lunes, 20 de octubre de 2014

Extreme Rusher (Happy Valley Beijing)

A estas alturas del juego ya hemos podido recorrer de punta a punta y al detalle la totalidad del parque temático Happy Valley Bejing, un recinto que ha demostrado tener las cualidades perfectas para amoldarse a la idea más próxima posible a un parque de corte occidental, pero con un capital y un diseño previo claramente oriental.

Si hay otra característica que defina a este excelente parque situado en la capital china es el hecho de que pese a que su construcción date de 2006 ha seguido ampliándose y actualizándose con el paso de los años y las temporadas (algo sumamente difícil para un estilo de parques que se basan más en el pensamiento de que una vez está construido el parque, se queda tal cual durante años y años).

A sabiendas de ello hoy, en Bloggercoaster, os hablo de uno de los proyectos más ambiciosos a los que plantó cara Happy Valley Beijing hace apenas 4 años: Extreme Rusher. Una coaster innovadora, muy rompedora, muy extrema (como su propio nombre indica) y que fue y ha sido capaz de quitar por completo el protagonismo nada más y nada menos que a una flying-coaster de B&M, algo que pocas veces hemos podido presenciar.


Locura en forma de acero

Corría 2010, dejábamos atrás una década llena de launched coasters, hypers de lujo, esperpénticas strata-coasters o retorcidas eurofighters, el mundo estaba espectante de las maniobras de todos los fabricantes de cara a inaugurar la nueva década pero hubo tanta atención por los principales fabricantes que prácticamente nadie se fijó en S&S Worldwide, empresa heredera a principios de milenio de las patentes y derechos de Arrow Dynamics y que había pasado inadvertida durante más de 5 años con apenas un par de proyectos llamativos como la aquí analizada Mumbo Jumbo (Flamingoland) o la difícil Eejanaika (Fuji-Q Land).

También en 2010 el mundo empezaba a fijarse en oriente y a ver como grandes parques chinos se dislumbraban en el horizonte. Las grandes cadenas apostaban fuertes e ingentes cantidades de dinero en proyectos que deslumbraban hasta al más escéptico e incluso la todopoderosa Disney empezaba a anunciar grandes inversiones en el gigante asiático.

Uniendo estos dos factores en la penumbra se presentó, en la edición de 2010 de la IAAPA Asian Attractions Expo (el evento más relevante de presentación y muestras de parques y constructores de Asia) una maqueta que dejó a todo el mundo boquiabierto y que pronto se extendió por las redes como una auténtica revolución:


La cadena de parques Happy Valley llegó a un acuerdo con S&S Worldwide para construir, en un periodo de 4 años, 4 proyectos de distinta índole pero con un mismo objetivo: potenciar la influencia que S&S tendría en China y conseguir que la cadena Happy Valley sirviera como mediadora para cualquier proyecto que la filial asiática de S&S tuviera entre manos desde ese momento en adelante (algo similar a lo que ocurrió hace unos años con la asociación entre la familia Mack y Great Coaster International en Europa).

Como la economía china por entonces (y hasta ahora) disfrutaba de una época de esplendor y magnitud gigantesca no hubo ningún problema para poner el proyecto en marcha, proyecto que también supuso la temprana recontrucción y rediseño del área de acceso al parque (Happy Time) con una oferta de rides y edificios muy amplia y que reforzaría el empuje que ya de por sí había logrado Happy Valley Beijing desde su inauguración en 2006.
 

Como ocurre hoy en día (aunque cada vez en menor medida) la información llegaba a occidente con cuentagotas. Se sabía del proyecto, se habían visto las imágenes del layout y la maqueta iniciales, pero poca más información había de un estilo de coaster de la cual, para más inri, no teníamos información alguna. No se supo acerca del diseño de los trenes, por ejemplo, hasta que no estuvieron plantados sobre los raíles y durante unos supuestos testings iniciales.


Otro ejemplo de la poca publicidad que se hizo en occidente es el hecho de que tardamos meses y meses en 1) saber que la coaster había sido por fin inaugurada y puesta en marcha y 2) ver un point-of-view más allá de lastimosas imágenes grabadas con teléfonos móviles de la época.

Afortunadamente las incursiones en el parque chino por parte de expediciones desde EEUU y Europa permitieron que poco a poco nos llegara mucho más material gráfico y fuimos viendo como aquella coaster que pensábamos que era un pegote visual al lado de la espectacular montaña que da cobijo a Crystal Wing iba tomando relevancia y llamando discretamente a la puerta de nuestro interés:


Extreme Rusher goza en la actualidad de la máxima fama en el parque y, comprobado por mi mismo, puedo asegurar que ha tomado el relevo de protagonismo a Crystal Wing de manera descarada (pese a que aunque no lo parezcan, ambas coasters son capaces de convivir a la perfección sin molestarse la una a la otra. Y de rebote Happy Valley Beijing volvió a colgarse la medalla de uno de los parques temáticos más bien valorados y visitados de toda China, un emblema que apenas se ha movido desde el año de su apertura de puertas.

Sobre una bala candente...

Extreme Rusher es una coaster aparentemente sencilla, con un planteamiento muy estadounidense en su finalización así como en los detalles, pero con esa pizca de locura que caracteriza sin duda a los proyectos levantados en la vieja Europa (y ante los que solemos sacar pecho frente a los yankees).

Eso sí, su diseño responde más bien al mundo gráfico y tecnológico de muchos proyectos americanos, así que no os esperéis delicias temáticas (pese a que para qué nos vamos a engañar, tampoco le hacen falta).

Nos encontramos con una estación cuadriculada, angular y con una representación gráfica de la velocidad sin igual: ruedas, letras de vivos colores y un telón de fondo rojo intenso (que nos puede recordar a la belleza de los deportivos italianos en las veloces carreras):


Lamentablemente, si combinamos la coaster más famosa y llamativa del parque con el hecho de que el mismo parque tenga una política de operativas realmente nauseabunda, el resultado es similar al que veis en esta fotografía, colas interminables (aunque bajo un útil tejado). La trampa en estas colas es que no son solo las que veis en la imagen, sino que luego, por detrás de la estación, había un tramo más (y esta vez sin sombra posible). La auténtica tortura china se escondía en ese segundo tramo de espera:


Sea como sea, esperes 5, 10 o 30 minutos la paciencia obtiene sus frutos y finalmente accedemos a la estación, muy sobria y gris (me llegó a traer reminiscencias de las estaciones de SilverStar o iSpeed).

Una vez accedemos al único tren operativo en ese momento (de dos disponibles) descubrimos el primer y posiblemente único fallo de toda la coaster: la ergonomía de sus asientos. De materiales toscos y duros y con una forma claramente adaptada al público chino, no llegué jamás a sentirme cómodo sentado en aquellos asientos grises, además que la protección de la barra lapbar ajustaba de una manera extraña las rodillas, cosa que impedía el movimiento de piernas por completo.

Pese a todo, en apenas unos segundos el tren abandonaba la estación y con ello se olvidaban todos los fallos, era por fin momento de experimentar la velocidad a un nivel jamás antes experimentado. Preparad bien vuestra vista porque este cohete completa el recorrido en un abrir y cerrar de ojos, ahí tenéis el clásico point-of-view que os ayudará a seguir el layout:


Salimos de estación con descenso ligero y curva a la izquierda, pequeña recta de paso bajo soportes y vuelta a girar a la izquierda para, esta vez sí, encararnos frente a una recta de unos 100 metros de longitud donde el sistema patentado de S&S Worlwide de lanzamiento por aire comprimido nos empujará a una velocidad final de (tomad aire) 133 km/h:


La espera no se hace de rogar y en apenas 15 segundos salimos catapultados con una aceleración insana en dirección al final de la recta (donde veremos en apenas décimas de segundo horrorizados como se eleva ante nosotros una subida infernalmente inclinada en el aire).

Ascendemos con un ligero peralte a la izquierda, inclinación que va acentuándose metro a metro hasta convertirse en un giro brusco (pero no dañino) que nos enderezará de nuevo en el horizonte. En cuestión de apenas 10 o 15 metros de recorrido habremos girado por completo la dirección del tren:


Nos espera una de las mejores partes de la coaster: el drop. Con una altura total de 52 metros pero una caída de 60 (los 8 metros finales permanecen ocultos en la base, bajo tierra) la gigantesca cresta de Extreme Rusher luce en el cielo con una curvatura inimaginable que, sumada a la velocidad con la que ya venimos al elevarnos anteriormente, provocan un airtime digno de mención. Y ojo, estamos hablando de airtime en primera fila... imaginad el mismo tramo en la última, con el extra de empuje del drop:


La inclinación del drop alcanza fácilmente los 80 grados y nos encara por completo hacia el vacío, mientras el tren vuelve a acelerar de nuevo, esta vez con una velocidad progresiva pero demoníaca:


Y he aquí los 8 metros de los que os hablaba, en la base ligeramente curvada con peralte a la derecha del drop, el tren pasa por este punto a unos 110 km/h, por lo que imaginad la increíble sensación de choque del túnel de cemento (no es necesario invertir en compleja tematización de roca, ni siquiera tendremos tiempo de percibir el frío gris del cemento armado):


A cambio de esta pequeña licencia de ahorro temático el parque nos regala unos vaporizadores que nos refrescarán el rostro mientras tratamos de bajar bruscamente los brazos (por temor a perderlos en el techo del túnel que atravesaremos como flechas). La visión del drop completo, túnel incluído, es simplemente espeluznante:


No olvidemos que atravesábamos el túnel con un ligero peralte a la derecha que se va acentuando tramo a tramo mientras volvemos a ascender en el aire hasta una altura de unos 40 metros, donde se forma una enorme curva parabólica que absorbe por completo nuestra velocidad y fuerzas G positivas y nos provoca el segundo airtime del recorrido.

Sí, esa curva a casi 90º que veis ahí en lo alto nos descoloca por completo ofreciéndonos airtime con esa inclinación, una sensación parecida a los airtimes que estamos acostumbrados a recibir en madera por parte de GCI (por ejemplo), solo que en esta ocasión estamos a 40 metros sobre el vacío:


En este momento la adrenalina es bombeada cual torrente incontrolado por nuestro cuerpo entero y los gritos, por muchos credits que tengáis en vuestro haber, son inevitables. Es necesario gritar con semejante floating lateral:


La curva vuelve a descender en altura adquiriendo de nuevo un gran valle de velocidad y aceleración, pasando a escasos metros del segundo tramo de colas y empezando a definir un bellísimo elemento magistralmente diseñado en esta coaster.

Tomad la fotografía siguiente como referencia: al descender pasamos a unos 95 km/h por el track que aparece a vuestra izquierda, encaramos una hélice curvada ascendente con un desnivel tremendo y un peralte nada despreciable y enseguida nos plantamos en el medio camel que se erige a unos 25 metros de altura por encima de nuestras cabezas:


Efectivamente, la fórmula no falla. Si veníamos a toda velocidad de una curva situada a 40 metros de altura y el siguiente punto "tan solo" tiene 25, la velocidad no es absorbida del todo y como consecuencia tenemos uno de los mayores abrupt airtime que me puedo haber comido en mi vida parqueril. Realmente puedes notar como tu cuerpo entero quiere volar a centenares de metros de distancia de los asientos que te retienen y, afinando el sexto sentido de coaster-freak, puedes notar la tremenda presión que ejercen las G's negativas en la estructura de todo el tren. Pero no guardéis el detector de presión y fuerzas, todavía no hemos acabado:


Volvemos a descender, esta vez con una velocidad más aceptable, hasta situarnos a unos 5 metros por encima del lago verde que cubre toda la base de Extreme Rusher. Como podéis observar el peralte hacia la izquierda que nos recibe una vez llegamos abajo es muy importante, fijaos sino en el grosor de los soportes inclinados que aguantan la mayoría del golpe, además de los verticales:


Esta curva nos mantendrá casi horizontales hasta ir ascendiendo poco a poco a una altura de unos 20 metros, donde los raíles se enderezarán y veremos, con horror, uno de los elementos más ortopédicos, raros e imprevisibles con el que he tropezado jamás:


Ojo al dato porque es sumamente difícil de entender. Lo que veréis en esta fotografía de abajo NO es un drop, no es un descenso de altura, es simplemente una curva con el peralte intercambiado. Una jugarreta con la que S&S ya había jugado en su modelo de ElLoco pero que, ni con la imaginación más remota, podíamos haber pensado que usaría en una coaster tan brutal y rápida como Extreme Rusher.

Y lo hacen.

En este punto podemos llevar fácilmente unos 70 km/h y nuestra mente y nuestro cuerpo dibujan en el plano una curva hacia la derecha. Podríamos pensar que las vías van a inclinarse hacia la derecha pero no, amigos y amigas, la curva sigue sostenida en un inquietante peralte hacia la izquierda. Repito, curva hacia la derecha con peralte hacia la izquierda:


Os dije que sería difícil de entender. Observad sino la siguiente fotografía donde se puede apreciar la inclinación del track en detrimento a lo que, por norma, tenemos en mente.

Os puedo asegurar que el juego psicológico que la coaster realiza en este punto (irónicamente a punto de llegar al final de todo el recorrido) es brutal, algo desproporcionado y que para nada puedes esperar cuando la observas desde abajo. De repente te pega un leñazo inesperado y debes asumir que, a pesar de los pesares, la física parece torcerse como una fina brizna de hierba:


Con el shock todavía presente tras semejante elemento, el tren se encarga de pasar por el último elemento remarcable previo a la recta final de brakes, una bonita curva peraltada y bastante cerrada que pasa por encima de las cabezas de los expectantes observadores (debatiéndose todavía entre entrar o no en las colas de semejante demonio de acero).

Vale la pena indicar que esta curva es el punto más cercano de Extreme Rusher a la montaña de Crystal Wing... de hecho a escasos metros de los gruesos soportes se elevaba ya una de las grandes arcadas de roca de la estructura rojiza de Atlantis:


Amplia curva peraltada a la izquierda y final de entrada directa en brakes finales:


Siempre he defendido que una de las mejores maneras de medir la intensidad de una coaster, independientemente de los elementos o estructura de la misma, es fijándose en la velocidad a la que entra en la recta de brakes finales y, en este caso, Extreme Rusher alcanza unas notas dignas de sobresaliente ya que el frenado, sin resultar brusco ni inesperado, se realiza en una larga recta final que nos detiene por completo, extasiados y sudados después de semejantes segundos de puro cataclismo emocional:


Finalmente somos reconducidos en los últimos metros y llevados, curva a izquierda y paso por transfer oculto mediante, a la misma estación de la que salimos hace apenas un par de minutos.

Algunos datos de interés...

  • Nombre: Extreme Rusher
  • Fabricante: S&S Worldwide
  • Parque: Happy Valley, Beijing (China)
  • Modelo: launched CAL coaster
  • Longitud: 850 metros.
  • Altura máxima: 52 metros.
  • Velocidad máxima: 133,6 km/h.
  • Máximas G's: 5G
  • Presupuesto: desconocido.
  • Recolocada: no.
  • Año de construcción: 2010-2011
  • Colores: soportes grises, raíles rojos, footers de cemento armado.
  • Capacidad: 1100 personas por hora (con sus dos trenes activos)
  • Inauguración oficial: 14 de mayo de 2011

James Dean hecho credit

Jamás de los jamases podría haber imaginado que una coaster como esta habría podido sacudir por completo, de esta manera, mis experiencias vividas sobre un tren de coaster hasta ese momento.

Extreme Rusher se define como un nuevo nivel de intensidad, pero sin recurrir a tretas tan amañadas como el dolor, los golpes o los layouts repletos de giros sin sentido y desorientadores. En Extreme Rusher sabes casi en todo momento hacia dónde vas y en qué punto del recorrido te encuentras, no te desorienta y, eso sí, enfoca por completo tus sentidos para hacerte notar la elevadísima velocidad como pocas coasters pueden hacerlo a día de hoy:


¿Recordáis que os decía que los asientos no eran nada cómodos? Pues se olvida por completo hasta que de nuevo vuestra mente regresa a vosotros y el tren se situa, inmóvil, al final de la recta de frenado final. Hasta ese punto, el dolor pasa a un segundo o tercer plano y es algo que os aseguro que no percibiréis para nada. El placer de haber disfrutado de semejante paseo en el aire está por encima de todo eso:


Peca quizás también de un recorrido corto, algo que es posible que S&S hubiera podido solventar con el añadido de un par de elementos más rodeando quizás el drop por debajo o completando el recorrido con un sencillo 8 que le hubiera añadido 200 o 300 metros más de disfrute a todo el conjunto, pero yo prefiero verlo desde el punto de vista de que si en la gastronomía disfrutamos comiendo un auténtico chuletón bien asado, Extreme Rusher es más bien un ligero aperitivo, pero posiblemente de los mejores aperitivos que habréis degustado en vuestra vida:


La opinión del RCT por completo en el momento de salir de la estación fue unánime: nos habíamos comido no solamente la gran sorpresa del viaje sino posiblemente el mejor credit de todo el RCT Tour de 2013. Prueba de ello fue la adquisición del photoride:


Un photoride que se convirtió en anécdota ya que, como habíamos podido comprobar en varios parques durante el viaje, había un pequeño puesto con un par de sombrillas en la base de la curva peraltada posterior al drop y desde ahí, armada con una cámara reflex con un poderoso teleobjetivo profesional, una diminuta chinita se encargaba de sacar una enfermiza ráfaga de fotografías digitales que posteriormente enviaba a la tienda para que fueran procesadas y mostradas al público.

Photoride a mano y un puesto de trabajo más para el país. Tomen nota amantes de la crisis...

*****

En definitiva Extreme Rusher es mucho más de lo que un entusiasta pueda llegar a imaginar, un arma que sorprendentemente S&S guarda con recelo hacia occidente y que, tarde o temprano, se acabará plantando en algún parque de EEUU o de Europa con unos resultados, creedme, espectaculares.

El problema es que en el viejo continente andamos de capa caída en cuanto a proyectos intensos y los yankees están obsesionados con comprar todo a B&M y ver "quién la tiene más grande", pero os aseguro que basta con que S&S plante uno de estos bichos extremos por aquí o por allá para que enseguida se convierta en un elemento a tener en cuenta en el juego de mercados que corre anualmente en la industria de los parques temáticos o de atracciones.

Estamos ante la Blue Fire de S&S, os lo puedo asegurar.

2 comentarios:

  1. ¡Qué brutalidad de coaster! Siempre me ha parecido curiosa, pero fea y ortopédica. Demasiados soportes a la vista. Recuerdo que cuando vi un POV por primera vez seguidamente me vi obligado a buscar fotos del peralte invertido para asegurarme de lo que era...

    Creo que este modelo podría venderse bien por "yankeeland" si algún parque apostara por S&S. ¿Crees que este modelo funcionaría bien con alguna inversión? Con un buen theming made in Universal podría crearse una coaster muy potente.

    ¡Genial entrada y análisis del parque!

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  2. Por fin algo diferente!! Me encanta el layout, aunque es verdad que se puede mejorar estéticamente trabajando en la combinación de los soportes. La subida inclinada junto con el driop es demencial. Debe de imponer mucho encarar la recta de lanzamiento y ver al fondo como se eleva la vía de esa forma tan peculiar desafiándo las leyes de la física. ¿Demasiado corta? Lo bueno si es breve dos veces bueno.

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