. AFAPAM: Realmente no creo que en España nadie tenga más credits que tu. Mi enhorabuena.

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    1. Sí que hay sí, y bastantes más que tienen. Piensa que yo hago públicas mis cifras siempre y las luzco orgulloso, pero hay quien no entra en el juego y prefiere llevar una cuenta de manera más discreta, pero aún así empezó la espiral de viajes antes o tiene más edad y lleva más tiempo en ello. Pero sí, me constan no menos de 5 personas con más credits en su haber.

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