lunes, 24 de septiembre de 2012

Rainbow MagicLand a fondo (parte 1)

Que hoy en día la economía general no pasa por su mejor momento creo que es algo que queda claro y se percibe en multitud de sectores, también en el de los recintos de ocio a nivel general. Es por ello que se hace especialmente raro y difícil encontrar una apuesta de construcción de parque temático o de atracciones totalmente nuevo en todo el continente europeo ya que estamos más acostumbrados a que sean los mismos parques de siempre los que vayan ofreciendo novedades y ampliaciones.

Pero en medio de toda esa vorágine de notícias, nuevas rides y espectaculares coasters hubo una excepción, un nuevo parque temático que abrió sus puertas justo el año pasado (2011) intentando copar un hueco bastante enorme en cuanto a parques temáticos se refiere a los alrededores de la turística ciudad de Roma. El parque se llamó Rainbow MagicLand y, pese a multitud de retrasos y parones de obras, consiguió por fin estrenarse y posicionarse como oferta de ocio más que válida.

Hoy, en Bloggercoaster, tras haber hecho una amplia visita al citado parque, me dispongo a empezar a relataros de la manera más fiel y detallada, lo que pude encontrar en este enorme despropósito urbanístico que nació como una ilusión magnífica y que hoy día malvive como puede en la maltrecha y azotada sociedad de consumo italiana.


Un arco iris en blanco y negro

Rainbow MagicLand no es precisamente lo que podríamos llamar un gran parque, uno de esos que se marcan en la agenda como lugar de destino, como generador de sensaciones o como meta de peregrinaje freak para amantes de los parques. Puede parecerlo, pero desgraciadamente no lo es.

El parque pretende alcanzar el estatus de "temático" ofreciendo una falsa imagen de theming completo que no deja de ser una pobre máscara de cemento y cartón cubriendo una más o menos aceptable oferta de rides y coasters. Pero bajo todo ese disfraz de cartón piedra, encontramos multitud de fallos y elementos que hacen desvanecerse la ilusión por encontrar un competidor digno de Gardaland o Mirabilandia. No, Rainbow MagicLand no puede ni siquiera medirse ante los dos colosos italianos.

Justo a la entrada del parque encontramos el clásico monolito tematizado para echarse unas fotos...

Olvidemos la definición de parque temático, la que nos indica que todo parque temático contendrá una o varias áreas temátizadas, porque en este parque encontraremos multitud de theming, quizás demasiado disperso en cuanto a tópicos, que hará que nunca jamás sepamos a qué se está refiriendo exactamente cada ride, cada plaza o cada calle. No hay carteles que nos indiquen que a partir de "tal" lugar encontraremos "tal" mundo, no hay grandes arcos que delimiten zonas, no hay una unificación temática por áreas. Lo que hay es una gran ensalada de ingentes cantidades de theming barato que, para más inri, están distribuidas de manera muy irregular y confusa.


Los tornos de acceso al parque. En este punto todavía estáis a tiempo de echaros para atrás...

El acceso al parque se realiza por una única entrada repleta de edificios de una sóla planta donde encontramos los servicios clásicos de cualquier parque al uso: parking, accesos de carretera, taquillas, información, billetería y finalmente los tornos.

Tras el paso por la única linea de tornos que encontramos en el recinto (bastante desprotegida e insípida) ya accedemos libremente al recinto a través de un amplio pasillo custodiado por dos grandes torreones que sujetan unas enormes puertas abiertas de par en par para darnos la bienvenida. Sobre dichos torreones, dos criaturas aladas producto de la imaginería más mitológica, propias del mundo griego:

Espectacular entrada, ojalá la calidad de este punto fuese equiparable al resto del parque.

Una vez traspasamos estas majestuosas puertas entramos en una plaza rodeada de una cantidad de theming saturada. Temática sin sentido alguno, únicamente con la fantasía como telón de fondo, rozando en ocasiones el surrealismo y los conceptos dalinianos. Los edificios que rodean esta plazuela contienen la mayoría de oficinas, consignas, enfermería, tiendas y algún que otro pequeño local de snacks y heladerías. Todo concentrado a lado y lado de la calle y cubierto de una golosa capa de tematización de fibra de vidrio y porexpán. Porque sí amigos y amigas: no es cemento lo que veis, es una fina capa plástica que suena hueca si la golpeamos con nuestros nudillos:

Puro porexpán, nada de lo que véis en esta fotografía es cemento puro, lo digo en serio.

Como podréis comprobar de ahora en adelante, la inversión en theming puede parecer colosal y muy acertada, pero os puedo asegurar que es exagerada, desequilibrada y hasta desconcertante. Tanto que incluso puntos como este, la ya icónica torre a lo Universal's, pueden pasar hasta desapercibidos porque no sirven para absolutamente nada, no son funcionales:

A la izquierda, un cajero. A la derecha, una tienda. En medio una torre de plástico pintada.

De nuevo os recuerdo que puede pareceros muy espectacular visualmente, pero una vez allí resulta incluso estrambótico.

Concentración de rides acuáticas

Una vez pasada esta calle hiper-tematizada hasta lo absurdo, nos adentramos ya sí en el parque y empezamos a notar de lleno las carencias del mismo. Una colosal plaza de cemento a cielo abierto, con apenas un par de pequeños arbustos a lado y lado, nos da la bienvenida. Se abre ante nosotros un enorme círculo de recorrido alrededor de un espectacular y cristalino lago artificial (así que ya sabéis, Rainbow MagicLand tiene estructura circular como muchos otros parques). Si echamos un vistazo al mapa del parque lo veréis más claro:


Esta estructura, como otras veces he comentado, tiene un principal inconveniente: la distancia que adquieren los puntos contrarios en todo momento. Si estamos en el extremo oeste del parque nos será terriblemente difícil y molesto desplazarnos hasta el extremo este, ya que deberemos rodear por completo todo el recinto.

En este caso seguiremos la dirección de las agujas del reloj, empezando por lo que vendrían a ser las 6:00h. Lo primero que nos encontraremos a nuestra izquierda es Le Rapide, que como su propio nombre indica es la ride de rápidos del parque:

El cartel ya dice cómo pasé por delante de esta ride acuática.

¿La pude riddear? La respuesta es NO. ¿El motivo? Al ser la primera ride accesible a primera hora de la mañana las colas rápidamente (¡!) se hicieron eternas (y es que Rainbow MagicLand tiene otro gordo problema llamado mala operativa, que más adelante os comentaré).

Al dejar esta ride atrás y tardando todo el día en completar el parque, cuando quise volver a esta zona el parque ya cerraba sus puertas, así que ni pude riddear ni pude obtener fotografías interesantes de ella, pero lo que sí os puedo asegurar es que no ofrecían más que una insípida oferta de curvas, cascadas laterales y un par de cañones de roca artificial. Nada que no hayamos visto ya antes en cualquier otro parque.

Si continuamos la ruta por el parque rápidamente nos toparemos con un edificio que, por sus medidas y sobretodo por la cantidad de theming que tiene en su fachada, bien podría parecer la entrada a una espectacular ride o coaster:

Un enorme dragón se asoma desde la parte superior del edificio. Es una amenazadora heladería.

¡Nada más lejos de la realidad! Se trata de una simple y sencilla cafetería donde también podemos adquirir a mediodía menús de comida rápida tipo hamburguesas con patatas o frankfurts, además de helados (algo típicamente italiano y que no podía faltar aquí también). Pese a todo, he de decir que en esta cafetería me tomé uno de los mejores cafés con leche (cafe latte) que encontré en todo el viaje, por lo que al ser primera hora de la mañana bien os puedo recomendar tomaros uno. Su precio: 1'20€, primer punto a favor para Rainbow Magicland.

Proseguimos la exploración y lo siguiente que encontramos, de nuevo a mano izquierda es Yukatan:

La salida de Yukatan se realiza a través de un puente colgante bastante resultón.

No, no os precipitéis ya que no se trata de la spin-ride clásica de PortAventura (cuenta la leyenda que a veces funciona). En esta ocasión se trata de otra clásica ride que prácticamente todos los parques temáticos tienen: una big splash de Intamin que en esta ocasión se viste de gala para ofrecernos dos pequeños pero resultones drops y un complejo sistema de cobertura de railes mediante, cómo no, una enorme cantidad de theming de piedra falsa.

De la misma manera que con Le Rapide, las colas y la inútil operativa del parque no me permitió riddear Yukatan como me habría gustado, por lo que tuve que acontentarme con verla operativa a primera hora de la mañana y ya. No volví más a este rincón en todo el día.

El primer punto caliente

Aunque creo que no es un concepto del que haya hablado nunca en el blog, bien vale la pena nombrarlo. Los puntos calientes de un parque son aquellos que concentran, a mi parecer, la mayor cantidad de calidad en un espacio más o menos reducido. Aquellos lugares en los que podrías estar casi todo el día sin darte cuenta.

En este caso dicho punto empieza justo aquí, habiendo dejado atrás Yukatan. Lo primero que nos encontramos es una gran bifurcación del sendero que rodea todo el parque, que se divide en dos para dejar paso, en el hueco interior, al primer credit del día. Presidiendo esta bifurcación encontramos un enorme y preciosista edificio llamado Ristorante Il Castello:


Original nombre, ¿no? Apuesto a que todos y todas tenéis a no más de 50 km de casa un restaurante italiano con este nombre. En este restaurante (de absolutamente desproporcionadas medidas) se servían platos de pasta, pizza y hamburguesas, vamos el clásico restaurante de comer a mediodía. Además el hecho de caer cerca del centro y tener vistas panorámicas lo hacen el rincón idóneo para llenar el buche cuando el sol aprieta.

La bifurcación de caminos de la que antes os hablaba no es más que la excusa para rodear, por completo, el segundo credit más complejo del parque, el que nos debe dejar un escalón por debajo de la majestuosa Shock pero a un nivel superior del resto de los credits. No es ni más ni menos que L'Olandese Volante:


Como suelo hacer en todos los análisis a fondo de los parques, el análisis al detalle de los credits lo realizaré en la tercera parte, por lo que hoy sólo me reservaré a decir que es uno de los platos fuertes del parque y que pese a estar facturado por la maltrecha Vekoma, os puedo asegurar que representó para mi una de las grandes sorpresas de la jornada.

El siguiente ingrediente de este punto caliente del parque es la genial, magistral e inconmensurable Huntik 5D:


Probablemente lo mejor que pueda tener Rainbow MagicLand, su gallina de los huevos de oro y una de las mejores dark rides que haya podido probar jamás hasta el día de hoy.

Por una vez, y sin que sirva de precedentes, el parque ofrece en el exterior un edificio repleto hasta los topes de theming recargado y en la parte interior también, por lo que nos encontramos ante un concepto perfecto, impoluto y sin errores o fallos que puedan molestarnos en nuestra experiencia.

La ride ofrece unas colas finamente tematizadas (siempre porexpán, no olvidemos) con unos murales pintados a mano realmente exquisitos y artesanales. Colas bastante ligeras y rápidas y una carga ejemplar en pequeños y curiosos trenes de 8 personas (4 por fila) equipados con unas pistolas clásicas de shooter dark rides de este tipo.

Los trenes de Huntik 5D disponen de puertas, luces, sonido a bordo...

La clave en este caso viene en forma de proyecciones 3D que le otorgan a la ride una sensación completamente nueva. Nos encontraremos no menos de 10 pantallas durante todo el sinuoso recorrido que nos presentaran grandes monstruos, enormes cocodrilos o amenazadoras criaturas aladas. Todo ello con un sistema de audio excelente y un movimiento en 360º de los trenes (llegando incluso a virar, inclinarse o girar repentinamente, algo que contribuye a la desorientación total). Cuando acaba el ciclo no sabes exactamente qué ha pasado, sólo sabes que has pegado muchos tiros y que tu puntuación aparece en una pantallita, con el corazón a mil por hora. Vibrante Huntik 5D:

No se si se aprecia muy bien pero en primera fila, a vuestra izquierda, un servidor junto a Yunamond.

Tras la excitación total habiendo riddeado posiblemente lo mejor del parque, vuelve de nuevo la calma en forma de paseo con otro gran edificio ultra-tematizado hasta los topes. En esta ocasión se trata del Gran Teatro, una gigantesca fachada de inspiración clásica romana que me recordó, por momentos, a la también sobrevalorada Fontana di Trevi:


En su interior encontramos un enorme hall presidido por grandes escaleras circulares que nos llevarán hasta la sala de butacas. Lo que más impresiona al acceder a la sala es la amplitud del lugar que por momentos llega a parecer más ancho que largo y que da la sensación de que sufre de un terrible síndrome de sobredimensión gigantesca. No llegué a ver ninguna fila llena y conté 30 de ellas...:


En este colosal escenario se representa Gattobaleno e la spada magica, que vendría a ser un musical variado con una pequeña historia de amor como trasfondo. No quiero extenderme demasiado explicando la barbaridad vergonzosamente esperpéntica que allí pude presenciar, pero sí os diré que si metéis en una coctelera la mascota del parque, bailarinas en mini-falda, música de radiofórmula quemada hasta la saciedad (ejemplo: I will survive), colores y luces estroboscópicas por doquier y personajes sacados directamente del mismo molde que los clásicos de Disney obtendremos Gattobaleno e la spada magica. Un consejo: no comáis antes de ver el show, evitad así posibles molestias estomacales:


Salidos del vapuleo mental y ético que supuso nuestra visita a Gran Teatro, decidimos desplazarnos una treintena de metros más allá, justo al lado del edificio para espectáculos para reponer nuestras fuerzas y qué mejor manera de hacerlo que riddeando el que sería el segundo credit del día, Cagliostro:


Posiblemente la spinning de Maurer Söhne más desconocida del mundo y no es para menos. En la siguiente parte de la entrada ya os contaré porqué, sólo os puedo decir que se trata de una de las mayores decepciones coasteriles con la que me he topado hasta día de hoy.

Vaporizadores, altura y castillos

Frente al espectacular y sobredimensionado edificio/contenedor de Cagliostro pude encontrar dos ingredientes más que acaban de cerrar lo que sería el total de este punto caliente temático y de rides.

Por una parte encontramos algo que me resultó bastante confuso a la hora de asociarlo a la imagen general del parque pero que, por otra parte, tratándose de un parque italiano es más que justificable. Se trata de Polaretti Ice Street, o lo que vendría a ser lo mismo, un pasaje de vaporizadores con theming polar:


Los hay repartidos a lo largo de todo el parque (pude contabilizar 3 más una plaza más grande en la zona kiddie) y su acceso es, lógicamente, gratuito. Lo malo es que están repletos siempre de gente, por lo que probablemente tendréis que lidiar entre personas y chorros de vapor para poder atravesarlos. Y sí, pese a que está en constante contacto con el agua y la humedad el theming de esta zona también es de porexpán, por lo que podéis imaginar la cantidad de moho, bacterias y humedades verdes que encontramos allá donde la gente cae, se apoya o incluso bebe...:

Dicho esto, justo frente a este Polaretti Ice Street podemos encontrar una de las figuras más visibles desde absolutamente todos los rincones del parque, hablamos de Mystika:


Impresionante en altura, majestuosa en estructura, decepcionante en ciclo. Pero vamos por pasos.

Mystika es la clásica free-fall (aparentemente factura de Fabbri Rides) que nos eleva hasta la máxima altura de unos 60 metros para después dejarnos caer hasta, en principio, la parte más baja. El problema es que en esta ocasión sí llegamos a la máxima altura pero cuando nos dejan caer apenas llegamos en caída libre a la mitad. Efectivamente, ¿véis la góndola en la fotografía de arriba? Pues a partir de ahí empieza a ser frenada de repente hasta descender, poco menos de la mitad, a una irrisoria velocidad de quizás 10 o 15 km/h.

¿Buena altura y vistas? De acuerdo. ¿Sensación de airtime? Apenas. De hecho la sensación más clara que se le queda a uno después de riddear Mystika es que los italianos que solamente hayan visitado Rainbow MagicLand en su vida no tienen ni pajolera idea de lo que es una buena free-fall (y en Europa las hay a patadas).

La paliza de decepciones llegados a este punto era ya bastante considerable, así que decidimos dar una oportunidad a un gran edificio que divisamos desde la lejanía y que prometía contener algo muy grande y espectacular. Se trata del Castello di Alfea y, pese a que pasé por delante en varias ocasiones, sorprendentemente no le saqué ni una fotografía, así que he debido recurrir al amigo Internet:


Aún así este rincón del parque cumple con la misma norma que el resto de edificios: un tamaño exagerado y desmesurado para contener algo insignificante: Planetario 4D. O lo que vendría a ser un cine 3D con asientos móviles y varios efectos de aire, humo y agua. La simple fotografía de las colas os dará una idea de lo desmesurado de las medidas en este edificio:


No la riddeamos ya que los ciclos no eran continuados sino con una proyección cada media hora y, por lo que nos faltaba por ver en todo el parque, decidimos dejar la fabulosa experiencia de ver la película del Pequeño Príncipe 4D. Sí amigos y amigas, esa película de simulador que hemos podido disfrutar ya en varios parques a lo largo de nuestra geografía y que aquí anuncian a bombo y platillo como gran novedad.

*****

Como podréis comprobar si observais el mapa de Rainbow MagicLand nos encontramos justo en el ecuador del parque, posiblemente en la entrada de hoy os he ofrecido la parte más visual y destacada del parque, donde se concentra una enorme cantidad de tematización y de rides destacadas.

Pero no sufráis, en la siguiente entrada veremos la magia de una madhouse diferente a las demás (algo realmente difícil hoy día), una zona kiddie a la italiana con heladerías del tamaño de una ride entera, la dark ride de Winx y por supuesto comentaré los aspectos positivos y negativos más destacados de este pequeño parque.

¿Es Rainbow MagicLand un destino que merezca la plena marcar en el mapa? Pronto os lo indicaré aquí, en Bloggercoaster.

6 comentarios:

  1. Hola! Desde Zaragoza te recomiendo que pruebes un modelo de Flash tower de Zamperla ( http://www.zamperla.com/en/product/100/flash-tower.html?category_id=8 ) de unos 300.000€(baratísimo jajaja) pero que tiene unos airtimes bestiales a pesar de que el ciclo se podría mejorar mucho y la apariencia de velocidad desde el exterior es escasa. Tiene 40m de altura y alcanza 70km/h. El de Zaragoza se llama el Torreón y está mini-tematizada en una torre medieval. Es una de las dos novedades de 2012 del Parque de Atracciones de Zaragoza.

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    1. Tengo Torreón (y los nuevos añadidos de PAZ) pendientes, quizás si no para este año caigan ya para el que viene, pero es un parque al que se que volveré tarde o temprano. Gracias por esa información ;)

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  2. Supongo que aquí pasa como en cualquier otro sector, hay de todo, están los mejores, los buenos y mediocres, y finalmente las auténticas pifias.

    Tu Jivo, personalmente, ¿Crees que ocurrirá como en otros parques que irá a la bancarrota y será adquirido por otros inversores que le den un lavado de cara y lo refloten?

    ¿O por el contrario es suficiente para cubrir la demanda de esa zona de Italia?

    Saludos Jivo

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    1. Bueno... yo el parque lo vi bastante completo de gente ese mismo día, aunque también hay que tener en cuenta que era un sábado. El problema que puede solucionar este parque es la gestión de operativas, porque el resto ya está construido, ya no se puede solucionar. Necesita también una revisión de jardinería brutal, no hay sombra practicamente en ningún punto del parque. Por otra parte tienen listada ya en mapa para 2013 una Splash Battle en el lago central, así que si hay novedad quizás es que hay dinero. De momento dejémoslo en cuarentena, para ver cómo reacciona a estos años venideros. Hacerle, le hace falta a la zona un parque temático, otra cosa es que funcione o no jejeje. Saludos!

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    2. Leído Jivo, gracias por contestar

      Un Saludo

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  3. Misitka, la torre de caída libre, es una atracción de SBF-Visa Group. Si, la misma que hizo los aviones de Sesamo Aventura. Según dicen, es la caída libre más alta de Italia.

    Acerca del decorado, leyendo, dicen de que este parque está ambientado en el mundo de la magia, aunque yo, por ambientar en magia, entendería más estilo Harry Potter de Universal en EEUU.

    Esperando actualización para ver el analisis de Shock y Cagliostro...

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