sábado, 28 de febrero de 2015

Adentrándonos en Fantasiland (parte 1)

Pero cómo, ¿un análsis de parque en pleno fin de semana? ¡Jivo se ha vuelto loco!

Tranquil@s, respirad hondo y seguid leyendo. No me he vuelto loco (por lo menos no demasiado), sino que he decidido dar carpetazo con esta doble entrada (la primera parte la publico hoy y la segunda será para mañana) a uno de los parques más simples y paupérrimos en los que he puesto pie en los últimos años.

Aunque como sabéis ya de sobra, existe en mi yo más crítico un rincón para el disfrute a base de parques de este tipo. Parques que no pretenden nada más allá de entretenerte durante un par de horitas y mostrarte un lado más desconocido de los recintos de ocio, parques en los que la caja a final del día se recuenta y no hay esa obsesión enfermiza por romper año tras año los objetivos de attendance.

Así que abrochaos los cinturones porque hoy en Bloggercoaster empieza un breve viaje a través Fantasiland, uno de los parques más remotos de la vecina Italia.


Bienvenidos al despropósito

Existen en todo el mundo un total de 3 Fantasiland, dos de ellos en Sudamérica (Guatemala y Colombia) y el tercero lo tenemos algo más cerca, se trata del de Lazio, en Italia, a escasos kilómetros de la archiconocida Roma.

Valga la pena puntualizar que el objetivo de la visita ese día, en un ya lejano 2012, fue el de visitar el parque de Zoomarine, del cual un día de estos quizás me anime a hacer también un pequeño análisis porque la verdad es que no fue un recinto demasiado difícil de visitar, más bien discreto en medidas e instalaciones. Pero en un estudio previo del terreno pude observar que a tan solo 3 kilómetros de Zoomarine podíamos encontrar un pequeñísimo parque llamado Fantasiland y que, listados en RCDB, podríamos encontrar al menos 2 credits en funcionamiento más un tercero en estado SBNO (standing but not operating, es decir, en pie pero no en funcionamiento).

Aquí podéis ver el mapa de la zona, con Zoomarine marcado en gris y con un marcador rojo la situación del nombrado Fantasiland:


Así pues, reservé unas cuantas horas de la tarde (habiendo visitado ya todo Zoomarine entero) y me decidí a recorrer esos 3 kilómetros a pie para llegar a las puertas del "prometedor" Fantasiland y así poder realizar ese combo de 2 parques en una jornada:


Efectivamente, en muchas ocasiones hemos iniciado el debate sobre las copias descaradas que se hace de los personajes de la factoría Disney en parques, sobretodo en cuanto a China se refiere, pero no hace falta ir tan lejos para encontrar un uso más bien indiscriminado de estas icónicas figuritas de la animación. El recinto de Fantasiland se encuentra a las afueras de una pequeña población costera llamada Torvaianica y debe ocupar una extensión cuadrada de unos 200 metros de ancho, es decir, es un parque muy pequeño y compacto, vallado en toda su extensión y con dos accesos frontales en forma de arcos como el que habéis visto arriba o este de aquí abajo custodiado por dos amiguitos que os pueden resultar familiares:


Pero no, no os escandalicéis, no son quien vosotros pensáis que son. En realidad se trata de Michaelo Ratto y Donatello el patito blanco, personajes que se crearon a mediados de los 70 para que las juventud... ¡qué demonios! Son Mickey y Donald amigos y amigas:


Ya solo con ver este panorama Fantasiland había ganado decenas de puntos en mi enfermizo subconsciente así que no pude esperar más para adentrarme en su interior. Un cartel colocado en ambas entradas nos indicaba el horario de apertura (horario intrincado y bastante complejo, para qué negarlo):


Nada más entrar podemos encontrarnos con una pequeña galería de puestos de tiro y habilidad (a modo de feria) además de una discreta sala con máquinas recreativas y arcades, además de, cómo no, la clásica Boca della Verittà:


Hay que dejar claro que Fantasiland es uno de esos parques de atracciones donde no se le cobra a uno por entrar al recinto en sí (de hecho podéis pasearos a vuestras anchas por el lugar) sino que el cobro viene dado en forma de tickets para poder acceder a las distintas rides y coasters que contiene el parque en sí. Un sistema que a priori puede parecer económico pero que, por experiencia, os aseguro que suele salir más caro de lo normal ya que los accesos a las rides tenían un rango de entre 2 y 5 euros por ciclo. Por suerte en mi visita no tuve que gastar demasiado ya que únicamente probé 3 elementos (los dos credits disponibles y una ride a la que ya llegaremos).

Comienza el desfile de rides

Fantasiland no es un parque en absoluto pretencioso, al contrario, el catálogo de rides que localizaremos en su interior está bastante visto, aunque sí vale la pena indicar que encontraremos alguna que otra rareza (y de ahí que me haya decidido a escribir este análisis también).

Podremos encontrar, entre otras, una ride de paseo en tren que vendría a ser una galería de monstruosidades temáticas ya que la estación de carga son 3 carpas que quieren imitar al circo, el tren está cubierto de colores vivos y moldes prefabricados de fibra de vidrio y alrededor del paseo que daremos por los raíles encontramos... bueno... encontramos un caballo de fibra también:


Nos tomamos también con con una pequeña pista de motos alimentadas con gasolina llamada Baby Cars (si os fijáis, a la derecha en la fotografía veréis una de las múltiples máquinas repartidas por todo el parque donde podemos adquirir los tickets de acceso a las rides):


Nos topamos también con esta spin-ride que no vendría a ser una extraña para los que estamos acostumbrados a visitar parques de atracciones de menor calibre por toda Europa ya que se suele encontrar con facilidad, son los clásicos payasos voladores:


En la zona central del parque nos topamos también con estas colchonetas o camas elásticas (llamadlas como queráis) que en Fantasiland reciben el nombre de Jumping, con una cartelería que bien podría transportarnos a los parques de atracciones de los años 70...:


Pero aunque pueda parecer que Fantasiland únicamente se trata de una unión de rides puestas unas al lado de las otras (que para qué lo vamos a negar, en su mayoría es así) también encontramos algunas zonas que se alejan un poco de esa imagen y donde podemos sentarnos tranquilamente a tomar un refresco, cobijados bajo una elegante pérgola y rodeados de bonitos almendros floridos:


Los más atentos al blog recordaréis que ya tiempo atrás dediqué una entrada de la Foto de la Semana a una de las extrañas rides que localicé en este diminuto parque italiano, concretamente os hablo de Giriuss, una especie de versión moderna de los antiguos anillos mecánicos giratorios:


Pero no es esta curiosa Giriuss la única ride más o menos extraña que encontramos en el recinto, sino que justo a apenas unos 20 metros, nos topamos con esta curiosa Sky Glider:


El funcionamiento es muy básico, a medio camino entre un crazy bus, unas magic bikes y un barco balanceante, nos situaremos en el interior de una de las dos góndolas que tiene la ride e iremos controlando en el interior el balanceo constante a través del pedaleo (es decir, la velocidad que aplicará el motor mediante nuestras órdenes). No os asustéis, si llegamos a la parte alta de la ride las góndolas no giran sobre su propio eje así que en todo momento están situadas en posición horizontal:


No me quiero mojar mucho realmente ya que desconozco quién es el fabricante de semejante artilugio. Zamperla por lo menos no lo tiene indexado en su catálogo (aunque la estructura de las góndolas nos pueda despistar) por lo que mis apuestas iban por SBF Rides (italiana también), pero tampoco localizo esta ride en su página web, así que mi apuesta más clara es por alguna compañía italiana, eso sí, pero de origen desconocido.

Aquí llega el Bassotto

Vista ya esta primera tanda de rides (llegarán algunas más a lo largo de la segunda parte del recorrido, no os preocupéis), es momento de encontrarnos con uno de los dos credits que tiene el parque en su interior. No son grandes credits, tampoco os vayáis a crear grandes expectativas, aunque bueno, imagino que durante la lectura de esta entrada ya habíais dado por hecho que sería así.

Dicho esto pues, el primero de estos credits es Bassotto, una wacky worm/big apple de fabricante desconocido (aunque me jugaría la mano a que se trata de algún fabricante italiano) cuyo theming difiere ligeramente del que solemos encontrar en la mayoría de estos especímenes:


La estructura es muy sencilla, aunque guarda la particularidad de que se trata de un modelo altamente portátil, sin anclajes ni cimientos, por lo que da para pensar que antes de encontrarse en este lugar esta coaster ya había estado dando vueltas quizás por ferias o otros pequeños parques años atrás:


Como decía, la particularidad de esta coaster es su escaso pero único theming. El nombre de Bassotto vendría a ser algo así como "la comida del perro" y siendo así encontramos un morro de tren que se aleja por completo de los clásicos gusanitos sonrientes, en esta ocasión es un perro triste porque le han atado la boca para evitar morder. Aunque también podría tratarse de un perro con un flemón de campeonato, una de dos:


Sobre el layout de una big apple tampoco vamos a hacer un doctorado, de hecho ya os hablé años atrás de este mismo modelo fabricado por Pinfari de manera exhaustiva durante la década de los 80 y 90, pero bueno, ya sabéis, salida de la estación hacia la derecha, inicio de lift, salida a la derecha en el lift, recta de pequeñas colinas a una velocidad irrisoria, curva a la izquierda, drop de unos 4 metros de desnivel, curva a derecha y entrada de nuevo en estación:


En el caso de Bassoto hay pequeños ingredientes que distan de lo que podríamos llamar cierto estándar, como podría ser el hecho de que no haya manzana por la que atraviesa el tren y que suele ocupar varios pisos de altura, situada entre la recepción del drop y la salida del lift:


Y el hecho de que de los soportes de las dos curvas superiores del layout salgan una especie de altas farolas culminadas en esferas blancas que le añaden un poco más de presencia a la coaster, aunque no tengan nada que ver con la estructura en general;


Por todo lo demás, creo que ya he escrito mucho más de lo que se podría escribir acerca de uno de los credits más sencillos y extendidos que hay hoy en día en todo el mundo. De hecho se antoja difícil que exista un país donde no podamos encontrar por lo menos una de estas en algún rincón escondida.

*****

Y hasta aquí esta primera parte del micro-análisis de Fantasiland, este pintoresco a la par de diminuto parque de atracciones italiano que no llama quizás la atención por ninguna de sus instalaciones, no lo negaré, pero que sí vale la pena tener en cuenta como complemento si nos encontramos de visita en el parque de Zoomarine y nos sobran un par de horitas para ampliar un poco más nuestro currículum de credits.

Si visitamos únicamente Zoomarine nos podemos llevar 2 credits al bolsillo, en cambio si hacemos la combinación de Zoomarine + Fantasiland doblamos los credits y nos llevamos 4 coasters que bien pueden valer la pena por su variedad.

En la segunda parte que intentaré colgar mañana continuaremos viendo alguno de los ingredientes mágicos de este pequeño recinto de ocio, algunos de ellos realmente memorables, ya veréis.

1 comentario:

  1. Siempre me ha gustado la forma que tienes, cómo Bloggercoaster, de analizar parques menores y dándole un toque humorístico.

    Sobre el parque, ni sabía que existía, pero está bien saber de su existencia, y más viendo un análisis cómo este.

    Buen artículo, y a la espera del 2º.

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