miércoles, 30 de marzo de 2016

Bloggercoaster Museum (#13.2)


Tal y como os dije el pasado lunes, no hicimos más que arañar la superficie de una auténtica reliquia adquirida por parte del Bloggercoaster Museum con la primera parte del análisis a la auca de Parque de Atracciones Apolo, un pequeño parque de atracciones indoor que estuvo situado justo donde hoy en día miles de personas disfrutan cada semana de los conciertos y sesiones que se ofrecen en la mítica Sala Apolo de Barcelona.

Ya en esa entrada os hablé del parque, de sus orígenes, su historia y gran parte del arsenal de rides y servicios que ofrecía a sus entretenida clientela. Pero quise reservarme una segunda y tercera parte para ver, con todo lujo de detalles y por primera vez, viñeta a viñeta del auca donde se nos explica una:
(Historieta divertida en el Apolo vivida: por sus parientes invitados, unos recién casados, ansiosos de diversiones, van al Parque de Atracciones)
Así se encabeza este auca, donde se nos explicarán las peripecias de dos parejas, un matrimonio mayor y una pareja de recién casados, que deciden visitar el Parque de Atracciones Apolo y disfrutar de todo lo que en él se encuentra. Os mostraré las viñetas del auca de 2 en 2 y bajo cada imagen explicaré lo más relevante o destacado de cada una de ellas:


1. En esta primera viñeta se nos muestra la pareja de recién casados viajando en lo que parece el tren (medio de transporte por excelencia de la época) a Barcelona, a visitar a sus parientes (imagino que los padres de alguno de los dos).

2. En esta segunda viñeta podemos ver a los 2 matrimonios compartiendo una sobremesa y en la que se supone que los recién casados son invitados a visitar el parque.


3. Aquí podemos apreciar, de una manera más o menos aproximada, cuál era el aspecto del parque a principios de los 40, con el hada que os mostré en la entrada anterior, presidiendo la esquina de la fachada.

4. Sin más preámbulos, se nos muestra la que siempre fue verdaderamente la atracción principal del parque: Autogruta. Una dark ride al más puro estilo tradicional europeo, en la que nos prometía un viaje al mismísimo infierno, a través de una gran cabeza de demonio que "engullía" los trenes nada más salir de la estación.


5. Aquí podemos ver con más detalle por una parte la estructura de los trenes (similares a las dark rides de hoy en día, destacando la cobertura trasera que ofrecía una sensación de envoltura mayor para el viajero). Vemos también el ride-op ocupado de revisar los tickets de entrada.

6. El primer tramo de la Autogruta parecía consistir en una curva a la que se accedía rápidamente, por lo que es posible que el inicio de esta dark ride difiriera de las que conocemos hoy en día, en cuya salida se hace lentamente a izquierda o derecha. En esta viñeta 6 podemos observar una curva a derecha con una cascada en la parte interior y un evidente sistema de grutas y theming de roca artificial.


7. En esta primera sala parecía haber distintas criaturas terroríficas similares a demonios y cubría toda la vía la boca de un monstruo amenazador que se "tragaba" los trenes.

8. Acto seguido parece que atravesábamos el estómago del animal, observando sus gigantescas entrañas.


9. A continuación parece que salíamos del estómago de la criatura y nos topábamos con una bella señorita, prisionera de la criatura y que imagino consistiría en algo así como un diorama con una estatua femenina atada de manos y pies, intentando huir del monstruo.

10. La siguiente escena de la Autogruta es algo que puedo relacionar con pasajes y dioramas que todavía hoy en día se presentan en algunas dark rides (con esto nos damos cuenta, como os dije en la anterior entrada, que lo que hoy todavía se hace en algunas dark rides, no es nuevo, sino que viene de décadas y décadas atrás). En este caso se trata del típico juego de elementos en movimiento circular gracias a un eje central. Lo he visto con murciélagos, con pájaros y, como en el caso de la Autogruta, con brujas que imagino que con la correcta iluminación darían la sensación de estar dando vueltas constantemente mientras los viajeros pasaban cerca de ellas.


11. De nuevo se juega con el concepto de atravesar y los trenes de la Autogruta se adentran bajo los poderosos brazos de un intimidatorio demonio gigante.

12. Como en el pasaje de las brujas, esta otra escena me suena muchísimo también, probablemente se tratara de una cazuela grandiosa con una serie de cabezas apareciendo y desapareciendo mediante un sistema de palancas o pistones mientras el tren de la dark ride rodeaba por completo la sala.


13. Otro recurso más que he visto en numerosas dark rides tradicionales: el paso de las vagonetas por delante de una criatura gigantesca sentada en un trono y observando el paso de los trenes por delante suyo, como un vigilante pasivo. Me imagino que en este punto la criatura movía la cabeza y los ojos, siguiendo la trayectoria de la vagoneta.

14. En esta viñeta se evidencia el clásico juego de espejos. La vagoneta se dirige a un espejo donde se ven reflejados los viajeros aterrorizados para, unos metros antes, virar a izquierda o derecha y provocar la falsa impresión de choque. Este truco lo podemos ver hoy en día en algunas dark rides con la clásica escena de un potente foco dirigido hacia los viajeros y el sonido del claxon de un tren, como si viniera hacia nosotros un tren directo para, en último momento, cambiar la dirección de nuestra vagoneta y "escapar" del tren. Todo un clásico.


15. Otro giro argumental que he podido experimentar en varias dark rides en todo el mundo (y me vienen sobretodo a la mente las River Caves de Blackpool Pleasure Beach) es el de pasar de la tensión y el miedo a las cuevas rodeadas de selva tropical, luces apacibles y tranquilidad en general. Un cambio típico de la tónica de la ride. En este caso por lo que se nos explica probablemente entrábamos en una zona repleta de vegetación artificial, árboles de cartón piedra y elementos similares.

16. Una vez dentro de esa especie de bosque o jungla espesa, entraban en juego elementos más típicos de la fantasía como duendes colgantes, hadas o setas de vivos colores.


17. Este pasaje es el que más me recuerda a las River Caves de Blackpool ya que hay una sección exactamente igual: con el efecto de unas redes prácticamente invisibles, las luces y el movimiento de algunos elementos, se consigue la ilusión de que el viajero está bajo el agua, recorriendo grutas repletas de criaturas marinas.

18. Acto seguido se nos muestra la fuente de Ingrés, que imagino que hace referencia a la obra pictórica La Fuente, de Jean-Auguste-Dominique Ingres, famoso pintor neoclasicista del siglo XIX que en 1856 pintó el cuadro de una joven dama con una tinaja rebosante de agua en uno de sus más famosos cuadros (podéis echar un vistazo aquí).


19. Sin dejar la temática acuática de lado (algo realmente digno de admirar ya que no olvidemos que nos encontramos en un espacio cerrado en pleno centro de la ciudad de Barcelona) el tren de Autogruta pasa a través de unas gigantescas estatuas de ranas con trompetas, lanzando imagino chorros de agua y haciendo piruetas con los torrentes y cascadas de alrededor de las vías.

20. Cambiamos de nuevo la temática en este viaje a través de distintas temáticas y de repente todo da un giro hacia el exotismo de las culturas del Asia lejana, dándonos la bienvenida una clásica estatua de un Buda.


21. Continuamos la parte más tranquila de todo el recorrido a través de una especie de jardines con bellas esculturas y un pequeño templete con una caprichosa estatua femenina en su interior.

22. Este elemento de la dark ride es también fácil de identificar: un lift mediante cable, elemento muy usado en las rides y coasters de principios del siglo pasado. En este caso imagino que el tren adquiría altura para el que sería su tramo final, el más intenso y emocionante de todos, justo antes de llegar a la estación.


23. Tal como aquí se nos indica, podemos ver como la vagoneta de la Autogruta encara la parte más alta del edificio. Podemos ver también como esta parte rodeaba en las alturas la otra famosa atracción del parque: Autopista, o lo que es lo mismo, la pista de bumper cars del parque. Ciertamente este punto tenía que ser espectacular ya que para los viajeros de la Autogruta se veía desde un punto elevado la atracción de Autopista y para los conductores de Autopista se veía pasar por encima de sus cabezas los veloces trenes de Autogruta. Uno de esos clásicos combos visuales que todavía hoy en día vemos en algún parque.

24. La última viñeta de esta primera parte es, personalmente, una de las más bellas y explicitas del auca (aunque no olvidemos que quedan 24 imágenes más). En ella podemos ver lo que parecía ser un pequeño drop en el interior de las mismas cuevas pero con probablemente ventanas a uno de los laterales que daban a la multitud expectante para probar la Autogruta. Este elemento lo podemos ver claramente en otra de las míticas rides antiguas de Blackpool Pleasure Beach: Ghost Train y representa claramente la parte más intensa de todo el recorrido. Probablemente la intención era ofrecer un pequeño golpe de adrenalina a los viajeros para así, hacer que al salir quisieran repetir de nuevo la experiencia.

*****

Y hasta este punto llega esta primera muestra de 24 viñetas de las 48 que nos mostraba el auca entera de Parque de Atracciones Apolo. Como os he dicho antes, en la tercera y última parte del análisis a esta reliquia veremos el resto de rides que contenía el parque, así como numerosos detalles de su estructura y servicios.

Pero creo que mi intención ha quedado más que clara: en plena Barcelona tuvimos, hace casi 80 años, una dark ride al más puro estilo oldschool que, de aguantar hoy en día, significaría un elemento histórico de valor incalculable.

Permaneced atentos y atentas a Bloggercoaster ya que en la siguiente entrada acabaremos de ver al completo este interesante documento histórico y cultural. Y como siempre, os animo a que me dejéis comentarios sobre lo que os está pareciendo esta nueva exposición del Bloggercoaster Museum, el museo de parques de atracciones antiguos más famoso de la red.

1 comentario:

  1. En la mitad de los 60 y primeros 70 visité siendo un niño en varias ocasiones la sala de atracciones Apolo. Recuerdo muy bien la autogruta, en la que entré en algunas ocasiones con mi padre. Una vez la vagoneta se quedó parada en su interior. Ahora me parecería super cutre pero entonces era fascinante.

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