viernes, 10 de junio de 2011

Isla Mágica: primeras impresiones

Cuando alguien que me conoce y conoce mis aficiones me pregunta sobre tal o cual parque y, obviamente, me pide un mínimo de información, es inevitable hacer un sencillo y rápido ejercicio de reflexión que requiere el máximo número de recuerdos que me haya llevado de ese parque filtrando las cosas obvias o innecesarias y dejando ver, claramente, con qué me quedé de dicho parque.

En ocasiones es más fácil o más difícil saber discernir de estas prioridades, ya que con nuestros comentarios podemos elevar un parque a la categoría de "absolutamente necesaria su visita" o a la de "olvidate de pasar por ahí", por lo que nuestras primeras impresiones del parque suelen ser decisivas en la promoción boca-oreja tan usada hoy día por las empresas de ocio.


Así pues hoy, en Bloggercoaster, y con motivo de mi reciente visita a Isla Mágica (el cuarto gran parque nacional que me quedaba por visitar desde hace años), voy a intentar descifrar las primeras impresiones generalmente positivas con las que me quedo de este bonito y completo parque. Comentar, eso sí, que los aspectos más negativos o críticos me los reservo para este domingo, donde comentaré uno por uno detalles a mejorar ya que también me los encontré y son dignos de analizar. Dicho esto, ¡empecemos este particular análisis rápido!

Un oasis entre un mar de pabellones blancos

La primerísima impresión que se lleva uno al visitar Isla Mágica, fuera de los aspectos más característicos del propio recinto, es su ubicación, sensiblemente alejada de la ciudad más preciosista y rozando la vanguardia de los 90 tan característica de La Cartuja, el compendio de pabellones y recintos que envuelve a este parque. Este detalle no deja de hacerse notorio en toda nuestra visita: estamos en plena jungla, en plenas ruinas aztecas o en pleno embarcadero pirata, pero allá a lo lejos siempre veremos algún que otro edificio (generalmente de colores blancos y formas exageradamente austeras).

Como es lógico, de esto no tiene prácticamente culpa el parque en la actualidad, pues es obra del intento en su momento de darle una segunda vida alternativa a la zona y evitar el olvido total de los pabellones que dieron luz a la mítica Expo'92 de la ciudad de Sevilla.

Anaconda, la joya hecha flumes

Puedo decirlo abiertamente: Anaconda es, en la actualidad y con diferencia, los mejores flumes que existe en España. Y no sólo puedo englobarlo en la liga nacional bajo esta prestigiosa posición, sino que lo incluyo directamente en el TOP 3 de mejores flumes europeos que haya probado hasta ahora. Rápido, dinámico y con 3 drops de 7, 12 y 16 metros.

El final drop de Anaconda ofrece unas vistas inmejorables y una caída muy respetable.

El hecho de hacer uso de una estación de carga a nivel inferior (esto es que se sitúa por debajo de la entrada y de las colas y se accede mediante escaleras) y de tener un final drop absolutamente genial (tanto las vistas antes de la caída con el lago de fondo como el hecho de atravesar las verdes ramas de un árbol pegado al canal o aterrizar deslizándose por debajo del puente del vial) hacen que Anaconda se convierta rápidamente en una de las rides predilectas del parque. Además a nadie le viene mal un extra de remojo (pese a que no se sale empapado de la ride, sí que uno resulta ligeramente salpicado, dependiendo de la posición que se adopte en las 3 secciones de cada tronco).

Ciklón, pequeña pero matona

No tenemos decenas de Disk'o Coasters que podamos comparar en España, de hecho únicamente tenemos dos y ambas son de la misma tipología, pero si tenemos que sacar una clara vencedora en cuanto a sensaciones me quedo claramente con Ciklón. No os dejéis engañar por sus reducidas dimensiones ni por el hecho de que parte de la tematización la encasille y no deje ver sus auténticas proporciones. Montad y enseguida notaréis como el airtime y los giros de vértigo recorren vuestra espina dorsal, aunque sin doler y con la característica comodidad de los arneses de este tipo de ride. La diversión está asegurada y, en ocasiones, las vistas son de postal.

Ciklón puede parecer inofensiva si la comparamos con sus hermanas, pero no os dejéis engañar...

Los Bucaneros, el quiero y no puedo

Hay que reconocerlo: la política de novedades del parque sevillano es envidiable, más teniendo en cuenta que, en mayor o menor medida, ha incluido alguna durante estas últimas temporadas (pese a la tan cacareada crisis económica y social). Dicho esto y teniendo en cuenta que los presupuestos se habrán visto sensiblemente reducidos, incluir una splash battle en tu catálogo de rides es un arma de doble filo y en este caso, con Isla Mágica, el filo corta y hiere. No es precisamente la imagen que se lleva uno de esta ride la que realmente desearía: splashes, disparos entre barcas y elementos de theming que distraigan la mirada de un canal metálico y duro.

La nueva splash battle, Los Bucaneros, ofrece refresco, pero carece de interactuación.

Es difícil encontrar la diversión salvo en un par de cruces entre barcas y, al final, todo el ciclo se reduce a disfrutar de la frescura de este lateral del gran lago artificial del parque. El modelo de ride es correcto, la carga es correcta y el funcionamiento es más que correcto, pero mucho me temo que Los Bucaneros es la antesala de lo que tendría que haber sido una ride perfecta.

Navío Barbarroja, los piratas no asustan

Más de lo mismo es lo que ocurre con esta novedad de la temporada pasada, Navío Barbarroja, una barca de SBF VISA Group, empresa conocida por ofrecer rides de categoría apreciable pero con costes reducidos. En este caso es evidente que no hablamos de una gran barca pirata, no podemos encontrar ningún signo que haga que esta ride se quede en nuestro recuerdo para siempre: dimensiones reducidas, ciclo de ridícula intensidad (posiblemente retocado para ofrecer cierta familiaridad al attendance regular de la ride) y una localización y theming dignas de suspenso. ¿La novedad cuenta en el catálogo de sensaciones del parque? Sí, pero ¿ofrece realmente una experiencia sin igual? Evidentemente no.

Un emplazamiento único para una ride que no cumple sus propias expectativas.

Buen balance de familiares y kiddies

Cierto es que hay muchos parques temáticos o de atracciones que en ocasiones suspenden claramente la prueba de ofrecer un reparto equitativo de la clasificación de rides y el target al que van dirigidas. No es el caso de Isla Mágica, por suerte. El parque ofrece una amplia gama de rides para las edades más tempranas así como una generosa extensión de áreas que permiten disfrutar a los más pequeños de su estancia en el recinto. Guarda en pleno centro del lago una isla exquisitamente diseñada para el disfrute de los niños que, a su vez, ofrece varios rincones fotográficos bellos para los mayores.

El parque goza de varias zonas infantiles como esta, situada frente a la Fuente de la Juventud.

Sombra refrescante, la séptima área

En este sentido cabe felicitar plenamente al parque ya que, con diferencia, es el que mejor ha sabido solventar la problemática que arrastra a gran parte de los parques temáticos y de atracciones: la sombra en los días más calurosos. Punto y aparte en este caso, ya que no paramos de encontrarnos rincones, toldos, techos, vegetación específica para esta función o zonas indoor. Realmente es difícil sentirse agobiado por el sol directo sobre nuestras cabezas y la cobertura de colas, zonas de restauración y servicios es amplia y bien gestionada.

La integración de grandes toldos y coberturas de cañizo hace el paseo mucho más agradable.

Puede llevar a pensar este aspecto que nos encontraremos estos ingredientes claramente visibles a lo largo de nuestra visita, pero lo cierto es que no, que cuesta muchísimo encontrar toldos o protecciones solares que no se introduzcan directamente en la temática general del parque, por lo que no, no hay ningún elemento de sombra que distorsione la percepción general del theming y todo permanece totalmente integrado.

En varias ocasiones podremos atravesar cuevas y pasajes de roca que ofrecen agradable sombra.

Paisajismo de película

Hubo un boom. El theming estaba de moda en los años 90 y todos los parques se diseñaron para cumplir unas expectativas visuales casi iguales a las de visitar directamente aquello a lo que hacían referencia: grandes templos, portaladas, fachadas fastuosas, torres, murallas, estatuas, pórticos, etc

El parque goza de rincones de gran realismo y fotografía, como este galeón.

Sin duda el país va sobradamente servido de este tipo de temática ya que no son uno, ni dos, sino tres los parques que explotan este tipo de temática, generalmente más difícil y costosa en términos de presupuesto de cara al parque y agradable y espectacular de cara a los atónitos ojos del visitante primerizo.

El cuidado por el detalle invita a hacer fotografías constantemente, como con estos nenúfares.

Podemos ver en Isla Mágica mil y un detalles, con espectaculares acabados y un nivel de realismo auténtico y muy logrado, lo que hace que la simple visita por visitar, sin montar en absolutamente nada ni disfrutar de ninguno de los espectáculos, sea posible sin tener que gastar demasiadas energías ni completar largas caminatas. Isla Mágica es un parque bonito, repleto de espesa y cuidada vegetación y con un nivel de detalle y cariño por lo plenamente visible que evidencia el preciosismo que se le quiso dar de buen principio. Preparad la cámara de fotos porque os veréis obligados a inmortalizar algunos rincones realmente preciosos.

No puede faltar un bello rincón andaluz repleto de frescura, mesas y naranjos.

La vegetación más versátil

Sin duda, es de lo más chocante y agradable en este parque: todo, absolutamente todo, está repleto de árboles, palmeras, arbustos o zonas ajardinadas. El estudio por la jardinería y el paisajismo vegetal es, en Isla Mágica, de absoluta prioridad y de resultados más que evidentes. Todos tenemos en mente la refrescante sensación de pasear por los senderos de pobladas orillas de Polynesia, en PortAventura. Pues bien, olvidemos totalmente el hecho de que una o dos zonas de un parque estén superpobladas de plantas y extrapolemos este concepto a la totalidad del parque, que es lo que pasa en el caso del parque sevillano.

La integración del theming con la vegetación llega a ser completa en muchos puntos.

Rincones con bancos, estatuas escondidas, bellos jardines flotantes en pequeños riachuelos y lagos, blancas cascadas, integración total con las rides y coasters y un mimo excelente por las plantas plenamente decorativas como las flores o los naranjos.

La jardinería ha llegado a eclipsar a las atracciones en algunos puntos, como en los rápidos.

Es inevitable en ocasiones incluso no sentirse plenamente hechizado por los aromas que desprenden algunas zonas del parque, con ligeros toques de jazmín o incluso esencias de vainilla que nos harán cerrar los ojos y sentirnos transportados a campos de singulares islas caribeñas.

Gastronomía para auténticos gourmets

Otro aspecto en el que Isla Mágica barre totalmente a sus competidores a nivel nacional: la calidad gastronómica. No puedo evitar, eso sí, confesaros que la sensación al acercarse a cualquier mostrador de restaurante es la de pensar que lo que allí te servirán no rebasará los límites de la comida grasienta, insípida y blanda que podemos encontrar en cualquier otro parque.

Podemos ingerir una generosa cantidad de comida bien elaborada por un precio muy asequible

Pero lo rebasa y con creces, comer en cualquier restaurante se convierte en un auténtico y placentero ejercicio para nuestro paladar, pudiendo degustar las mejores hamburguesas que he comido jamás en un parque, una selección de productos frescos y óptimos (nada de patatas fritas industriales, por ejemplo) y un diseño de menús y opciones para comer dignas del más exigente sibarita.

No dejéis de degustar sus increíbles gofres o sus exquisitas patatas fritas, en serio.

*****

En definitiva, mis primeras impresiones del parque se podrían resumir claramente en todos estos puntos, aunque me dejaría en el tintero otros muchos como la variedad de ciclos y la efectividad de El Desafío (la caída controlada de Maurer), la multitud de fuentes y chorros disponibles para refrescarse sin necesidad de sentirse excesivamente gamberro o la simpatía de la mayoría de los ride-ops que os ayudarán sin ningún tipo de problemas en cualquiera de las rides del parque.

Aunque este mismo domingo escribiré otra entrada, esta vez más incisiva y crítica, os puedo asegurar que en la balanza de aspectos positivos contra los aspectos negativos pesa bastante más el plato de los positivos ya que el regusto que se le queda a uno en la boca tras visitar el parque es, sin duda, positivo y placentero. No puedo dejar de recomendar la visita al parque si os encontráis en Sevilla capital o, incluso, en sus inmediaciones, ya que os prometo que la inversión de horas y de dinero se verá plenamente satisfecha, convirtiendo Isla Mágica en un excelente ejemplo de como la calidad y el precio pueden no siempre verse reñidos al extremo.

Y recordad, este mismo domingo en Bloggercoaster nombraré y analizaré los aspectos mejorables del parque hispalense.

3 comentarios:

  1. Buenas!!

    Me alegro que el pequeño paraíso sevillano te haya dejado buen sabor de boca.

    Como comenté en tu última entrada, es un parque pequeñito, sin grandes atracciones de renombre, pero que ésto lo suple con muchos otros detalles que carecen otro parques con más nombre.

    Me quedo, como bien dices tu, con el sin fin de rinconcitos dignos de postal, el trato de los trabajadores, el mimo exquisito en su jardineria y esos bocatas de jamón que ya quisieran muchos! ;)jeje.

    Aprovecho yo también, para invitar a todo aquel que tenga la posibilidad de hacer una escapada a este parque, que la haga.

    Saludos! Gran entrada Jivo, como siempre!

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  2. Isla Mágica es el parque que se me ha resistido siempre, aunque espero ponerle remedio a eso pronto... Cuando hablas de la gastronomía, me recuerda al Port Aventura de 1995, que incluso traía una guía de restauración...

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  3. Se me había pasado por la cabeza visitar este parque en un furturo próximo y esta entrada me ha convencido por completo. Espero con ganas tu entrada del domingo. ¡Un saludo!

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