jueves, 20 de noviembre de 2014

El gran viaje - Día 1

Por fin ha llegado el momento de desvelar el misterio que he ido arrastrando estos días a través del blog. Ante todo, pido disculpas por haber alargado innecesariamente la espera (de hecho esto os lo tendría que haber explicado ya el lunes) pero al llegar a mi "destino" no pude tener el Wi-Fi que hubiera querido así que tuve que preparar el material y esperar a poder disponer de suficiente conexión como para poderos mostrar bien todo.

Dicho esto, aquí llega el primero de una serie de vídeos (y bitácoras) donde os explicaré dónde estoy, qué hago y un poquito de la jornada en general. ¿Desvelamos el secreto?



Efectivamente. Algunos de vosotros lo habíais dicho o habíais jugado la carta de la intuición de manera correcta. Mi viaje este pasado lunes fue nada más y nada menos que a Los Angeles, en California, EEUU.


Todo ha empezado a primera hora de la mañana, entorno a las 8:00 me he desplazado al Aeroport del Prat para tomar un avión que me llevaría directamente, mediante American Airlines, al aeropuerto JFK de New York. Tras un retraso de una hora, un avión más bien anticuado (olvidemos las pantallitas en el respaldo delantero), un cansancio cada vez más y más creciente y el temor a no poder tomar el vuelo de enlace, llegué a una ciudad fría y con lluvia.

Como era de esperar, perdí el vuelo que tenía de enlace con la misma American Airlines gracias al retraso y a que (para variar) me volvieron a retener en el servicio de Aduana por algún motivo relacionado con mi pasaporte. Afortunadamente esta gestión duró apenas 5 minutos, pero el vuelo inicial con destino a Los Angeles estaba ya perdido, llegué justo cuando cerraban la puerta de embarque (algo muy de película pero que en realidad me ocurrió).

Por suerte American Airlines es muy seria y demostró tener buenas dotes de comunicación con el usuario. En apenas 10 minutos tenía ya reasignado el vuelo y en tan solo una hora estaría volando en el siguiente vuelo hacia California:

El vuelo que cruza EEUU de punta a punta fue algo más tranquilo para mi, tanto por la duración (casi 4 horas menos que el de cruzar el charco) como por las instalaciones del avión, que eran de última tecnología y ofrecían esta vez sí pantallitas con material disponible. Aún así aproveché para dormir un poco más (apenas llevaba 2 o 3 horas de sueño en más de 24 horas de trabajo, preparación del viaje y vuelos).

Tras poco más de 5 horas, pisaba de nuevo suelo y esta vez ya para quedarme por unos días. Oficialmente había llegado a LAX (Los Angeles), la gran ciudad americana por excelencia.

Segundo objetivo, olvidar los euros y equiparme de dólares:

El tercer objetivo me llevaría a tomar un taxi y desplazarme al primer hotel ya que mis planes de hacer un poco de turismo por la tarde se vieron totalmente truncados por el hecho de haber llegado con 2 horas de retraso:

El primer hotel del viaje (Motel Santa Mónica) era el típico y tópico motel de carretera que todos hemos visto en películas y series: doble piso, ventanas al parking delantero y moqueta en el suelo. Realmente el motel no estaba nada mal, la verdad, unas condiciones de limpieza y mantenimiento muy buenas y realmente se estaba agusto. ¿El problema? El Wi-Fi. Inexistente. Lo comenté en recepción, dijeron que harían algo al día siguiente... y bueno os podéis imaginar cómo continúa la historia.

Cuando el día acabó llevaba cerca de 30 horas sin dormir, unas 14 horas de vuelo, miles y miles de kilómetros recorridos y 9 horas de diferencia horaria con aquél lugar del que había salido a primera hora de la mañana.

Lo maravilloso de viajar y de hacer este tipo de rutas, es que esto es sólo el comienzo...
"¿Qué invento es este?" Os estaréis preguntando. Pues bien, a lo largo de muchos y muchos viajes tanto cortos como largos me he dado cuenta de que al viajar a los parques, generalmente, uno descuida muchísimo su dieta y alimentación. Nos acostumbramos tanto a las hamburguesas, las pizzas o los fritos que nos olvidamos de que también viajando por parques podemos alimentarnos de manera más o menos sana sin caer en las grasas o la dieta fast food.

Por eso me he propuesto un reto extra para este viaje: cuidar mi alimentación. Y qué mejor lugar para cumplir el reto que haciéndolo en EEUU, capital por excelencia de las grasas saturadas y los aditivos.

Así pues os relataré, junto a la bitácora de cada jornada, un poco la dieta o lo que habré comido ese día para que podamos ver qué alternativas (sanas) ofrecen los lugares y parques donde pongo pie.

La dieta de esta primera jornada está compuesta por la comida del primer vuelo (un plato de pollo con arroz y verduras, una ensalada verde, un panecillo y tres galletas escocesas) y por lo que pude comprar a escasos 300 metros del motel donde llegué a última hora de la tarde, caída la noche ya:

Consistente en un wrap de pollo con salsa cesar y una bandejita de pedazos de frutas frescas (manzana, uvas, kiwi, mango, sandía, etc.). Para beber, en ambos casos, agua.

Se que os puede parecer una chorrada si ya de por sí lleváis una dieta sana o si creéis que no tiene nada que ver con los parques, pero os aseguro que cuando publico esta entrada llevo 3 días ya en EEUU y noto, con diferencia, el cambio en la alimentación y en los hábitos alimenticios.

¿Conseguiré cumplir el reto de la dieta sana parqueril?

Mañana os explico...

4 comentarios:

  1. BINGO!! Jajajajaja

    Acerté con mi intuición! Disfrutalo mucho y cuéntanos todo lo posible, que sesde aquí seguro que muchos estamos espectantes sobre tu opinión californiana.


    P.D. Quiero mis 5000$ XD

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  2. AFAPAM: WOW!!!!. Que lo pases muy bien y animo con la dieta.

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  3. ¡¡¡Qué cabrón!!! Me parecía demasiado bueno para ser verdad pero estaba claro que tarde o temprano tenía que pasar. Lo mejor ha sido la forma de hacerlo: regalarnos un análisis completo de MG seguido de una entrada para sumirnos en la incertidumbre de tu desaparición.

    Respecto a la "dieta parqueril", da la casualidad de que compito en pruebas deportivas y la alimentación sana es intrínseca a mi vida diaria, pero en cuanto a parques se trata discrepo totalmente de tu iniciativa.

    Comida basura y parques van de la mano, vale que existen numerosas opciones y no hay por qué limitarse a lo de siempre, pero para disfrutar de un día redondo me gusta darme los caprichos que no me doy en el día a día. Dieta sana sí, pero fuera del parque. Total, lo importante es ser constante en el tiempo y por un día no pasa nada. Otra cosa es que vayas a estar allí tres semanas comiendo "porquerías", entonces sí secundo totalmente la idea.

    De aquí va a salir material premium, y eso que aún quedan muchas entradas por publicar de los parques de Florida entre otros. Larga y próspera vida a Bloggercoaster.

    Va a ser un placer seguir tus bitácoras diarias, pásatelo en grande y disfruta de la experiencia como siempre. Aquí te esperamos con los brazos abiertos.

    P.D: ¿Cuándo llegas a España?

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    1. Llegué el miércoles ya, ahora estoy revisando los comentarios que no pude leer estando allí. Bueno sobre tu comentario acerca de la dieta, el problema no es "saltársela" si visitas un parque, el problema es alimentarse mal sistemáticamente si visitas 6 o 7 parques seguidos, que es lo que hice en Orlando o aquí en California y, teniendo la experiencia de Orlando en mente, quise aceptar el reto.

      Por lo menos en cuestión de alimentación no tuve que preocuparme ningún día por dolores de estómago o digestiones pesadas y eso, con temperaturas a 30º y riddeando entre 5 y 10 credits/rides al día, es un alivio.

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