lunes, 20 de mayo de 2013

Paseo por Tivoli Gardens (parte 1)

Como si de un niño coleccionista de cromos o de coches en miniatura se tratase, me descubro poco a poco de la misma manera, tachando y completando objetivos de una imaginaria lista que poco a poco va creciendo y maravillándome con sus objetivos. Y el parque sobre el que hoy voy a comenzar a escribir siempre ha sido, desde el inicio de esta pasión por los parques de todo el mundo, un clarísimo objetivo que por fin puedo dar como conseguido.

Sea por su antigüedad, por su tradición o por la belleza y combinación excelsa de rides, los jardines del Tivoli han despertado siempre una curiosidad tremenda en mi y, ahora ya sí, puedo confirmar que merecen todos y cada uno de los puntos de atención que podáis tener respecto a este parque. Es precioso y preciosista.

Sin más rodeos hoy, en Bloggercoaster, empiezo a descubrir una serie de entradas donde os revelaré los aspectos más significativos de Tivoli Gardens, uno de los parques más ancianos del mundo entero y el segundo con más visitas de toda Europa, ¿os apuntáis a descubrir el porqué?

El parque con dos caras

Tivoli Gardens tiene un cúmulo de raras características que lo hacen prácticamente único a ojos del visitante estándar (e incluso del entusiasta). A lo largo de este análisis iremos viendo algunas de ellas, pero ya para empezar os nombraré una y así quedará claro algo que veréis rápidamente en las fotografías: es un parque tanto diurno como nocturno.

En general, los horarios de los parques escandinavos suelen chocar mucho frente a los horarios más "normales" (que podríamos decir que van en un rango de horas desde las 9:00 AM hasta las 7:00 PM). En los países del norte estos horarios son desplazados y estirados hasta coincidir prácticamente con la apertura a mediodía (entorno a las 12 AM) y el cierre a plena noche (sobre las 11 PM). En parte esto es debido a los ciclos solares a lo largo de varias estaciones del año pero mi humilde opinión es que la mayoría de los parques se han dado cuenta de que la noche es una baza a favor, sobretodo en épocas de bonanza meteorológica. Y es una ventaja que Tivoli Gardens ha sabido aprovechar al máximo.


El horario de acceso al Tivoli varía en sus dos épocas de visita (pese a estar abierto los 365 días del año, hay temporada de primavera-verano y temporada de otoño-invierno), pero hace un par de semanas, cuando lo visité, el horario ya coincidía plenamente con el de primavera-verano. Podéis consultar los horarios tranquilamente en su clara y excelente web.

Es por eso que veréis que en algunas fotografías os muestro las dos caras de la moneda: la versión de día y la versión de noche. Esto es porque Tivoli Gardens ofrece un punto de vista totalmente diferente en según qué rincones o edificios debido a la inmensa cantidad de decoración lumínica que usa. La experiencia puede ser totalmente diferente en apenas unas horas de diferencia y eso es algo que, creedme, los dueños del parque lo saben a la perfección, ya veréis.

Bienvenidos a otra época

Antes de empezar esta ruta, he pensado que lo mejor será mostraros sobre el mismo mapa del parque lo que vamos a ver en la entrada de hoy. Como el mapa de Tivoli Gardens no es demasiado explícito en cuanto a forma o distancias, he decidido numerar los puntos que os iré nombrando y así podréis consultar en todo momento a través del mapa de qué zona del parque os hablo. He aquí la porción de mapa y recorrido que veremos hoy:


Iniciamos la ruta en el pórtico de entrada principal del parque (1) que es el que nos da la bienvenida al parque y que se muestra en una estructura neoclásica muy prominente. Como podréis ver en la fotografía nocturna, está perfectamente iluminado y de noche lo culminan un par de grandes antorchas de fuego que le otorgan el punto de espectacularidad necesario para que sea visible a los que pasean por la avenida Vesterbrogade:


Encontramos aquí una amplia avenida totalmente peatonal (2) dividida en 3 ramales (uno central y dos laterales) con aires de paseo o parque clásico, altas arboledas a lado y lado y un sinfín de elementos que fotografiar o en los que fijarse, como las curiosas farolas colgantes que de día se camuflan con la exuberante vegetación del lugar pero que de noche se transforman en lámparas totalmente iluminadas y flotantes en el aire:


Una de las principales características de los Tivoli Gardens es su enorme cantidad de puntos de restauración y venta de comida. Tiene un total de 43 restaurantes y 14 tiendas de helados y golosinas. Una primera muestra del cariño con el que este parque trata a sus locales la vemos en Svaneke Is (3) que vendría a ser una "pequeña" tienda donde podemos adquirir helados y bollos típicos daneses y que en su parte exterior nos muestra un coqueto jardín de inspiración zen repleto de elegantes detalles:


A poco más de 20 metros encontraremos otro singular edificio, al cual podemos acceder también desde el exterior del parque: la Taverna Hercegovina (4) . La cantidad de inmigrantes venidos de Europa del este se traduce en una cantidad de población bastante numerosa, por lo que no es raro encontrar trabajadores de origen bosnio, lituano, ucraniano o rumano y, por consiguiente, restaurantes de inspiración patria:


Si caminamos hasta el lado izquierdo de la avenida de entrada encontraremos uno de los edificios más característicos e inolvidables de los Tivoli Gardens: Pantomime Theatre (5). En él se representan a lo largo del día alguno de los números más tradicionales e imperdurables en la historia del parque, incluida la aparición de la "mascota" del parque, un payaso de vestimenta y aspecto totalmente blanca. Como podéis observar, este teatro de clara inspiración china carece totalmente de telón tradicional, que en este caso ha sido substituido por la enorme cola de un pavo real que, al abrirse, da paso al escenario:


Como os decía, la mascota del parque es un payaso de facciones simpáticas y quizás algo intimidador. Este personaje es Pierrot (más conocido como "el payaso triste" o Pjerrot en danés) y es pieza fundamental de los números de payasos y circenses desde hace siglos. En este caso el Pierrot de Tivoli Gardens, pertenece a los primeros artistas inmigrantes venidos de Francia e Italia a principios del siglo XIX y que consiguieron establecer el arte del Arlequín, un payaso más bien entristecido que se dirige a los niños en un lenguaje burlón pero a la vez íntimo. En este rincón del parque (6) encontramos una estatua que rinde homenaje a Pjerrot y al primer artista que le dio vida en los primeros años del Tivoli:


Al final de esta avenida de unos 100 metros de longitud el camino se nos abre en diferentes ramales aunque lo que llama poderosamente la atención es el bellísimo edificio de inspiración oriental que se nos muestra blanco y arcado ante nosotros (7). Se trata del edificio que alberga el Nimb, el que es el único hotel del Tivoli y uno de los más caros y apreciados en todo el mundo dado su altísimo nivel de atención y confort de cara al cliente. Como podéis apreciar en esta doble fotografía, la diferencia entre el día y la noche es más que significativa:


Continuamos la travesía por el parque danés y nos fijamos en un gran edificio que encontramos justo enfrente del Nimb con una enorme explanada de césped delante, regada por simpáticos grupos de hamacas que le dan un aspecto que, por momentos, me recordó a la gran pradera que da la bienvenida en Alton Towers. Este edficio es el Open Air Stage (8) y a lo largo del día podemos presenciar actuaciones de diversa índole, desde danza tradicional, música, dj's o incluso actuaciones en directo de cantantes famosos. En la página web del parque podemos encontrar una amplia programación que podremos consultar si lo que queremos es disfrutar de este particular rincón que, como veis, de noche también cambia sensiblemente su aspecto a una tonalidad rojiza bastante perturbadora:


Bordeando la explanada que os comentaba, en una calle que rodea toda la zona de descanso repleta de fino césped, encontramos uno de los puntos de restauración más míticos y tradicionales del parque, con un look bohemio y no apto para bolsillos sensibles. Se trata del Bazar Kaféen (9), un local que como su propio nombre indica está inspirado en los bazares árabes donde nos podremos tomar sabrosos cafés de todo el mundo o un exótico té con la compañía de pavos reales o en una terraza con tremendas vistas a todo el parque:


En el tramo final de esta enorme porción de parque totalmente abierto y libre de atracciones, encontramos un rincón colindante (10) totalmente entre la parte de paseo y tranquila y la parte más ajetreada y repleta de rides para el disfrute de la gente. Estas fuentes ofrecían la característica de guardar en su centro una estructura mecánica que, cada ciertos minutos, se abría cual nenúfar en primavera para dejar ir chorros y formaciones acuáticas caprichosas. Y cómo no, de noche ofrecía un punto de vista totalmente distinto:


En el mismo extremo donde localizábamos el Bazar Kaféen, a tan sólo una treintena de metros de distancia, localizamos dos edificios de temática similar aunque estética distinta. Uno de ellos es el Promenaden (restaurante de mesa con gastronomía típica danesa) y el otro es el que veremos aquí en foto, el Woodhouse (11), que se caracteriza por sus deliciosas hamburguesas pero sobretodo por el hecho de que la práctica totalidad del edificio está construido en madera noble:


Pero no todo serán grandes edificios y jardines. Tivoli Gardens se caracteriza también por pertenecer a ese exquisito grupo de parques en los que el pequeño detalle, aquél que pasa desapercibido a ojos veloces, está cuidado al máximo y se puede encontrar prácticamente en cada rincón. Muestra de ello es este camión antiguo, el Ballonvognen (12) , un camión clásico que data de 1843 y en el que durante el día se venden souvenirs y, como es lógico, gran cantidad de globos decorativos:


Si atajamos por la parte trasera del Woodhouse y el Promenaden encontraremos un pequeño callejón que pasa por detrás del hotel Nimb y que nos va a conducir directamente a la parte más emocionante, la de parque de atracciones puramente dicho. Pero de nuevo quiero que os fijéis en el pequeño detalle. Vallas. En todos los parques las hay para poder subir y bajar escaleras pero... ¿en qué parque podemos encontrar una valla sostenida por un simpático soldadito (13)?:


Al final de esta estrecha calle con escaleras encontraremos un segundo acceso al parque (tiene 2 accesos en total y una tercera salida que no permite ingreso, sólo salida). No os recomiendo mucho acceder por aquí ya que obviamente es un acceso creado para aliviar las largas colas que se producen en algunas jornadas en el portal principal del que os hablaba al principio y su decoración es más bien austera, me recordó muchísimo a las taquillas de entrada de Gröna Lund. Eso sí, si venís en tren a la ciudad, estáis de suerte porque esta entrada (14) está justo enfrente de la salida de la estación central de Copenhague, por lo que a menos de 30 metros os plantaréis en el parque:


Si nos sorprendíamos por el aspecto vintage y cuidado del paseo de entrada principal, bienvenidos a la que posiblemente es la calle más concurrida del parque, la Løgen (15). Una callejuela de apenas 4 metros de anchura donde encontraremos absolutamente de todo: tiendas de comida rápida, churros, cervecerías alemanas, casinos, tiendas de porcelanas, juegos de feria y un largo etcétera.


Id con calma, porque os puede chocar mucho la saturación de elementos decorativos que veréis a lado y lado en las fachadas. Desde guantes de oro, botas, carteles con señoritas, caballitos, paraguas que de noche son farolas o incluso un enorme árbol plantado en el centro mismo de la calle y que dificulta, todavía más, el tráfico de visitantes:


Y es justo aquí donde encontramos la primera "ride" del recorrido, aunque tranquilidad, no se trata de una ostentosa flat ni de ninguna coaster, se trata de Fun House (16) , que como su propio nombre indica, es una clásica ride de diversión a base de toboganes, puentes colgantes, escaleras locas y demás inventos que os harán pasar unos minutos de risas y entretenimiento:


Los más atentos os lo estaréis preguntando desde hace rato: ¿Qué es esa estructura de roca que se veía en la Løgen y en cuyo interior encontramos la anterior Fun House? Pues señores y señoras, se trata del primer credit del parque que, de rebote, es el más antiguo todavía en pie: Rustchebanen (17).

Me dedicaré a analizar los crédits en la parte final de esta saga de análisis, pero a grosso modo podemos decir que Rutschebanen es esa vieja gloria que podemos encontrar en un buen puñado de parques europeos y que, por desgracia, en España se dedicaron a exterminar muchos años atrás, una woodie 100% school con la auténtica esencia scenic railway de principios del siglo XX. Esta en concreto data de 1914, es una pieza de coleccionista única diseñada por LaMarcus A. Thompson (algún día os hablaré de él en Bloggercoaster) y ACE Coaster Classic. Es decir: si vas a Tivoli Gardens y no la riddeas, no tienes perdón:


Pero el edificio que alberga Rutschebanen no sólo alberga los soportes, vías, montañas y túneles de ésta, sino que también guarda en su interior la Fun House de la que os hablaba más arriba y otra de esas pequeñas rarezas tan difíciles de encontrar por sus características hoy en día. Se trata de Minen (18), que vendría a ser una ride híbrida entre dark ride interactiva (es decir, de disparos) y un flume:


Sí, así como lo leéis, vamos montados en un enorme tronco y a la vez vamos disparando a los elementos que se nos presentan, inspirados en un bosque con multitud de duendes excavando minas. Se añade a esta curiosa mezcla el hecho de que de fondo va sonando la musiquita 100% It's a Small World, esto es pegadiza, infantil y con aires de fanfarria constante. Imprescindible Minen, sobretodo si pensáis que en todo momento pasamos entre soporte y soporte de Rutschebanen y que la oiremos pasar alrededor nuestro en varias ocasiones (en la oscuridad, claro):


Frente a este gran edificio multi-disciplinar encontramos la Ferris Wheel (19), una coqueta pero imponente noria tradicional que difiere bastante de las que quizás estemos más acostumbrados a ver en otros parques, con tamaños más colosales y estructuras más complejas. En este caso se trata de una discreta noria con 6 vagonetas en forma de globos aerostáticos, aunque su grandeza radica en el hecho de que data de 1943, por lo que la esencia antigua y la forja de hierro pura hacen acto de presencia en sus algo menos de 20 metros de altura. Consejo: si encontráis mucha cola no hace falta que la riddeéis ya que las vistas desde las alturas no son demasiado privilegiadas, la noria se encuentra completamente rodeada de edificios y árboles que os taparán la vista a cualquier cosa interesante... a no ser que queráis sacar fotos de Rutschebanen en plena acción:


Nos acercamos ya al final de esta primera entrada y para ello he guardado espacio para la que es una de las rides estrella de los Tivoli Gardens. Visible desde casi cualquier punto de la ciudad, sus 80 metros de altura la delatan en todo momento, se trata de Star Flyer (20):


Construida en 2006, fue uno de los primeros ejemplos de este tipo de flats que encontramos en el mundo y, hasta hace bien poco, estaba considerada como la más bella de todas por su cuidado detalle y resolución en el extremo (de noche la bola contiene una pantalla esférica donde rota 360º el nombre del parque). La sensación es bien parecida al resto y el ciclo es más bien corto, pero lo suficiente como para obtener unas preciosas vistas panorámicas de Copenhague y, cómo no, del parque:


Y como ya os he indicado, prefiero dividir el análisis de Tivoli Gardens en diferentes entradas para no llenar de mucho contenido ni apabullar con tanta fotografía.

Más adelante descubriremos la nueva ride de este 2013 (Aquila), la impresionante Daemonen, los coloridos jardines que nos faltan por ver y el ambiente de un parque que no deja indiferente a todo aquél o aquella que se adentra por sus calles.


*****

Y hasta aquí ha llegado la primera entrada en la que os analizo paso a paso los detalles de Tivoli Gardens, uno de esos parques que, quien más quien menos, si ha puesto pie en Copenhague probablemente los habrá visitado (¡y si no ya tarda!)

Recordad que el recorrido de este parque forma parte de esa pequeña expedición que llevé a cabo hace poco más de una semana a través de los parques daneses con la visita, aparte de a Tivoli Gardens, de Bakken, Djurs Sommerland y Tivoli Friheden. ¡Y el viaje a China y el 3º Aniversario del blog están a la vuelta de la esquina!

2 comentarios:

  1. Muy buena entrada Jivo, como siempre. Me ha impresionado la cantidad de puntos de restauración y comida, y la calidad de algunos. Del hotel... ¡no tenía ni idea de que tuviera ese prestigio! En fin, siempre lo diré: Tivoli Gardens es uno de los parques más bonitos de Europa. Entra en batalla con Alton Towers y demás, pero está claro que tiene un gran encanto histórico.

    PD: Me temo que no podré resistirme a volver a comentar con Daemonen y su vista nocturna ;)

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