jueves, 13 de noviembre de 2014

Magic Kingdom - Liberty Square

Prosigamos nuestro apasionante viaje a través de las amplias y concurridas calles de Magic Kingdom, el parque más grande y repleto de detalles de todo el complejo de Walt Disney World.

A estas alturas del recorrido nos hemos maravillado ya con la acogedora avenida de Main Street U.S.A., hemos viajado a través del tiempo y el espacio gracias a la futurista Tomorrowland y nos hemos adentrado en el maravilloso mundo de la fantasía de los cuentos clásicos de Disney en la encantadora Fantasyland.

Tiempo ahora de entrar y respirar aires de historia a través de la sobria Liberty Square, posiblemente el área temática más pequeña de todo el parque, pero contenedora de 3 de las rides más míticas (que no extremas, no os emocionéis) de todo el parque.


Viaje por la vieja America

En esta ocasión el theming nos evoca a un viaje temporal a través de la época post-colonial de los EEUU, desde un remoto 1670 hasta mediados del siglo XIX. Tanto los edificios como la estructura de los viales inspira aroma de madera, puertos repletos de inmigrantes recién llegados del viejo continente, adoquines y la Guerra de la Revolución Americana de 1776:


Concebida para ser un anexo inicialmente del Main Street del Disneyland de California, el área temática finalmente se pasó a los planes de Magic Kingdom para ser construida e inaugurada coincidiendo con los actos de celebración del bicentenario de la guerra y otorgarle al parque un valor histórico extra de cara al entusiasta norteamericano (terriblemente aficionado a este tipo de temática).

Se da la casualidad de que Liberty Square es además del área más pequeña, la única que hasta el día de hoy, tras 40 años de existencia, no ha recibido jamás una actualización o ampliación en toda su extensión. Se conserva tal cual se inauguró en 1971 e incluye, en su carga histórica, reproducciones tanto de la campana quebrada (o Liberty Bell) como del Liberty Oak (un roble que fue trasplantado directamente en la plaza principal del área y que contaba antes de su movimiento con 100 años de vida).

En definitiva, el viaje a través de Liberty Square significa una oportunidad única para conocer algunas de las raíces históricas más fuertes del país norteamericano:


Como os comentaba, la pequeña ruta que hacemos a través del área nos llevará por distintas épocas de la vida de EEUU en estos últimos siglos. Todo empieza en una vieja mansión situada en un lejano 1670 y que, tosca y amenazante, se presentará ante nosotros nada más salir de Fantasyland:


Efectivamente estamos hablando de Haunted Mansion, la que fue la segunda casa encantada que existió en los parques Disney y una de las 4 que podemos localizar hoy en día alrededor del mundo (5 si también contamos Mystic Manor, de Hong Kong Disneyland). Inaugurada en 1971 junto con la apertura del parque, significó una evolución natural del concepto que se había creado años atrás en el Disneyland original de Anaheim (California) y se remendaron multitud de fallos y errores que la dark ride californiana había ofrecido durante los 5 años de planificación, diseño y construcción hasta su inauguración.

Terror made in Disney

La Haunted Mansion de Magic Kingdom afortunadamente no llevó tanto trabajo, pese a que su diseño ofreció retos creativos mucho mayores ya que el parque pretendió sentar un precedente (como ocurre siempre con Disney). Nada más entrar a la zona vallada de la finca, accedemos a través de jardines repletos de elementos fúnebres tales como un cementerio olvidado en el tiempo:


En nuestro paseo nos encontraremos los caricaturescos ancestros cuya aportación fue básica para poder conservar, en su fantasmagórica presencia, la mansión de estilo neoyorquino:


 Pero lo más significativo de Haunted Mansion, como de todas las dark rides de terror de Disney, es que constantemente se juega con los efectos ópticos y cierto halo espiritual, como en el concepto de que este carro fúnebre está tirado por un caballo... ¡invisible!:


 El paseo por los laberintos de lápidas y recordatorios tienen una genial mezcla de ingenio, ironía y humor que hacen que por ejemplo la tumba del capitan Culpepper Clyne rezume constantemente agua a través de varios agujeros a modo de fuentes, por lo que el capitan no está enterrado, sino que flota:


Vale la pena indicar que durante las colas de acceso a la famosa dark ride (calculad entre 10 y 20 minutos siempre) se entretiene al viajero con diversos efectos situados en tumbas interactivas donde el tacto, el oído y la vista son básicos para obtener una experiencia totalmente envolvente.

Pero lo que realmente más importa de Haunted Mansion tiene lugar en su interior, un acceso al cual llegamos por la parte trasera de la mansión y que tras varios pasillos nos conducirá a un rincón largamente añorado por cualquier fanático de Disney, que es el acceso mediante truco óptico (no desvelaremos más spoilers) a la estación de la ride. ¿Qué secreto esconderá la sala de los misteriosos cuadros alargados?:


 Tras la salida de dicha sala, nos adentraremos en una gran estación de carga ambientada en un oscurísimo salón donde constantemente oiremos gritos, sollozos y las luces que cuelgan del techo tintinearán constantemente, para poner nervioso al personal en su espera a poder riddear en las góndolas que nos pasearán por el interior de esta Haunted Mansion:


 Como entenderéis, no desvelaré demasiado sobre el interior de la dark ride, solo diré que es un auténtico disfrute para todos los que amamos este tipo de rides, con un sinfín de guiños a las historias de terror más auténtico, una simpática  ruta a través del cómico sentido del humor que el terror más burlón pueda ofrecernos y un recorrido, en cuanto a ambientación, realmente espectacular. Cuando uno riddea cualquier mansión encantada de Disney se da cuenta de dónde han salido todos los trucos visuales, mecánicos y sonoros del 99% de las dark rides de terror de todo el mundo.

Paseos navales y presidentes

Salidos ya de la terrorífica Haunted Mansion es momento de encontrarnos con un viejo conocido de los parques Disney y que es prácticamente inevitable que pase desapercibido en uno u otro momento de nuestra visita ya que nos lo encontraremos a lo largo no solo de esta Liberty Square, sino también durante la siguiente Frontierland. Me refiero cómo no al gran barco de vapor de Liberty Square Riverboat:


Como en la mayoría de rides y rincones de Magic Kingdom, el Liberty Square Riverboat guarda tras de sí una fascinante historia en los más de 40 años de vida del parque. Inicialmente se construyeron 2 barcos de vapor para una ride que desde su inauguración de llamó Mark Twain Riverboat. Esos dos barcos se llamaron Admiral Joe Fowler y Richard F. Irvine (aunque el segundo no fue añadido hasta 1973, tras el éxito y necesidad de un segundo barco para facilitar buenos tiempos de carga).

Un incidente en forma de choque en 1980 causó el desmantelamiento de la primera de las dos embarcaciones (quedando desde entonces únicamente a flote la Richard F. Irvine, que es la actual que veis en las fotografías), aunque se comenta que el motor fue recuperado para Disneyland Tokyo y las campanas son usadas a día de hoy por los ferrocarriles que recorren el parque a través del Walt Disney World Railroad.


Posteriormente, en 1996 el parque decidió cambiar el nombre de la ride a Liberty Square Riverboat, para darle más consolancia con el resto del área temática y dejarla tal cual la localizamos hoy en día. Una ride que básicamente nos ofrece un paseo a bordo de un gran barco de vapor que tomaremos en el muelle de Riverboat Landing:


 Habiendo regresado ya de nuestra pequeña aventura a bordo del Richard F. Irvine, es momento de continuar nuestra ruta por la Liberty Square, encontrándonos ahora la tercera gran e icónica ride, una de las más admiradas y aplaudidas de todo el parque y símbolo inequívoco del poder yankee. Me refiero cómo no a Hall of Presidents:


Una ride/show (tipología a la que uno ya llega acostumbrado una vez ha recorrido esta proporción de parque) en la que el espectador es invitado a presenciar una sabia mezcla de show visual, musical, auditivo y, cómo no, con el componente clásico de Disney (el Mc. Guffin, que podríamos llamar) que es el uso de la animatrónica y la robótica de cara a sorprender gratamente.

Pero no nos adelantemos. El aspecto de este Hall of Presidents es, como cabía esperar, tan tan sobrio que uno bien podría sentirse como en la recepción de la mismísima Casa Blanca, rodeado de moqueta azul, banderas, paredes iluminadas de manera equilibrada y, en general, la sensación de que en cualquier momento aparecerá por cualquiera de las puertas un importante mandatario internacional:


Una vez pasamos por diversas salas de esta índole, es momento de acceder a un gran teatro en el que el escenario, de una anchura realmente impresionante, está estratégicamente orientado de cara a los expectantes visitantes, iluminado de cara a un brillante tejido azul a modo de telón y con un testimonial medallón institucional en el centro:


Tras unos minutos de espera es momento de dar paso al apagado de luces, el tejido azul brillante pasa a ser unas largas cortinas que se despliegan y descubren una pantalla panorámica triple, en la que se sucede un vídeo-montaje en el cual nos explican de una manera muy patriótica (tampoco cabría duda de que sería así) la historia más triunfal y gloriosa del país de EEUU:


Pero para qué nos vamos a engañar, el vídeo puede ser muy instructivo y la imponente voz de Morgan Freeman se hace agradable a los actos que en él narra, pero el punto más interesante, aquél en el que de repente uno no puede más que abrir boca y ostentar mandíbula es el instante en el cual desaparecen las pantallas para dar paso a un estrado en 3 niveles donde podemos encontrar los 43 animatronics que conforman los distintos presidentes que ha tenido, a lo largo de su historia, Estados Unidos:


La presentación corre a cargo de un imponente Abraham Lincoln, el animatronic más complejo de toda la sala, cuyo discurso inicial de presentación va acompañado de una clase magistral de animatrónica en la que la figura animada se levanta y nos habla de tú a tú con una naturalidad pasmosa y movimientos genialmente calculados, cercanos a la espontaneidad humana.

Tras ese discurso hay una presentación rápida de cada uno de los presidentes en orden de mandato para, finalmente, escuchar un speech del presidente actual (en este caso Barack Obama), grabado directamente por el mismo presidente años atrás, en el momento de su elección.

Hall of Presidents es otra de esas múltiples muestras por parte de los imagineers de Disney del potencial que la compañía del ratoncito orejudo puede tener en el ámbito del uso de animatronics respecto al ocio o a la representación real o ficticia de personajes. Una oda a la tecnología usada hoy en día y que bebe directamente de sus orígenes a mediados del siglo pasado, cuando Walt Disney decidió replicar al mismo Lincoln en la feria de Nueva York de 1964.

Demos un agradable paseo

Salidos ya de esta espectacular (y oculta) ride, continuamos nuestro paseo por esta coqueta aunque amplia área temática, llegando al centro neurálgico de la misma, cuya existencia otorga el nombre a la misma área temática (Liberty Square, plaza de la libertad). En dicha plaza encontramos tanto el roble centenario de la libertad, la campana de la libertad y distintos edificios de restauración como el Liberty Tree Tavern, el The Diamond Horseshoe o el Liberty Square Market:


Sorprende y llama la atención el hecho de que, por la noche, el área adquiere tintes mucho más solemnes y se convierte prácticamente en un área de paso (al no ofrecer grandes fachadas ni rides vistosas en su concepción externa). Podría parecer incluso que paseamos por un tranquilo pueblo de costa o arraigado a la calmada orilla del Mississipi:


En mi caso opté por una tranquila y desasogada pausa sentado en el Liberty Square Market, tomándome un refresco helado y contemplando la bonita estampa que dibujaba en los oscuros cielos la luna de aquél día:


Y presenciando, de paso, uno de los múltiples desfiles de los que podemos disfrutar en el parque, como es el de Main Street Electrical Parade, un clásico también en toda la fanfarria electro-visual de Disney, consistente en una amplia colección de carrozas iluminadas con millones de lucecitas LED y acompañadas de algunos de los personajes Disney más conocidos y típicos:


Liberty Square resulta ser un área equilibrada, muy sobria en su concepción, con apenas una pizca del típico humor y brillo que quizás las otras áreas pueden ostentar de una manera superior, pero que en su propia seriedad atesora el valor de la propia área temática. Es quizás el área más realista de todo el parque ya que directamente (a excepción de Haunted Mansion) nos narra hechos históricos y registrados de una historia bastante reciente, por lo que apenas utiliza licencias ni mucho menos narrativa imaginativa.

¿Buscáis intensidad o emociones extremas? Probablemente Liberty Square sea una decepción para vosotr@s, quizás sintáis que os falta mucho más contenido, que el área es demasiado tranquila y que los 300-400 metros de longitud de su sendero principal carecen de aquella sal que ameniza de gracia el resto de áreas.

¿Buscáis reproducción fidel de un entorno, de unos hechos históricos y de un estilo de vida de cierta época en la historia del país? Bienvenidos y bienvenidas, Liberty Square es vuestro rincón y ese perrito caliente regado de un sabroso refresco frío en la Liberty Tree Tavern es vuestra recompensa.

*****

Sobrepasamos el ecuador ya de nuestra interesante visita a lo largo de las 6 áreas temáticas de las que podemos disfrutar en este fabuloso Magic Kingdom del imponente Walt Disney World.

En esta ocasión nos hemos topado con un área que demuestra ofrecer el mismo componente que el resto en el conjunto: es única y diferente. Sin llegar quizás a la categoría o la espectacularidad del resto de áreas, sí que se convierte en imprescindible a la hora de otorgar rigurosidad histórica y seriedad al grupo de zonas temáticas del parque.

No os engañaré, Liberty Square no fue mi área temática favorita en Magic Kingdom, pero tampoco mi visita a este área supuso un descontento del todo. Quedé plenamente satisfecho tras la visita a sus 3 importantes rides y el grato recuerdo de las sensaciones que me facilitó de cara a llenar el baúl de los recuerdos de Disney.

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