martes, 15 de septiembre de 2015

Attractiepark Slagharen (parte 1)

Tres son los parques que nos vienen a la mente si hablamos de Holanda y tres son los "clásicos" que la gente más visita cuando se aventura a salir un poco del circuito tradicional: Efteling, Walibi Holland y Toverland (aunque este último casi pertenece más a la ruta alemana que a la holandesa).

Sin embargo a menos de 2 horas en coche de Amsterdam, a también muy poca distancia de la frontera alemana por el norte, nos encontramos con un parque de atracciones que ha resistido numerosas embestidas tanto temporales como económicas y que a día de hoy goza de una segunda juventud gracias a la compra, años atrás, por parte de un famoso grupo gestor de parques con origen español: Parques Reunidos.

Por lo tanto hoy, en Bloggercoaster, volvemos a enfundarnos el traje de exploradores de parques y viajamos a Attractiepark Slagharen (Slagharen para l@s amig@s), un parque de atracciones que combina sabiamente el aroma oldschool con las reformas y añadidos de última generación y a través del cual nos pasearemos durante unas cuantas entradas de blog.


Un superviviente de los 60

Tenemos que tirar atrás, concretamente a 1963, para presenciar el nacimiento de Attractiepark Slagharen, en esa época formado como un proyecto en la mente del empresario de parques y atracciones holandés Henk Bemboom, que se aventuró a comprar una granja típica del norte del país, un gran molino de viento y los aledaños al mismo para construir Ponypark, un recinto en el cual las familias podrían aprender la vida en el día a día de una granja, dar paseos en carritos tirados por ponys y, en definitiva, disfrutar de escapadas de fin de semana para liberarse de la que por entonces empezaba a ser la vida estresante de las ciudades crecientes holandesas:


En 1990 Bemboom legó el parque y todas sus pertenencias a sus hijos, que gestionaron el ya por entonces nombrado parque de atracciones Slagharen hasta 2012, durante 22 años de épocas de mayor o menor éxito y una bajada considerable en el attendance, hecho que llamó la atención del grupo de gestión de parques de atracciones y temáticos Parques Reunidos (actualmente el sexto grupo inversor con más volumen del mundo).

A partir de 2012 se han visto numerosos cambios en el parque, inversiones de cierto valor, añadido de rides y, en general, la sintonía típica que podemos intuir cuando los latidos de un parque se escuchan y parece que la vida vuelve a hacer acto de presencia. Durante este análisis veremos qué es y cómo se mantiene hoy el parque de atracciones de Slagharen, con su actual gestión, plantilla y catálogo.

Llegamos a un aparcamiento amplio, de asfalto y repleto de banderolas con el logotipo del parque. Aparcamiento que hace presagiar que este recinto se debe llenar MUCHO en los meses de verano dada su proximidad a Alemania y su relativa cercanía a las ciudades de Amsterdam, Bremen y Rotterdam:


Las puertas del parque nos avanzan uno de los dos grandes themings que presenciaremos en todo el entorno: el de far west. Con mayor o menor suerte, el parque se propone transportarnos al mundo del lejano oeste con detalles como grandes torres con totems esculpidos en madera o, como podéis observar en esta fotografía, toldos de acceso inspirados en las carretas coloniales de la fiebre del oro y las grandes rutas:


Tras un breve encuentro con las taquillas, pasaremos por un pasillo decorado con un suelo de baldosas negras y blancas, carteles anunciándonos las grandes ofertas o propuestas del parque y, por fin, tras un último torno de comprobación de nuestra entrada, vía libre para descubrir Slagharen ante nuestro voraz apetito parqueril:


Vale la pena echar un vistazo al aprovechamiento de los espacios públicos de este parque que, como veremos entre hoy y las siguientes entradas, es uno de los principales focos del lugar. Mirad sino de nuevo en la fotografía anterior como nada más entrar, a mano derecha, nos encontramos con una tienda de chucherías y dulces (bajo los carteles).

¡Bienvenid@s a Slagharen!

Bien, ahora ya hemos pagado el precio de la entrada (que en régimen general asciende a 27,50€ pero que si hacemos la compra a través de internet y fijando el día exacto de nuestra visita, la podemos conseguir hasta por tan solo 9,90€, lo cual es una auténtica ganga), es momento de decidir para dónde tiraremos y es entonces cuando se nos presenta la forma y distribución del parque.

Imaginad dos grandes núcleos temáticos unidos por una avenida central repleta de edificios de restauración, tiendas y la pintoresca presencia de un telesilla al más puro estilo norteamericano (¡se echan en falta este tipo de rides en Europa!). Pues así es Slagharen, un parque alargado en el que, nada más entrar, se nos plantea tirar a mano derecha o a mano izquierda, según la temática de la que nos queramos empapar:


En la plaza central del parque nos encontraremos con diversos puntos de interés que cautivarán nuestra atención. Uno de ellos es un pequeño escenario donde podremos encontrarnos, en determinadas horas del día, a las dos mascotas del parque, Randy y Rosie, dos simpáticos mapaches:


Presidiendo el mismo centro del parque, a escasos metros de las puertas de acceso, encontraremos esta curiosa fuente circular que, aparte de refrescarnos con su presencia, ofrece también una extraña plataforma central que, imagino, servirá para acoger algún tipo de espectáculo de bienvenida o despedida. Nosotros, en nuestra visita en una semana cualquiera de septiembre, no vimos nada destacado:


Pero ya está bien de escenarios y fuentes, es momento de riddear, es momento de catar "chicha". Para ello nos fijaremos en el primer elemento vertical (de unos cuantos, vale la pena indicar) que nos encontraremos en Slagharen. Responde al nombre de Free Fall (sí amigos y amigas, este tampoco es un parque que indague con grandiosos nombres para sus rides, ya veréis):


Se trata de una free fall facturada por Fabbri y que nos elevará hasta los 40 metros de altura en uno de los 12 asientos de los que consta la góndola:


Frente a nosotros, nada más entrar, encontraremos uno de los edificios de restauración más grandes del parque (aunque vale la pena indicar que el parque, en este sentido, está más que bien servido, ya lo veréis). Su nombre es Big Jake Dinner House, su theming es de un marcado aspecto far west y sí, eso que veis adentrarse en su fachada es la vía de un monoraíl:


Y es que uno de los elementos más potentes que presenta Slagharen y del que os hablaré más adelante, es su monoraíl, que recorre el parque de punta a punta en varios tramos con el añadido adicional de varias salas y pasillos tematizados y repletos de animatronics:


Como podéis ver ya con esta primera muestra, Slagharen es un parque de atracciones, pero con un marcado acento temático, como podremos comprobar si nos animamos a comer en el interior de este Big Jake Dinner House, observad lo cuidado del detalle de su interior:


Motivo más que lógico que, quizás, animó a Parques Reunidos a invertir en la compra de este parque ya que la salida temática, pese a ser más cara de producir, puede ofrecer resultados más convincentes para el viajero casual o el entusiasta. Slagharen es un parque bonito, no os quepa duda.

Oda al steampunk

Y tal y como os he dicho nada más empezar la entrada, en el parque podremos encontrar dos tipos de theming bien diferenciado, compitiendo quizás con las rides y coasters que, por la diferencia de edad, no presentan theming definido alguno o su theming ha quedado relegado con el paso de los años. Es el caso de Octopus, una spin-ride de Schwarzkopf que resultó ser toda una experiencia para los amantes de los floating airtimes, que os aseguro que a bordo de los coches giratorios de esta ride se viven por docenas:


Giramos a mano derecha nada más entrar en el parque (aunque en realidad la elección de la ruta es indiferente ya que tarde o temprano podremos visitar ambas partes en una sola jornada). Así es como nos adentramos en Jules Verne Adventureland, nombre que ya presagia una enorme cantidad de ciencia ficción y steampunk y que, efectivamente, se hará notorio conforme avancemos por el interior de esta área temática.

Justo frente a Octopus nos cruzaremos con The Diner, un local bastante pintoresco, decorado con vistosos colores blancos y rojos y en el que podremos encontrar la típica variedad de comida fast food que caracteriza la mayoría de parques de atracciones de tamaño medio o pequeño. A saber: pizzas, hamburguesas, patatas fritas, ensaladas, refrescos y helados:


Aunque ya metidos dentro de la temática steampunk, el parque ha querido añadir ciertos toques diferenciales de elegancia gastronómica que podemos ver por ejemplo con la chocolatería Chocolate Factory:


Que en una de esas maniobras de gestión que tanto suelen gustar a los entusiastas, mezcla los conceptos de tienda, local de restauración y local de espectáculos ya que en su interior, a varias horas del día, podremos ver al momento la preparación de este exquisito manjar por parte de unos pintorescos cocineros. De nuevo, el theming en este caso tiene un toque de exquisitez superior:


Momento ahora de sumergirnos por completo en los viajes imposibles de Julio Verne a través de las propuestas en forma de ride que nos pone sobre la mesa Slagharen. Como por ejemplo esta genialmente decorada Magic Bikes, novedad que se engloba dentro de la gran apuesta o inversión que hizo en 2013 Parques Reunidos en este parque. Como su propio nombre indica, se trata de una spin-ride de Zamperla, aunque con un theming único y, porqué no decirlo, muy resultón:


Justo frente a Chocolate Factory y Magic Bikes nos encontramos una de esas rides inesperadas que le alegran a uno la visita a un parque. En este caso recibe el nombre de Expedition Nautilus y se trata de una twist & splash de Mack Rides:


Continuando nuestro particular paseo steampunk, es momento de descubrir otra de esas clásicas rides de Zamperla que tanto suele vender en forma de pack. En esta ocasión se trata de Fogg's Trouble, una rockin' tug que en esta ocasión presenta su forma sin techo, con todas las hileras totalmente descubiertas, quizás para diferenciarla de las decenas de copias que podemos encontrar en parques alrededor de todo el mundo (echad un vistazo a lo genial de la cabina de control o del techado trasero bajo el cual transcurren las colas de acceso a la ride):


Proseguimos con otro de esos clásicos que no se pueden olvidar jamás, esta vez embutido en el interior de un sorprendente edificio de madera y metal que casi eleva la ride a obra de arte. Recibe el nombre de Merry go Mad y se trata de un carrousel de diminutas dimensiones para los más pequeños de la familia:


En el centro del área nos encontramos con otra de las rides antiguas del parque que han sido más o menos acondicionadas para esta nueva zona steampunk, me refiero a Jumbo, una spin-ride de corte clásico, muy similar a las Dumbo de Disney (e imagino que de ahí viene el nombre):


Como os he comentado el parque tiene una forma muy alargada, por lo que hay varios métodos para atravesar de punta a punta sin maltratar nuestros sufridos pies. La mejor de ellas, quizás, y la que os permitirá sacar mejores fotografías desde el aire es Cable Car, que en esta localización tiene la estación South, desde donde os podréis mover justo hasta el otro extremo del parque para visitar el molino de viento original del parque o la inmejorable Thunder Loop:


Pero si hay un elemento gigantesco que preside por completo la zona (incluso forma parte de la ilustración que acompaña hoy a la entrada) es una de las rides más extrañas, escasas y buscadas por parte de los entusiastas de parques, me refiero a la gigantesca Apollo, una variación maximizada de los wave-swingers y que Schwarzkopf creó para otorgar de un aire más temático a una spin-ride que es, en esencia, un armatoste de metal y fibra:


La rareza viene cuando tenemos en cuenta que esta ride, aparte de ser única en el mundo en la actualidad, sólo tuvo una hermana (Heatwave) y también estuvo situada en este mismo parque, en la época en que recibía el nombre de Ponypark. Heatwave fue vendida a Dreamland (Inglaterra) mientras que Apollo 14 (la original y que hoy en día perdura en el parque) cambió el nombre, el funcionamiento y algunos elementos estructurales a lo largo de las temporadas hasta quedarse donde está hoy. Una historia apasionante.

Completando el recorrido por esta Jules Verne Adventureland, encontramos otro buen puñado de rides, empezando por esta The Passepartout Explorer, una versión steampunk de las escuelas de conducción que Parques Reunidos, así como otros parques del mundo, han ido comprando sistemáticamente a lo largo de estas últimas 3 o 4 temporadas hasta convertirse en uno de los champiñones más lucrativos de la presente década:


La característica principal de este espécimen en concreto es que tanto el theming de los alrededores, el señalizado o incluso los mini-coches están decorados y ambientados en el cobre, el bronce, el metal y el vapor, por lo que la cohesión con el área temática es perfecta:


Justo frente a The Passepartout Explorer nos encontramos con otro clásico de los parques que parece que en Europa ha ido perdiendo rastro pero que todavía se recupera a base de recompras y restauraciones de nueva generación. Me refiero a Enterprise, que en este caso es un rarísimo modelo facturado también por Schwarzkopf en 1977 y restaurado hasta nuestros días con una perfección realmente asombrosa:


Echad sino un vistazo al acabado impecable de las góndolas, conservando la pintura original, la iluminación LED en cada vehículo y sin marcas del paso de los años en las carrocerías. ¿Veis ahora porqué valoro tanto los parques que apuestan por restaurar y conservar las viejas glorias?:


Frente a Enterprise nos encontramos la última atracción de esta aglomeración de flats para todas las edades y gustos, me refiero a Phileas Fun House:


Que como su propio nombre indica, se trata de una pequeña fun house construida bajo una enorme carpa de circo y donde los más pequeños podrán divertirse por columpios, toboganes y pistas americanas de habilidad mientras los mayores observan desde la zona exterior de la carpa:


Ya solo con el toque temático que se le ofrece a una simple fun house (que hay que reconocer que en decenas de parques ni siquiera se tiene el detalle de tematizar, sino que se coloca como un parque para niños y da igual si le toca el sol o la lluvia) es suficiente para ver que la inversión que ha querido hacer Parques Reunidos en estos últimos años en este parque ha sido la de reconvertir temáticamente y homogeneizar un compendio de rides para otorgarles el cariz familiar que tanto valora hoy en día la clientela de un parque. Un toque realmente distintivo.

El classic combo

Dejamos atrás ya la zona temática de Jules Verne Adventureland para desplazarnos hacia una zona que he decidido apodar como "classic combo" dadas las características y proliferación de ese tipo de rides y coasters en bastantes parques:


Por una parte en este combo de 2 elementos tenemos Ripsaw Falls, un flume facturado por la francesa Reverchon que fuera de caer en las redes de lo mediocre ofrece un par de puntos diferenciales respecto al resto de creaciones de esta empresa y que vienen dados por una alta carga de theming a la vez que un aprovechamiento óptimo del espacio sin renunciar a grandes elementos, como los dos drops que tiene el flume:


La otra pieza clave de esta parte del parque es Mine Train, el primer credit (de dos) que nos encontramos en Slagharen. Como su propio nombre indica estamos ante una mine train de Vekoma (constructora que no olvidemos que tiene sus raíces aquí mismo, en Holanda) y que plantó el credit en 2001:


En principio su construcción y encargo fue un revulsivo tras la eliminación en el parque de Keverbaan, una tivoli de Zierer que al ser del modelo large ocupaba el rango de "familiar" del parque. Al quitarla del mapa, el parque se aseguró continuar con la tipología familiar añadiendo uno de los credits más familiares de Vekoma, la junior coaster de 335 metros:


El credit, sin dejar de raspar lo mediocre, sí que ocupa un lugar y un estatus privilegiado en el parque (mientras no se decidan a comprar algún otro modelo de coaster) y puede ayudarnos a vivir sensaciones de fuerzas G laterales e incluso positivas juguetonas, con el clásico juego de hélices y curvas peraltadas:


Sin duda alguna, uno de los modelos más rentables de Vekoma, que lleva ya construidas 23 en toda su historia y que este mismo 2015 o el próximo 2016 ya ha recibido encargos con el mismo layout. Un hit que, como en el caso de Slagharen, está a punto de cumplir los 15 años.

Antes de dejar atrás esta gran zona temática del parque vale la pena echar un vistazo a uno de los numerosos elementos temáticos que nos encontraremos por el camino, como este colosal tiburón que localizaremos con vistas a Ripsaw Falls y donde nos podremos sacar una de esas clásicas fotografías de parque:


En general una zona temática muy cuidada, con numerosa cantidad de rides de distintas épocas, costes y tipos, un lugar ideal para disfrutar en familia o con los amigos y con un puñado de auténticas reliquias facturadas por la mítica Schwarzkopf hace más de un cuarto de siglo y que siguen ofreciendo a día de hoy un rendimiento óptimo y un buen nivel de operativas. Bravo.

*****

Y hasta aquí esta primera parte del análisis de Attractiepark Slagharen, uno de los parques de atracciones holandeses menos conocidos quizás por los europeos del sur, pero que goza de bastante fama en su propio país e incluso en países como Alemania o Bélgica, dada la proximidad del parque a estas zonas.

Sin embargo no os dejéis llevar por la cifra de que sea un parque pequeño ya que en 2013 este parque superó la barrera del millón de visitantes, una cifra que llegó elevarse a casi 2 millones a principios del siglo y que Parques Reunidos pretende recuperar a lo largo de esta década, algo que no viene haciendo mal si vemos el resultado de esta exquisita zona temática.

No os perdáis la próxima entrega del análisis a Slagharen, donde seguiremos explorando los secretos y rincones que nos puede ofrecer este magnífico parque de atracciones holandés.

2 comentarios:

  1. Estuve hace dos semanas en este parque y a pesar de que es pequeño y más encarado al público infantil me pareció muy bueno. Como aspecto negativo algunas atracciones cerraban en algunas horas concretas (sin avisar) y el empleado que me atendió en The Diner no hablaba ni una palabra de inglés (holandés y alemán creo). Saludos!

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  2. Esto si que es un descubrimiento, qué gusto da descubrir que todavía quedan parques así, y este es de los mejores en ese sentido. Es realmente encantador, nada pretencioso, con secretos ocultos en forma de flats únicas y se ve muy armonioso y congruente. Los interiores de los restaurantes son perfectos, me han encantado. Es como un reducto de pureza en medio de Europa.

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