sábado, 30 de noviembre de 2013

La foto de la semana (#43)

 Extraños frutos secos en Jin Jiang Action Park
Como muchos de vosotros y vosotras sabréis, la hidratación en una visita calurosa a un parque es esencial. En este caso el clima húmedo y contaminado de China no solo pide que vayas bebiendo líquido en grandes cantidades por la hidratación corporal, sino también porque la dificultad a la hora de respirar un aire tan viciado hace que se necesite mojar el gaznate de vez en cuando para evitar que se seque la garganta. Así que durante nuestras visitas a parques visitábamos con bastante frecuencia los puestos de bebidas y snacks, en busca de algo que beber.

En una de estas pausas, hecha en Jin Jiang Action Park, decidí probar la Pepsi china de lata (esa misma mañana había probado ya la de botella, en el "desayuno") y a la vez que pasaba por caja adquirí una bolsa de algo que, tal como vi en la bolsa, parecía algo así como crujientes de chocolate o galleta, aunque no entendía prácticamente nada de lo que había escrito porque estaba en chino, claro está. El pack completo para tomar un tentempié y combatir la deshidratación (pensé).

Mi sorpresa vino cuando abrí la bolsa y lo que vi es lo de la fotografía, una especie de pasas secas del tamaño del hueso de un melocotón, con un color marrón clarito y un olor dulzón, aspecto francamente atractivo. El problema es que al hincar el diente a la primera descubrí que era algo duro, muy duro, exactamente como el hueso de un melocotón. Desprendía un sabor ácido, dulce y se reblandecía al cabo de un buen rato de mascar en la boca, sin deshacerse. Al reblandecerse lo podías morder y entonces de su interior salía una especie de semilla parecida a una pipa pero con mucho menos sabor, que en realidad nunca supe si se comía o no.

Conclusión: algo demasiado empalagoso, demasiado cansino para la lengua y sinceramente nunca supe cómo comer este producto, que pasé a llamar pasas chinas. Buscando un poco por Internet lo más parecido que he encontrado es un producto llamado "azufaifo rojo chino". Estoy seguro que no es lo que os muestro aquí, pero a falta de más información...

En fin, tras el famoso RedBull chino, aquí tenéis otro de esos curiosos productos que probablemente veáis si alguna vez viajáis a la lejana y misteriosa China.

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Otras fotos de la semana:

viernes, 29 de noviembre de 2013

¡9º CONCURSO Bloggercoaster!

Llega el frío y con él (paradógicamente) las festividades más celebradas e importantes del año. Todavía quedan bastantes días para empezar a hablar de Papá Noel, de comidas copiosas o de los regalos de reyes, pero por si acaso desde Bloggercoaster quiero que alguien celebre la Navidad con un regalito extra en su haber.

Para ello y coincidiendo con la vuelta de mi particular tour por Orlando, he decidido celebrar de nuevo un concurso (¡el noveno!) en el que en esta ocasión habrá un único ganador o ganadora y que se celebrará con la tradicional estructura de los anteriores: tras el envío de un correo electrónico y contestando un par de preguntas, celebraré un sorteo en el cual se sabrá el ganador o ganadora del mismo. Así de sencillo.

El premio no podría ser más adecuado para estas fechas en las que vemos acercarse el nuevo año, se trata de un exclusivo calendario de 2014 (y parte de 2013, por si queréis viajar en el tiempo y mirar fechas pasadas) en el que encontraréis mes a mes imágenes destacadas de lo que podemos encontrar en los diversos parques del resort Walt Disney World en Orlando (EEUU), luce así de empaquetado:


Pero como considero que un calendario, pese a ser un buen regalo, puede significar algo demasiado simple, el ganador de este 9º concurso también se llevará a casa un pack con 4 pins de edición coleccionista donde aparecen los 4 parques temáticos que conforman este resort. Son los pins que se utilizan normalmente para realizar intercambio con trabajadores del parque y lucen así de chulos:


Así que el ganador o ganadora en esta ocasión puede llevarse un par de regalitos relacionados directamente con los parques del resort temático más grande del mundo y, cómo no, hacerlo de manera totalmente gratuita.

Además, como es lógico, junto a estos dos premios el ganador o ganadora recibirá un lote completo de mapas y guías no sólo de Walt Disney World, sino de todos los parques en los que he puesto pie durante el viaje (que han sido 9 en total).

¿De qué trata el concurso?

En esta ocasión la dinámica del concurso será algo más sencilla y precisa que en el anterior (donde el dato no podía ser localizado en ningún sitio y jugábais un poco a la lotería), en esta ocasión os formulo 3 preguntas y deberéis encontrar la solución a ellas a través de las bitácoras que os he ido escribiendo estas dos últimas semanas, así que las tres preguntas son:
  1. Me gustó mucho Big Thunder Mountain de Magic Kingdom, pero según mis palabras, ¿cuál es el track perfecto para una minera de Vekoma en todo el mundo?
  2. ¿A qué ride del resort Walt Disney World no deberíais entrar si tenéis miedo o fobia a los insectos?
  3. ¿Cuál crees que ha sido la mejor bitácora de las 11 publicadas en este viaje?
Como podéis ver, son dos preguntas con respuesta localizable en las bitácoras y otra más que es totalmente personal y donde os invito a que me indiquéis la que ha sido la mejor bitácora de todas según vuestra opinión.

La manera de participar es similar a los otros concursos: sólo tenéis que enviar un correo electrónico con vuestro nombre y apellidos y la respuesta a las preguntas que os formulo a la dirección de correo de Bloggercoaster que es "bloggercoaster2 (arroba) gmail (punto) com". ¡Así de sencillo!

Tenéis desde HOY miércoles 29 de noviembre para hacerlo y la fecha límite es el día 15 de diciembre de 2013 a las 23:59h. por lo que tenéis por delante un par de semanas para tomároslo con calma e invitar a vuestros amigos, familia, conocidos, etc. a participar. ¡Todo el mundo puede formar parte de este concurso!


Recordad, una vez tengáis respuesta a estas preguntas sólo tenéis que enviar un e-mail a "bloggercoaster2 (arroba) gmail (punto) com" indicando vuestro nombre y apellidos y una dirección de e-mail válida por si resultáis ganadores del concurso, para que me pueda poner en contacto con vosotros. Desde hace unos meses os he facilitado esta faena, por lo que si miráis en la barra de la izquierda, arriba junto a los botones de Facebook y Twitter, veréis una rápida manera de enviar ese mismo e-mail.

¿Cuándo se conocerá al ganador/a?

Entre todos los participantes del concurso (y que respondan correctamente a las 3 preguntas) celebraré un sorteo que procuraré grabar en vídeo para que podáis ser todos testigos de la limpieza del mismo, sin trampa ni cartón. Procuraré celebrar ese sorteo durante la semana del 16 al 22 de diciembre, para que así el ganador conozca su regalo con anterioridad al día de Navidad.

Así que ya veis que es MUY fácil poder optar a ser el propietario de un genial calendario de Walt Disney World y una colección de pins exclusivos de los parques temáticos que encontramos en él. La manera de participar es enviando un simple correo electrónico y sólo con eso podéis fardar de regalo estas navidades.

También aclaro que la participación en el concurso es abierta a todo el mundo, incluso a anteriores ganadores del concurso, sin ningún tipo de limitación más que la de enviar un solo correo por participante, así que espero que acertéis al máximo posible (no he puesto preguntas demasiado complicadas) y que os animéis a participar y llevaros a casa este bonito premio.

¡Mucha suerte a todos y todas!

martes, 26 de noviembre de 2013

Jin Jiang Action Park (parte 3)


Recuperado ya de toda la marabunta que han supuesto estas dos últimas semanas en cuestión de escritura en el blog y de cantidad de entradas, vuelvo a enfundarme el traje de analizar parques, coasters y rides, y para ello nada mejor que acabar con lo que dejé a medias a principio de mes: Jin Jiang Action Park.

Durante una primera y una segunda parte os estuve relatando los ingredientes de este entrañable y digno parque de atracciones situado muy cerca del centro de Shanghai y dejé claro que en su interior podíamos hallar una oferta de coasters bastante digna que merecía la pena analizar aparte.

Pues bien, para ello hoy, en Bloggercoaster, he decidido dedicar esta entrada a hablar de esos 5 credits, de la variedad que representan y poder ver las características de cada uno al detalle.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 12)


El último día de todo viaje, especialmente de uno largo y repleto de experiencias, suele ser un momento agridulce, una mezcla entre querer que todo acabe ya de una vez por todas (por la carga de presión y de estrés) y de no querer que acabe nunca (por la diversión y la desconexión de la realidad). Y así fue mi último día en el estado de Florida.

El día empezó a primera hora de la mañana, cuando me dispuse a escribir la extensa bitácora de los días 10 y 11. Tras eso hice la maleta (la definitiva, la que debía pasar por facturación), revisé absolutamente todo y descubrí que mi hotel (Quality Inn Orlando Airport) tenía un servicio gratuito de transporte shuttle entre el hotel y el aeropuerto.

Desayuno para cargar pilas y desplazamiento entorno a las 12:00 hacia el aeropuerto, acompañado de un amable chico que viajaba a Colorado y del cual estuve compartiendo impresiones sobre la crisis española y los juegos olímpicos de Brasil (¿?).

A la llegada al aeropuerto, volví a rememorar aquel hall que me dejó sorprendido el día en que llegué y supe que estaba ya en suelo norte-americano:
Paso por el arco de seguridad, compras de última hora, ligera espera a la apertura de puertas de embarque, embarque y despegue, entorno a las 15:00h, en dirección a Philadelphia, para hacer escala y tomar un vuelo directo hacia Barcelona.

Este vuelo, de un poquito más de 2 horas, fue de lo más infernal. La tripulación y acompañantes en un vuelo, sobretodo cuando dura más de hora y media o dos horas, es primordial. En este caso al salir de Orlando el avión iba cargado de niños y el de atrás (que tendría un par de años, no más) tenía un espantoso llanto y berreo que le duró durante las 2 horas enteras. No se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Una vez habiendo aterrizado en "Phili" me dispuse a hacer la conexión previa a tomar el vuelo largo, comí un tentempié previo al despegue (por aquello de que la alimentación a bordo y a cargo de US Airways no es que sea demasiado buena, la verdad). 

Hacia las 19:00h de la tarde despegaba en dirección a Barcelona para pasar casi 8 horas de vuelo ininterrumpido atravesando por completo la noche y aterrizando a unas tempranas 8:30h de la mañana en tierra catalana.

Recogida de maleta, desplazamiento a casa y vuelta al hogar. Alrededor de las 9:30h. de la mañana del viernes estaba ya sano y salvo en casa, listo para dormir a pierna suelta (consecuencia inmediata del jet-lag, un cansancio mental y físico desmesurado que, incrementado por todo el agotamiento de los días previos, merecía un sueñecito).

Y hasta aquí llega la que ha sido esta (creo que) completa bitácora sobre mi personal odisea viajera. He tratado durante estas 11 entregas explicaros, de manera detallada pero rápida, cómo ha sido mi viaje y con qué sorpresas me he encontrado. A continuación os dejo en lista los capítulos por si queréis echarles una ojeada, ahora que ya está todo hecho:
Nada más, espero que la iniciativa os haya gustado tanto como a mi poderla disfrutar y compartirla con vosotros y vosotras. A partir de ahora queda por delante un largo viaje (desde casa, no nos alarmemos) en el que intentaré mostraros, entrada a entrada, la genialidad, la grandeza y la magia que he descubierto en una región que bien puede proclamarse el paraíso temático de EEUU: Orlando.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 10 y 11)


Como ya os expliqué a través de las redes sociales, la visita a Busch Gardens Tampa iba a tener una complicación, un plus más que la visita al resto de parques y es que yo me encontraba en Orlando y debía viajar hasta Tampa, que está a unos 150 km de distancia. El primer inconveniente es que, inexplicablemente, estas dos importantes ciudades solo están conectadas entre sí por un bus shuttle que ofrecen los mismos Busch Gardens para ir desde SeaWorld hasta Busch Gardens Tampa o otra opción (que es la que yo elegí) es tomar un tren que va desde la misma Orlando hasta la misma Tampa.

Lo malo es que el tren es único, es decir solo hay uno en todo el día de ida y otro de vuelta, por lo que si lo pierdes estás realmente perdido. Mantened esto retenido en mente. Otro inconveniente más es que los trenes no tienen horarios agradecidos, sino que el de ida Orlando-Tampa sale sobre las 10:15 de la mañana y el de vuelta sale sobre las 17:15, teniendo en cuenta que el trayecto dura dos horas largas (sí... dos horas largas que se convierten en casi tres) llegáis a Tampa a mediodía y a Orlando a última hora de la tarde.

Así que mi plan era llegar a Tampa a mediodía, hacer chek-in en el hotel, dejar las cosas y prepararme rápido para ir hasta Busch Gardens. Para ello ya elegí el hotel geográficamente más cercano al parque, del que os haré una entrada especial de Parks&Hotels porque me supuso toda una ventaja encontrarlo. Debía visitar lo máximo posible para así al día siguiente, habiendo hecho check-out  y siempre antes de media tarde, probar el resto del parque y marcharme de regreso a Orlando. Una odisea vaya.

¡Vayamos al grano! Busch Gardens Tampa. El parque, como la mayoría sabréis, formó parte durante muchos años de la compañía cervecera Anheuser Busch, que originalmente tuvo el parque de Williamsburg como sede central para realizar la venta de sus cervezas y entretener a sus futuros clientes con cerveza. De ahí se convirtió en parque temático y posteriormente se construyó este otro en la próspera zona de Tampa, donde el calor y la climatología permitían abrir el parque durante todo el año entero.
 El parque tiene, como dejé claro en Facebook, dos claros lados de la balanza. Por una parte tenemos un parque que a conocido mejores días en su mantenimiento y conservación (paredes desgastadas, cascadas que no funcionan, grandes espacios con vegetación pisoteada y sin conservar) y en el otro lado de la balanza tenemos una colección envidiable de credits completísimos y de calidad.

Empezamos por un claro ejemplo metafórico de lo que es el parque, Gwazi. En su día era una revolución ya que se trató de una dueling wooden coaster de GCI (Great Coasters International) con una temática clara, con una intencionalidad y con un mínimo de calidad. Con los años imagino que la humedad y las altas temperaturas han hecho que la coaster vaya endureciéndose hasta extremos muy dolorosos, el layout es ya un personaje secundario y obviamente el encanto GCI de los airtimes inesperados pierde total protagonismo, se desvanece:

Si a eso añadimos que siendo dueling uno de los tracks ya no está activo y que sólo funciona el otro, acabamos de quitarle el encanto a una woodie que, tiempo al tiempo, tiene vistas de desaparecer por completo.

Pero no desesperéis, porque justo allí donde hay un tipo de credit que falla, tenemos justo lo contrario, un credit brillante y espectacular como él solo, hablo de la gigantesca Sheikra:

Una dive-machine ejemplar, con un first drop demoledor en cada una de sus 3 filas, un immelman enorme y suave, un second drop que genera una cantidad de airtime espeluznante y una zona de splash que ofrece mil fotografías distintas desde mil posiciones distintas. A todas todas, Sheikra es un credit que merece estar en lo alto de cualquier TOP, no sólo por su espectacularidad o su velocidad, sino por la suavidad de su track (y ya tiene unos cuantos años) así como por la comodidad de sus asientos, aún siendo floorless.

Muy cerca de Sheikra acecha otra conocida para cualquier entusiasta de parques y coasters y que en mi caso tenía bastantes ganas de probar por ser lo más parecido posible a nuestro querido Dragon Khan (se trata de una sit-down con exactamente los mismos trenes que el dragón rojo). Hablo por supuesto de la salvaje Kumba:

Aunque nada más llegar al área que la "retiene" hay diferencias substanciales con Khan. La primera de ellas es lo compacto del layout, mostrando aquí y allá elementos que van sobresaliendo de la tierra, que se pierden en lo frondoso de la selva y vuelven a aparecer unos metros más allá. Kumba está por todas partes y aparece y desaparece como por arte de magia (algo parecido a Black Mamba en Phantasialand, Alemania). La segunda característica son los elementos que contiene, mucho más repartidos y con transiciones algo más rebuscadas, no tan evidentes como Dragon Khan donde los puedes ir nombrando por orden como si fuera un catálogo. En este caso están algo más dispersos, más enredados en una maraña de elementos, como los interlocked corkscrews (que podéis ver en la fotografía de arriba). Aún así, los años cuentan y Kumba presenta ya las típicas irregularidades de la edad: vibración en algunos puntos, paso extremo por algunas transiciones, elementos que hacen que se te calienten las orejas con el arnés, etc.

Hacemos un cambio radical de coaster y de emplazamiento temático, nos movemos del centro de África a la zona más desértica, del Congo nos vamos a Egipto y allí encontramos la majestuosa Montu:

Otra maravilla de B&M que se antoja difícil de olvidar. Montu es una invertida de las que dejan huella, de las que entrarían en la misma liga que Nemesis u Oz'Iris y de la que deberé deliberar bien si las iguala o las supera (a Oz'Iris en layout por supuesto). Bastante compacta, Montu usa la misma técnica que Kumba: aparece y desaparece en el entorno, se mete por túneles y aparece más allá, o se enreda sobre sí misma para ofrecer un elemento totalmente distinto a lo esperado. Pero todo ello con una suavidad y un tipo de transiciones entre elementos muy dinámicas, que la convierten en única y hacen que su disfrute apenas incluya daño. Sorprendentemente el arnés en este caso no hace demasiado estropicio en las orejas de uno.

¿Qué tal si nos movemos de país y nos vamos a visitar una novedad? Cheetah Hunt, el caramelo que presentó al mundo Busch Gardens hace dos años y que significa todo un prodigio por parte de Intamin tanto en cuanto a dinámica de layout como en cuanto a diseño:

La mayoría de gente critica el hecho de que Cheetah Hunt esté por debajo de otras en cuanto al nivel de intensidad. Y yo me pregunto: ¿esto es realmente decisivo? Quiero decir sí, obviamente Cheetah Hunt no llega a la intensidad de una iSpeed o una Expedition GeForce, está claro, pero dentro de los parámetros con los que juega, ¿no significa una maravilla en sí Ofrecer tres lanzamientos (dos de ellos nada despreciables), ofrecer tantísimos elementos a tener en cuenta (¿todo el que habla de poca intensidad no ha pasado realmente por la zona de twisties endiablados en el cañón?) y además dejarte de propina una inversión enorme y suavísima?

A mi parecer Cheetah Hunt deja de ser familiar en el momento en que ofrece todo lo arriba indicado, además de una pulcritud en el diseño y en las operativas que ya quisieran otras. No es el mejor credit de Intamin que he probado, está claro, pero ni muchísimo menos creo que es el vapuleo que se le está dando en algunos sitios. Todos, absolutamente todos, babearían si un credit como este se construyera en su parque favorito, creedme.

Y bien, vistos los principales credits del parque, las fichas más grandes (aunque hay otras más pequeñas que me encargaré de analizar en su día), también vale la pena tener a Busch Gardens Tampa en cuenta por su labor a la hora de mostrar los animales, de manera más o menos afortunada, en su hábitat. El parque presenta una cantidad de animales salvajes enorme, además de mostrarlos de manera bastante respetuosa y ofreciéndoles unos entornos enormes (la zona de la sabana tiene una extensión que ya quisieran algunos zoos).

En Busch Gardens Tampa podemos encontrar desde preciosos tigres (tanto en su pigmentación normal como albinos):

Hasta fauna pertenenciente al centro y a las grandes praderas africanas como rinocerontes, zebras, ñus o jirafas:

Pasando por una manada de siempre dominantes y observadores leones:

E incluso una colonia algo reducida pero suficiente de suricatas, que como muchos sabréis, resulta ser uno de mis animales favoritos. En este caso pude llegar a estar casi 20 minutos delante del recinto de estos animalitos sacándoles fotografías, es mi debilidad:

El plan de visita a Busch Gardens finalizaba con el regreso al hotel (a buscar mi maleta), tomar un taxi hasta la estación de tren de Tampa y desde allí regresar en tren hasta Orlando. El problema es que los cálculos de tiempo los hice relativamente bien, pero tanto la llegada como el viaje en taxi comportó algo más de tiempo del que tenía planeado, con lo que llegué a la estación justo cuando el tren cerraba sus puertas para partir.

Un par de gritos, un amable trabajador de Amtrak (que vendría a ser Renfe en EEUU), un par de comunicaciones por walkie-talkie, una puerta abierta y yo, sudoroso y enrojecido, subiendo a un tren donde el revisor, muy pintoresco, me gritaba indicando su reloj y diciéndome literalmente que "su tren llegaría tarde por mi culpa". Salimos a las 5:17PM, tal y como estaba indicado en el ticket. Llegamos a Orlando con 40 minutos de retraso. Mi culpa...

Todavía me queda una última bitácora que escribir y mostrar, aunque no será con tanta extensión como estas últimas, es la bitácora que os relatará mi viaje de vuelta, el vuelo y la llegada a Barcelona. Me han dicho que allí hace frío, que el invierno (por fin) ha llegado y que vaya preparado. Yo mientras tanto lo único que he podido saber del país a través de las redes sociales es que hay un anuncio de la lotería muy perturbador. Deberé ir preparado.

Así pues mañana os escribo, cuando ya esté sano y salvo en casa.

Mañana os cuento...

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 9)


La novena jornada del viaje fue, en base, un gran debate. Había probado ya los 2 parques Disney que me interesaba tener en nómina, me faltaban en la lista otros dos que, pese a no darles la misma importancia, tampoco se debían olvidar y la duda era cuál de ellos visitar: ¿Walt Disney Hollywood Studios o Epcot?

Así que finalmente me puse un reto (como suelo hacer en la mayoría de viajes en solitario) y me propuse visitar ambos en el mismo día. Algo que me animó a ello fue ver los horarios que, inexplicablemente, eran mucho más generosos que ese domingo. Los parques abrían a las 9 de la mañana y cerraban a las 9 de la noche, así que tenía unas 12 horas para recorrerme dos parques Disney enteros... ¿quién dijo miedo?

Walt Disney Hollywood Studios

Tomé el bus shuttle desde mi hotel en dirección al primero de ellos con la intención de "quitármelo de encima" rápido, Walt Disney Hollywood Studios:

Curiosamente este parque me recordó a una especie de mezcla entre los Universal Studios Orlando y los Walt Disney Studios de París, es una mezcla de ambos ya que el theming general gira entorno al mundo del cine (y sobretodo de aquél glamour que desprendía en los años 60, cuando el color era todavía un extraño). Estructura irregular de calles y callejones, todo distribuido en grandes arterias que hacen las veces de avenidas tematizadas y al final de cada arteria una gran plaza que es la que da cobijo a una o un par de rides más o menos importantes. Esa es la estructura del parque, que podría llegar a ser laberíntica en caso de ser un parque grande pero es que WDHS es sorprendentemente pequeño. En apenas dos horas lo tenía totalmente recorrido (riddeando cosas).

Obviamente tiene atractivos principales y uno de ellos es, cómo no, la Hollywood Tower of Terror:

Como apenas conozco la mitomanía Disney, como ya demostré, no me voy a aventurar con medidas y récords, porque tampoco las conozco, pero correjidme si me equivoco: no la vi mucho más alta o baja que la de París. De hecho ambas rides me parecen bastante similares exceptuando el acceso a las mismas (la de París me pareció mucho más trabajada en exteriores e interiores), la de aquí me pareció algo más inmersiva en el acceso hasta que llegas al ascensor y bueno, una vez dentro de la cabina ambas me parecieron muy iguales. Quizás el ciclo de la de Orlando es un pelín más arriesgado y notorio que la de París, pero vamos, no mucho más allá.

Otro de los signos característicos de este parque y que también podemos comparar cara a cara es la Rock'n Roller Coaster presentada cómo no por Aerosmith:

En este caso creo que ambas coasters son bastante insulsas, tratándose de Vekomas multi-loopers indoor las dos. El theming me pareció algo más acertado para esta de Orlando, sobretodo porque era más inmersiva en la historia, más creíble (pese a tener el mismo argumento si no recuerdo mal). La coaster me pareció algo más fina en este caso, la de París creo que lleva un mantenimiento algo más irregular pero vamos, en ambos casos las catalogaría como un credit más. Divertido si no has probado muchos de estos, pero nada relevante.

Del parque también visité alguna de sus rides insignia: Star Wars Tour, el stunt show de Indiana Jones, el tour por los estudios y los escenarios, el museo dedicado a Walt Disney (gran figura dentro de la animación y el mundo artístico en general) y poco más, de la ride de Toy Story nos olvidamos porque la cola ascendía a 1:15 horas y el fast pass me lo daban para las 6 de la tarde, así que desistí y decidí olvidar una dark-ride shooter más que, por otra parte, tampoco me voy a morir por no haberla riddeado. Era momento de abandonar este parque para dirijirme a...

EPCOT

Una vez tomé el bus shuttle que conecta WDHS con Epcot (en apenas 10 minutos te plantas de un parque al otro) llegué a la entrada de un parque que ya me habían avisado que era enorme en extensión, pero que jamás hubiera imaginado que lo podría ser tantísimo. Obviamente, en la entrada no podía faltar la enorme esfera geodésica que preside prácticamente todo el parque:

Epcot vendría a dividirse en dos partes claramente diferenciadas. Por una parte tenemos la zona del parque temático referente a la ciencia ficción, la conscienciación de la tierra, la ecología y las nuevas tecnologías (esta parte tendría un tamaño bastante aceptable, algo más grande quizás que los WDHS visitados apenas unos minutos atrás) y luego tendría una segunda parte, donde están los pabellones o mini-zonas temáticas del mundo. Esa es la parte dura, donde nos podemos tirar fácilmente un par de horas dando una vuelta a un enorme lago central donde, a última hora de la noche, se celebra un show visual y pirotécnico.

Pero volvamos a la zona futurista y de tecnología. En ella encontramos algunas joyas bastante escondidas (unas más que otras), pero que os aseguro que lograrán dejaros boquiabiertos. Quizás la más conocida de todas ellas sea Soarin':

Soarin' es ALUCINANTE. Y carísima, pero ante todo alucinante. Salí de ella totalmente sorprendido por cómo la tecnología puede simular tan y tan bien el vuelo de una persona en entornos abiertos y reales. La inmersión del asiento (espectacular estructura de cadena) que nos hace "despegar" del suelo hasta llegar a estar a una decena de metros de altura, la gigantesca pantalla semi-esférica donde se proyectan preciosas películas rodadas en entornos muy típicos norte-americanos: valles frondosos con montañas nevadas, el gran cañón del Colorado, la bahía de San Francisco, los campos de golf colindantes al desierto en Nevada, etc. Y si a todo esto le sumamos el aire y agua que de vez en cuando sueltan, a modo de simulador 4D, encontramos que Soarin es la alternativa perfecta a los simuladores tradicionales de plataforma horizontal. Obviamente no es una ride barata (de ahí que sea única), pero las sensaciones que ofrece bien valen la pena.

Otra más que añadimos al carro, justo al otro lado del parque, es la archi-conocida Test Track:

Que sí, ha sido recientemente remodelada y presenta un aspecto realmente futurista (con él puede aguantar bien bien unos 10 años más). Esta ride es algo serio. Ni yo mismo me la tomaba demasiado en serio cuando vi claro que la iba a riddear, pensaba que sería un suave paseo interior a bordo de un cochecito y luego una parte de pista en la que sí, pillabas algo más de velocidad, pero poco. 

Nada más lejos de la realidad. La parte indoor está cuidadísima de detalles, para empezar cuando entras en colas cojes una tarjeta de plástico (retornable a la salida) donde configurarás, a través de unas pantallas táctiles, el aspecto de tu coche y con ello, sumado a lo que el resto del coche haya elegido, obtendrás una velocidad final en el track exterior. Tras elegir tu bólido, haces un recorrido de auto-publicidad por parte de Chevrolet, que son los patrocinadores de la ride, donde te enseñan un poco las pajas mentales que esta gente tiene de cara al futuro: coches eléctricos, super-bólidos, coches voladores, etc.

Y de ahí ya te llevan a estación, montas en el coche (que por cierto es más pequeño de lo que pensaba, pero muy resultón visualmente, sobretodo el motor trasero) y una vez comprueban todo es hora de pasar las pruebas del coche (en la zona indoor), donde pones a prueba la potencia, la respuesta al frenado, la seguridad y si el coches es ecológico o no, todo esto en un entorno oscuro con una estética parecida a la de Tron: Legacy. Una vez superadas (siempre se superan, para qué nos vamos a engañar), te encaran en una recta, el coche empieza a acelerar, se abren las puertas y sales al exterior. Tras un pequeño drop empiezas a pillar más y más velocidad (hasta aquí nada fuera de lo normal) pero cuando encaras la primera curva peraltada aquello empieza a subir y subir de velocidad, empieza a hacer mucho aire hasta que notas que realmente estás acelerando MUCHO. Justo en ese momento encaras la última curva que es la que haces rodeando por completo el pabellón que contiene la ride. Ahí frenas y entras de nuevo al interior.

Os hablaré más de ella cuando esté por allí y con calma, pero me pareció una ride increíble, muy bien encarada y remodelada y que tiene un potencial brutal.

La zona tiene otras rides igualmente espectaculares, pero prefiero dedicarme a ellas más cuando analice al detalle el parque, porque sino me tiraré escribiendo todo el día y, como decía mi abuelo, "vámonos ya que esta gente tendrá que ir a dormir".

Para finalizar, hablaré de la zona de los pabellones que me parece una de las ideas más surrealistas pero a la vez efectivas que he visto jamás en un parque temático. Es un poco el concepto de Europa Park (tratar cada país como una micro-área y otorgarle al menos un restaurante y una ride), pese a que en Epcot hay micro-áreas de paises donde no tienen ride, se solventa inflando la zona de restaurantes.

No os nombraré todos porque hay como una docena, pero os pondré fotos de los más relevantes, como por ejemplo el increíble pabellón de Noruega y su ride de paseo en barcas:

La espectacular zona de China y sus enormes palacios repletos de detalles donde, por ejemplo, no había ninguna ride pero sí 3 restaurantes de comida asiática y varios espectáculos de calle:

La magia nocturna del pabellón de Marruecos y su elegante aspecto con colores terrosos, donde tampoco encontramos ninguna ride pero sí localizamos un montón de tiendas de marroquinería, joyas y, cómo no, restaurantes:

O la presencia del pabellón de Canadá, que ofrece una visión bella y relajada de un enorme palacio en lo alto de una colina, rodeado de fortificaciones de madera y frondosos bosques de abetos con riachuelos y cascadas:

Epcot es sin duda un bicho raro, uno de esos parques que no se pueden dejar ir y que hay que visitarlo sí o sí. Y es por ello que lo hice. En apenas 11 horas logré plantar la bandera en DOS parques Disney (y uno de ellos precisamente no muy pequeño). Todo un reto que me dejó bastante exhausto y del que tuve que recuperarme a la noche siguiente.

Como os comenté por Facebook, desgraciadamente al día siguiente no me dio tiempo de escribir esto que estáis leyendo ahora, porque tenía que tomar el tren en dirección a Tampa para poder visitar el lejano Busch Gardens Tampa. A día de hoy ya lo he visitado, pero prefiero guardar mis impresiones para la bitácora de mañana.

En la bitácora de mañana (que escribiré apenas unas horas antes de tomar el vuelo de vuelta a Barcelona) os explicaré y mostraré lo más relevante del Busch Gardens más salvaje.

Mañana os cuento...

lunes, 18 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 8)


Muchos de vosotros y vosotras sabéis de sobra que no soy demasiado fanático del mundillo Disney. Sí, me encantan sus películas, me ha encantado poder vivir el cambio a Pixar, me encanta la fantasía y el detallismo que desprenden, pero lo que no me gusta es que a la hora de trasladar todo ese potencial a un parque lo hagan inculcando una fantasía que NO existirá jamás. Juegan con una base temática totalmente fictícia pero no con el factor de hacer creer al espectador que está allí realmente y eso, a nivel de parques, es algo que para mi falla. Los adultos que visitan Disney disfrutan porque ven a sus hijos disfrutar, porque los niños alucinan, pero ellos son plenamente conscientes de que aquello es irreal. En fin, es un debate largo que cualquier día tocaré en el blog, pero es principalmente el motivo para que sea un completo ignorante del mundo Disney y sus parques (cosa que demostré en la anterior bitácora diciendo que el de Orlando era el primero cuando no, el primero fue el de California, ¡gracias por avisar chicos!).

Así que con esta base me presento ante las puertas de Walt Disney Animal Kingdom y ¡oh, sorpresa! me voy ese mismo día contentísimo y habiendo descubierto uno de los mejores parques temáticos en los que he estado hasta ahora. Sí sí, así de manera gratuita.

¿Cómo es eso posible? Veamos. Walt Disney Animal Kingdom juega con una realidad y unas temáticas plenamente posibles (siempre fantaseando en muchas ocasiones, claro está), pero gran parte de lo que ves podría ser posible en la realidad, es tangible, no es un dibujo animado o un 3D. Ese enorme árbol llamado Three of Life estamos de acuerdo en que es gigantesco y en que es imposible que en las raíces de un árbol haya más de 200 especies talladas, pero es un árbol gigante y de estos hay centenares por todo el mundo:
Obviamente no tan grande y espectacular. Pensad que para sacar esta foto de arriba estaba a 200 metros del árbol, al otro lado de un gran río. Imaginad la envergadura de esa estructura.

Bien, el parque está claramente dividido en 7 áreas, aunque las más visibles y visitables son en realidad 5 (a mi parecer). Al entrar no hay realmente ningún elemento visible, de hecho nada más pasar los tornos de entrada nos adentramos en una de las áreas llamada Oasis, donde nos recibe una jungla espesa, con alta cantidad de humedad (alerta los que llevéis gafas, se empañan) donde vemos especies autóctonas de aves, algunos mamíferos y sobretodo gran cantidad de flora en un entorno repleto de cascadas, riachuelos y formaciones rocosas artificiales:
Esta zona es de tránsito y distribuye las masas al entrar y salir, ramificando el camino y haciendo que no se formen "embudos" de gente. Una de esas típicas estrategias de imagineer Disney. Por lo que sí, Animal Kingdom podríamos decir que es el único parque Disney que no tiene Mainstreet propiamente dicho, sino que tiene una jungla exhuberante.

Pasada esta zona se abre ante nosotros el área de Discovery Land, donde encontramos a lo lejos y en pleno centro del parque el gran Three of Life con todas las criaturas que os podáis imaginar talladas en su tronco y raíces, saliendo directamente de la roca viva:
Además de pasear por los numerosos jardines que hay en el entorno, perderos por los senderos serpenteantes, adentraros en multitud de cuevas y observar en todo momento las raíces del árbol (que se extienden por un radio de 100 metros a su alrededor), también podéis probar el teatro 3D It's Tough to be a Bug, donde rememoramos la segunda película de animación de Pixar: Bichos. En este caso se trata de un teatro interactivo donde, en pantalla (o fuera de ella) van sucediéndose gags y escenas que envuelven al espectador totalmente. Si tenéis miedo a los insectos, mejor no entréis... es un consejo.

Dejando atrás Discovery Land entramos de lleno a otra zona reconocida del parque: Dinoland U.S.A.

Esta zona, evidentemente ambientada en el mundo de los dinosaurios, es bastante rápida de completar, sobretodo porque ella misma se divide en dos sub-zonas: la que tiene que ver con la película de animación Dinosaur y que tiene como principal ingrediente la dark-ride cuya película da nombre:
Y Dinorama, que es un auténtico despropósito temático, una vacilada de locos, un desvarío de tamaños catastróficos. La dark-ride de Dinosaur es simplemente perfecta, cuidadísimo cada detalle, una expedición en el tiempo hasta justo el momento en que los dinosaurios se extinguieron, recomendadísima. Pero Dinorama es una especie de zona kiddie/familiar que esconde un par de rides mecánicas de baratija y lo más WTF: dos spinning coasters de Reverchón puestas una al lado de la otra y con un theming de planchas pintadas y elementos de dibujos animados. Algo así como cualquier coaster que pondría Six Flags en sus parques... ¡pero en un parque Disney! Pecado capital, vaya.

Olvidando el trauma que causa esa mancha en el mapa, entramos ya en otra zona temática (a mi parecer la más rica del parque): Asia:
Y sí, es la casa donde "vive" Expedition Everest, una de las experiencias más absolutamente increíbles que podréis tener jamás a bordo de una coaster. Inmersiva hasta decir basta, con una cantidad de theming desbordante, totalmente realista (las colas son un auténtico homenaje al montañismo del Himalaya, con una tienda repleta de elementos de escalada, evidentemente ficticios).

De Expedition Everest ¿qué os voy a explicar que no sepáis ya? Una de esas Vekomas que te hacen quitarte el sombrero (y que aportan luz en ese mundo tenebroso llamado SLC), el concepto de cambiar de rumbo en el trayecto en varias ocasiones hace que la desorientación esté presente, además de presentar un dropazo invertido indoor que quita el hipo por completo. Digno de mención también es un doble twistie que hace, ya en la parte final tras el drop de la fotografía que véis más abajo, donde se vive un auténtico floating airtime, sobretodo si estáis situados de la mitad hacia adelante en el tren.

Ah... y por si lo olvidaba, un tren entero cargado en 20 segundos. Es decir, desde que se abre el torno de acceso a vuestro asiento hasta que el tren sale de la estación pasan 20 segundos. Podéis comprobarlo si la probáis. Una operativa con 11 personas trabajando a destajo es lo que tiene (vayan tomando nota parques que reducen puestos de trabajos pensando que la gente es tonta y no se da cuenta):
El área esconde otra pequeña joya más, se trata de Kali River Rapids, unos rápidos muy a la americana (esto es botes enormes, cinturones y empapado substancial), de los cuales no voy a revelar ningun secreto oculto (porque lo tienen), sólo diré que os sorprenderán prácticamente de repente...
Y aunque el parque todavía esconde otras dos áreas más (Rafiki's Planet Watch y Africa) no encontré en ellas realmente nada destacable en concepto de rides. Ojo, Africa es una preciosidad, repleta de árboles baobab y con una particularidad escondida: los Kilimanjaro Safaris. Un tour a bordo de un enorme autobús 4x4 por un safari repleto de vida salvaje (aunque muy lejana, llevad prismáticos o mucho zoom en las cámaras) y llevado por un conductor muy simpático que irá bromeando y mostrandoos los secretos de esta zona, muy entretenido si entendéis bien de inglés.

Distribuidos entre Asia y África tenemos dos paseos walktour, uno llamado Maharajah Jungle Trek (en Asia y con la presencia de tigres, ciervos, gacelas y murciélagos rojos) y otro llamado Pangani Forest Exploration Trail (en África y encontrando en su interior monos, gorilas y rinocerontes). Ambos son recomendadísimos porque, aparte de servir para observar los animales en su entorno natural, también veréis el potencial que tiene Disney otorgando un theming artificial pero totalmente real a sus entornos.
En resumen: Walt Disney Animal Kingdom es una joya, uno de esos parques que vale la pena guardarse en el bolsillo cuando pensamos en parques bonitos y que nos puedan relajar (lejos del estrés que nos pueden provocar algunos otros, repletos de elementos temáticos sin ton ni son o con excesiva purpurina en su entorno).

El parque en realidad actúa como una especie de SeaWorld, pero de vida salvaje, es decir, también nos va conscienciando sobre que debemos cuidar el medio ambiente, los animales y las plantas, aunque quizás no insista tanto como el parque marino. De igual manera su estructura es parecida: esconder rides y coasters de manera suficientemente inteligente como para poder meter también grandes recintos con animales sin que el visitante lo vea forzado, como si fuera un zoo.

Y bien, tras esta bitácora y como cada día en este largo viaje, me dispongo a preparar la mochila para viajar de nuevo (y por tercer día consecutivo) al mundo de Disney. La verdad es que hoy estoy a medio camino entre ir a Epcot o ir a Hollywood Studios. Son dos grandes parques, los dos me atraen un montón y tengo "sólo" unas 11 horas para recorrerlos ambos... ¿podré? Veremos qué puedo hacer.

Mañana os cuento...

domingo, 17 de noviembre de 2013

Bitácoras desde Orlando (día 7)



Bien, atrás quedan ya los parques de Universals, el completo FunSpot y un acuático SeaWorld Orlando, ahora toca ya abrir el libro de los pesos pesados de nuevo y sacar un gran peso pesado, un parque genuino, un complejo turístico que aglutina millones y millones de visitas anuales en su attendance. Me refiero nada más y nada menos que a Walt Disney World.

Como el complejo está compuesto por nada más y nada menos que 6 parques (2 de ellos acuáticos, 4 temáticos) y como tampoco es que tenga todo el tiempo del mundo, he decidido que mi cupo mínimo para visitar serán 3 parques: Magic Kingdom, Animal Kingdom y Epcot. Hollywood Studios esperaré a ver si me da tiempo por lo menos de pasar a echar algunas fotos y riddear los credits, pero lo veo poco probable.

Así que ayer me puse el traje de visitar parques y, con algo de fatiga acumulada debo indicar, visité Disney Magic Kingdom, es decir, el Disneyland de Orlando, el original, el primero, el genuino:
Indicar que ayer tuve la verdadera mala suerte de pillar parte del día nublado y durante bastantes horas estuvo lloviendo, por lo que pese a que no es ningún problema para visitar el parque (todas sus rides están abiertas incluso diluviando), estuve preocupado por poder sacar fotografías para poder documentar posteriormente la visita. Afortunadamente a media tarde dejó de llover y como la temperatura sigue siendo elevada (nunca bajamos de los 25º) disfruté del parque en su cara más nocturna.

Así que bueno, para quien ha visitado Disneyland Paris, obviamente hay un salto cualitativo y cuantitativo en este parque. Es el mismo concepto (de hecho, algunas de las rides se repiten en tipología, pero no en calidad o cantidad), está todo elevado a un nivel más de theming, un nivel más de detalles, un nivel más de servicio correcto. ¿Se puede ser mejor que el de París? Este Disneyland demuestra que sí.

Por ejemplo con una ride tan sencilla como Under the Sea: The Journey of Little Mermaid. Bueno, sencilla sencilla no lo es... aunque en base no deja de ser la clásica dark ride de toda la vida, pero obviamente aquí todo está elevado a la máxima potencia:

Efectos funcionando a tope y perfectamente coordinados, luces inmersivas increíbles, argumento con soltura y dinamismo y sobretodo: una colección de animatronics que quitan el hipo. El animatronic de Úrsula, la mala de la película, es sencillamente de otro mundo, su piel prostética, su espresiones, la velocidad de sus movimientos (sin ni una pizca del clásico retroceso que hacen los animatronics antiguos y que denota que es un robot). Hay movimientos y expresiones que se antojan imposibles hasta que estás delante y lo ves con tus propios ojos.

También vale la pena comentar que el trabajo realizado con los escenarios externos, el aspecto visual y gigantesco y el trabajo de rocas artificiales y paisajismo en general es de un nivel tan extremo que asusta. Muy a la par con el realizado por los amigos de Universal:


Como comprenderéis, hay mucho por explicar de un parque tan y tan lleno de rides míticas, por lo que me centraré en las que más me sorprendieron. Como por ejemplo otra clásica, conocida por todos y todas en su versión parisina pero muy digna de mencionar en su versión estadounidense:

Efectivamente, se trata de Big Thunder Mountain. En este caso la conexión con la zona montañosa no es tan larga y subterránea como la versión francesa, sino que todo transcurre mucho más cerca de la estación, lo que hace que pierda cantidad de track, pero por el contrario aproxima mucho más al viajero a la experiencia que va a vivir.

¿La coaster? Divertidísima. Inaugura, para mi, un nuevo modelo de airtimes, a medio camino entre los forzados y los floating, airtimes en camelbacks muy diminutos que hacen que saltes literalmente del asiento pero de la misma manera que saltarías en tierra firme, sorprende muchísimo que Vekoma haya sido capaz de encontrar esta versatilidad en un track tan enredado. Se nota dónde hay billetera...

En resumen: el layout no es que sea una maravilla, de hecho hay partes donde es más bien soso o sin sentido alguno (¿lift para un par de curvas y final brake?) pero el theming y los efectos añadidos (track que oscila de un lado al otro, vapor, luces, efectos sonoros, túneles) le otorgan una puntuación muy alta. Teniendo en cuenta que el track perfecto es el de Colorado Adventure en Phantasialand, el resto del pescado está ya vendido.

Otra que también probé y con la que quedé ligeramente decepcionado:

¿Soy yo o Piratas del Caribe es mucho más larga y entretenida en su versión de París? Para empezar esta únicamente juega con un mini-drop al principio y ya, mientras que si no recuerdo mal la versión parisina guardaba un double drop pequeñito... o quizás la memoria me juegue una mala pasada y esté confundido. Lo único que se es que me pareció muy muy cortita, muy justita. Descompensada en cuanto a cantidad de animatronics en algunos dioramas (había salas enormes con apenas 3 o 4 y luego pequeños pasos con 10 o 15 apelotonados, lo cual te hacía ir como loco para ver de dónde venía cada voz).

Y bueno, hay un buen puñado más de rides y coasters que analizar de este parque (y lo haré en un futuro, no os preocupéis), como por ejemplo la surrealista Space Mountain, que en este caso veo claramente en qué se inspiró Franz Mack a la hora de crear la vanagloriada Eurosat de Europa Park (Alemania), también me queda hablar de Splash Mountain (uno de los mejores flumes que he probado jamás, a medio camino entre una dark-ride y un flume ligero) o de auténticos bodrios dignos de ser dilapidados como Jungle Cruiser o Peter Pan's Flight.

Acabé la jornada en la plaza central, frente al Cinderella's Castle, observando un iluminadísimo y enorme castillo de ensueño y observando dos espectáculos: Celebrate the Magic (un gran show de iluminación y proyecciones en 3D sobre la fachada del castillo, con mezcla entre los clásicos de Disney y los más contemporáneos (como Rompe Ralph o Up). Tras este show, esperando 5 minutos, hicieron un castillo de fuegos artificiales con show incluído, algo muy bonito y emotivo, la verdad sea dicha. Lo indiqué en Facebook, Disney sabe jugar las cartas de la emoción y sabe ponerle los sentimientos a uno a flor de piel. Es su trabajo...

Y hasta aquí esta bitácora. He de decir que fue una jornada realmente agotadora, 12 horas de visita a un mismo parque (y me dejé algunas rides por hacer ya que la cantidad de attendance, siendo un sábado, era enorme, pese a usar el Fast Pass) y llegué al hotel pasadas las 23:00h, por lo que apenas tuve tiempo de darme una ducha relajante y retirarme a dormir y descansar porque hoy vuelvo a vérmelas con la marca del ratoncito juguetón. Hoy visito Animal Kingdom, así que ¡toca una visita salvaje!

Mañana os cuento...